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Nacionales E.Herria :: 14/10/2011

Los niños no queremos a Azkuna, gora “Kukutza”!!!

Maité Campillo
No me he presentado colegas, soy cráneo rapado, una especie de luna llena “trasnochada”

“Kaixo Maité!!!
Estamos muy tristes, porque nos han rompido los malos y el señor “Astuna”, el Centro Kultural de Rekalde “Kukutza”.
Un día subimos a una concentración de Kukutza y los malos nos querían pegar pero nos escapamos.
Ya cumplí 4 años, y soy muy fuerte, le voy a quitar el dinero a “Astuna” ( el que van a ganar cuando hagan las viviendas en el terreno donde estaba Kukutza), y con cello voy a arreglar el tejado y con pegamento voy a pegar las paredes y el dinero se lo voy a dar a Kukutza , y aunque tiren Kukutza nosotros vamos a ir a otro sitio y lo vamos a hacer mas grande y mas bonito y con mas cosas y juegos. Me gusta mucho jugar a balón, ya se nadar sólo y bucear con gafas y tubo y vamos a ir a hacer piraguas. También me gusta mucho la andereño, se llama como ama, Iratxe, voy muy contento a la Ikastola, Abusu Ikastola. me porto bien y no juego a peleas y tengo muchos amigos: Olatz, Alba, Aitor, Beñat, Ahizea , Uxue, Iker, Alaiz, Ohiane, Iñigo… *badaukat patinete berria jolasteko (tengo un patinete nuevo para jugar). Hoy duermo con ama porque pajarito voló, pero ama dice que volverá. Tengo sueño, un beso grande,
grande, muxu andi bat”
Aiert.

El martillo, el martillo!, para qué yo querer hacha gigante, troncos no hay, de leña digo! lo que quiero es el martillo -alguien grita desde la voluminosa estructura- esto es un gallinero!, y el calor sube al alero.
Los Saltimbanquis irrumpen a la hora acordada, sobre el inmenso pabellón donde se ha instalado la gran torre; se disfrazan de brigada proletaria, son los voluntarios de perfomans que quieren ayudar en la, “fusión”, en este nuevo montaje de arte, de purito dramático.

La enorme nave de los compañeros, esos días más parecía un rastro de feria que espacio de ensayo. Todo el vestuario secándose de la tromba de agua que entró entre las rendijas airosas del techo. Hachas de peso considerable, enormes, de Aizkolari, sierras eléctricas ya famosas en sus grandes y espectaculares montajes de calle, moquetas para ejercicios plásticos, sopletes, cascos, etc. y todo porque no dieron la alarma de esa armada tormenta loca, y yo allí, entre bambalinas esperando la posibilidad de mi ensayo y espacio sobre la monumental torre.

Para relajarme y curtir la humedad a lazo de recuerdos, me dio por imaginar, al voluntario grupo de maravillosos profesionales, en tan frenética faena, más dicharacheros que la propia tormenta con su voz de lluvia. Allí empecé a soltarles a todos de una punta a otra de Bilbo -de Rekalde a Deusto, donde se encontraban los dos grandes espacios de ensayo esos días. Desde esta inmensurable nave , industrial en otros tiempos, hoy, dedicada en pies y alma al arte y también, a las lluvias de carácter tropical; las paredes lloran a forces de trombas de agua, truenos, relámpagos, ¡es el diluvio!; chirrían, cuartean, desconchan, vomitan… ¡Abrir ventanas, persianas, que entre el aire! -de qué aire habla ese, frío, lluvia!- a limpiar vamos rápido!, a recoger lagunas, esas bolsas henchidas de humedad, daros prisa!, -¿y el vestuario?, hay que acercar los percheros , extender lo que se pueda lo más cerca de la estufa… Dentro de mi imaginación, empezaron a llevar en sus cuerpos otros seres más de la selva humana de otros tiempos, tan identificados, les vi con los personajes, que ni rechistaron!.

Trabajaron con ahínco, sobreponiéndose a la catástrofe como laboriosas hormigas, en silencio y en cadena daban ejemplo; se les ve entretenidos, felices brindando humor, miradas bonitas. Poco a poco iban transformando “el rastro” sombrío de aquel lugar -a pesar de la brutal investida del cólera de las nubes negras que pretendieron, cuitadas ellas, desmoralizarnos, ¿cómo?, noooo… No hay otra!, que ajustar economía, no hay otra!, que juntar dioses y ángeles con satanes; hoy los amos de las arcas no sueltan a la resistencia “anti globalización” ni plata, ni marras, ni locales suelta y, puta que trabajamos para crear y creamos!.

Pese a que el pabellón, seguía siendo un espacio loco, que apunto estuvo el primer día por hacerme emigrar de nuevo a otros aleros; hete ahí la cosa!, pequeña relajación de respiración, ciertos paseitos saltarines entre charco y charco por la nave y, aquello empezó a ser más legible!, las nubes negras, temblorosas, se alejaron imponentes, y los ojos de mi gente se impusieron sobre el inmenso espacio, como estrellas gigantes. Empezaba a parecerse mas, mucho mas a un “gallinero”, que feria medieval entre cubos para goteras incesantes y goterones como bocanadas de canalón de hojalata. La constancia, de la Brigada Proletaria, surgió sus efectos, dispuestos a las transformaciones y dejar atrás los contra, los desaires institucionales -económicos- llamados culturales, personando el tiempo de victorias. Atrás, atrás los problemas, la soga al cuello, ellos son los cobardes!. Dispuestos a lo que fuera por poder ver en platea a una actriz dramática, y capaces de convertir aquello en un, “teatrazo oficial”, aunque hubiera que subir a la luna, por los grandes cortinones y arañas de luz, ellos ya habían demostrado, en mil ocasiones, ser más que merecedores del Circo del Sol!. Al tiempo, empezó a parecer aquello un jardín rural ecológico, más que “leonera”.

¡Qué bien les vendría aquella experiencia a los, “doctorados”, para sus ejercicios, “espirituales”, de butaca sobre los sentidos; pulmones, nariz, olfato… ¡Habíamos perdido el olfato!, y los huesos, agüita!, chiquito problema hueso y humedad juntos!!!, y “la suciedad” que generó, con todo, incluido el destrozo de vestuario ya inservible, etc., tremenda humedad durante semanas y, tienes que vestirte, desvestirte para los ensayos, boluda tormenta aquella!. Las lluvias estropearon todo, dejándonos más como “ocupas” a la intemperie, que como actriz dramática intercambiando experiencias con acróbatas brillantes.

En aquel espacio, se necesitaba un gran aumento en todo para vernos y oírnos, pobres directores de escena de ambos grupos!, a la altura de los gigantes techos que me hallaba, sus cuerpos, como infinitas sombras fantasmas intimidadoras, chooo, acojona la altitud!… Vuelvo a soltarles a todos por la selva de cemento, necesito desconectar de la tensión que supone la altura de la gran torre, me incluyo entre ellos, dejo a un lado el monólogo y camino por la “selva” en pleno corazón bizkaino, tal como si estuviéramos jugando a la rayuela, una forma de descansar diez minuticos, mientras, pienso en los compas que me esperan a la salida, Gontxal, el maestro txalapartari -iré directa hacia Rekalde a ensayar Txalaparta con los colegas, hoy están todos allí- y mis mejillas tomar un calor estimulante al pensar en ellos.

No me he presentado colegas, soy cráneo rapado, una especie de luna llena “trasnochada” -dicen los amigos que no hago más que dar vueltas con la historia, la de la vida vamos!- Y, es que llevo días sin dormir bien, no se cómo ubicar al personaje en el “gallinero del cuartel” de la torre. Subo de nuevo a ella, hasta la punta, ñooo…!, que balanceo, se me encoje la tripa! Hay que meter horas para pensar cómo encajar al,“Tito”, en ese espacio!!! Nada fácil, las inquietudes del uruguayo Rosencof son algo extremas, no lo pusieron fácil los militares! Y, entre tanto y tanto, llega el autor de la obra …

Se enfadó Rosencof en el primer momento!, no le sentó pero que nada bien, que su personaje lo interpretara una mujer ¡“Aivadios”!… y eso con el pelo rapado al cero!!!. Pero cambió, por supuesto, nos fuimos haciendo amigos, en el campo de la interpretación, digo. Y, es que un hombre como Mauricio, militante, represaliado, dramaturgo, periodista, interpretado por una mujer… ¿Acaso no hubo mujeres Tupamaras?, así fue poco a poco, consiguiéndose un remanso de optimismo y disfrute, sin igual.

Pese a todo esfuerzo, amigos, aquello seguía rezumando humedad y el vestuario que encarnaba “El Bataraz”, (¡pobre gallo!), lo cantaba sí sí, qué olor tomó; eso sí, ¡la brigada proletaria trabajó!, se respira mejor, tropezaba con menos artilugios sin uso y la nariz desmayó para nada ya ofendida. Quizá hoy Gardel esté contento -pensé, “El Bataraz”, podrá ganar la pelea. Aquello, empezaba a tomar temperatura y pulso; el “Ring”, ya dispuesto sobre arena sequita favoreció a la “Bataraza” que llevaba dentro. Su esplendor y fuerza para la pelea se imponía dentro de mi, y todo, gracias a la comparsa paria de jóvenes Martianos. Cada vez el recinto, mas ellos menos ‘yo’, es decir menos recinto de pelea. Ja,ja,ja!, adios al Ring!, apareció Té, pastas, chocolate calentito… Era evidente que la obra les gustaba, todo lo intentaron, con el mayor silencio en los ensayos. Movimiento de trastos inútiles, fuera!, se paraban silenciosos a escuchar… ÑOOO, ¡teatro puro!, tremendo drama el de “los trece rehenes Tupamaros”, tremendo monólogo con tanto personaje, manera de desdoblarse tu!. Comentaban en susurros, unos a otros, -deja, deja cosas por ahí, no se te ocurra limpiar, que la compañera es alérgica al polvo y está ensayando; limpiaremos mañana, alarga la cosa que quiero venir todos los días a los ensayos, esto ya es una escuela viva, aprender arte dramático, de verdad, y no en las escuelas!!!

Las paredes ojerosas de aquella nave, empezaron a tomar el brillo de las miradas de los muchach@s luchadores, que con tal de no perder un ensayo, rellenaban huecos invisibles con aguaplás ¡veían desollones, golpes en las paredes por toda la inmensa nave industrial! Y, lo mas importante, lo hicieron por voluntad y economía propia! Así es, como todo fue tomando ritmo y plumaje de casta tupamara, y empezó a brillar sobre la inmensa lonja una parte de la historia uruguaya en Euskal Herria, con carácter propio. Yo, seguía vibrando, ladeándome “asustada” sobre la torre, celda, donde se encontraba -“enjaulado el Tito”- como símbolo de la resistencia tupamara. Ahí, pegadita a él, y con él al pueblo luchador uruguayo…

PD.
Actuar en teatros dentro de museos de la historia fue maravilloso, pero el teatro de la Sala Che Guevara, fue entrañable y el equipo de dirección y coordinación en aquellos momentos, para no olvidar.
La llegada del Festival de Teatro de La Habana, la esperaban muchos amigos, actos y relaciones sorprendentes. Agradecer, para sintetizar, desde mi aportación como actriz, a la organización de Abialdia; nunca podré olvidar (como castellano parlante), la invitación para tomar parte de los actos programados. Qué podría ofrecer yo en esos momentos sino “EL BATARAZ”! Siempre fui consciente de la importancia del teatro como compromiso; mi monólogo era eso, un compromiso social para con la Libertad y su lucha, para con los sueños que la alimentan… La actuación para Abilandia fue en el hermoso y peculiar espacio de la sala de La Merced “Bilbo Rock”… Hora y día duro, los helicópteros rondaban insistentemente al acecho, el silencio en todo Bilbo era sepulcral, en el Kasko viejo donde se ubica la sala sólo se veían helicópteros arrasando bajito, empezaba a cundir el pánico, las amenazas, la represión se sentía, aún sin nadie por las calles… Los técnicos enviados pidieron suspender la actuación… todos los ojos me miraron, -no, quedan 15 minutos. -¡Pero tendría que estar la calle a tope…! Hoy la gente no saldrá de casa, nos reventaran la actuación, no es un día para que se abran teatros- Sí lo es, -respondí- sí, si viene gente, la que sea, actuaré y… sí, “los muy valientes” se arriesgaron, se encararon, entraron en la emblemática sala. Creo que ha sido mi mejor interpretación. Resistencia ha sido siempre mi compromiso con la historia. Se hace necesaria otra marcha, y como entonces, la CULTURA debe ocupar un lugar destacado en la lucha antimperialista por la libertad que nos corresponde a todos.

Teatro, sinónimo de cultura popular, amplio mundo artístico cargado de futuro, vanguardia escénica sin parangón; con él se camina en ese sentido, todo es camino:
ONGI ETORRI ABIALDIA, ASKATASUNA!!!
GORA KUKUTZA, AURRERA!!!

PD.
La acción policial cumplió las amenazas de los últimos meses sobre Kukutza. Destruyó el centro, golpeó las ilusiones populares, y un hermoso proyecto cultural colectivo. Un proyecto que había convertido, el abandono de cuatro paredes fantasmas de una fábrica en un eje tentador, más que una ‘atracción’ en sí cultural, algo de todos, hecho por todos, vivido entre todos, como es la cultura que emana de los pueblos, es decir, en una “fábrica” de sueños en cadena realizables capaces de transformar la vida diaria de un barrio en algo equipado, con metas, coordinado, participativo, asociativo, sin ánimo de lucro -y ésto, a la altura en la que se encuentra la globalización “cultural”, a la que hemos llegado… que exista en un barrio obrero un centro con servicios capaz de integrar como alternativa a los jóvenes del barrio, es mucho! Adios a los cimientos donde se fundamentó la creatividad colectiva, a un proyecto sangrado desde abajo, que emanó de hombres y mujeres, chavales y chavalas voluntarios de la participación, integración, gente “natural” como la vida misma; pero… claro, claro, eso es inquietud, cuidadito!, el espectáculo llamado cultura no quiere eso… las empresas de la incultura tampoco… los mandatarios menos, que ya son europeeeooos!!!, globalización, control, globalización!!!

Maité Campillo (actriz)

 

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