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Nacionales E.Herria :: 24/01/2012

ELA y LAB: De la sala de clase a la lucha de clases

Borroka Garaia
A veces es mejor que una situación acabe de romperse para que resurja otra más fuerte y estable.

Se veía venir. Después de una serie de polémicas epistolares y a varios desencuentros, ELA ha escenificado públicamente la ruptura de la estrategia de unidad de acción de la mayoría sindical vasca. LAB acto seguido ha confirmado ese distanciamiento y ruptura. ELA aduce que es imposible llevar a cabo una estrategia unitaria tras la irrupción de Bildu en el escenario político y la dependencia y sumisión de LAB ante las políticas socio-económicas de la coalición de izquierda soberanista que en opinión de ELA no están a la altura desde un prisma de izquierda y de confrontación.

El caos generalmente es la situación anterior al orden. Y en este caso no habría que dramatizar excesivamente estos desencuentros sino verlo como una oportunidad para centrar el debate y hacer los ajustes oportunos. Si hay voluntad para ello, claro está. A veces es mejor que una situación acabe de romperse para que resurja otra más fuerte y estable.

La combatividad de la clase obrera vasca ha sido históricamente muy alta. Como un antiguo texto proclamaba; Euskal Herria no es Vietnam pero tampoco Hawái. Se podría entrar en muchos análisis del porqué la respuesta de clase está siendo excesivamente moderada ante la gravedad de la coyuntura. Seguramente faltaría tiempo para dar cabida a un debate de esa amplitud. De todas maneras si me gustaría remarcar un factor que en mi opinión tiene cierta importancia.

La combatividad de la clase obrera y la juventud se asienta sobre unos pilares éticos. Sobre la ética revolucionaria. Y esa ética revolucionaria se ha visto menoscabada gradualmente en el tiempo. Es incompatible desarrollar en toda su extensión una confrontación obrera con la existencia de secciones sindicales en la ertzaintza como ocurre en ELA.

Es delimitador, pone a la defensiva y agazapa al movimiento popular y sindical (y al político) el haber aceptado la dinámica de destensionamiento propiciada por la ética burguesa ya que distorsiona todos los ejes de análisis politico. Se podría entrar en valoraciones del porqué se ha dado esa dinámica y habría que analizar el contexto concreto y los bloqueos previos existentes pero eso no cambiaría que ese proceso de amansamiento ideológico, pasivo en algunos casos, esté en marcha. De esto no se salva ni ELA ni LAB. En este apartado parece que Euskal Herria camina en sentido contrario al contexto internacional de la lucha de clases más avanzadas en Europa en algunos ámbitos de lucha.

Ya se comentaba en este blog hace unos meses que el movimiento popular está perdiendo peso a nivel práctico día a día. En el momento en que estamos sufriendo una de las mayores agresiones del capitalismo con unas consecuencias gravísimas en todos los sentidos no existe una respuesta clara y organizada como pueblo ni tampoco existe un planteamiento estratégico de cara al futuro. El sindicalismo vasco se ha creado prácticamente un sector estanco que no está interrelacionado con el movimiento social y el resto de dinámicas socio-económicas. Reduciendose a la lucha por un sueldo digno y a respuestas más amplias pero sin seguimiento y poco efectivas. Además una visión excesivamente institucionalista de todo el proceso de lucha está erosionando pilares estratégicos nacionales y sociales.

Un debate sobre el modelo sindical, el movimiento popular, y las necesidades organizativas derivado de ello es lo que podrá dar cohesión a la lucha social. Posiblemente sea urgente un gran debate de todo el amplio movimiento social vasco, sindical y politico (Bildu..) para colocarlo en un carril estratégico y no cortoplacista e inconexo entre sí. Tarea ardua y complicada.

Pero quizás una tarea que se hace más necesaria y urgente que nunca.

Es del todo irresponsable que ELA no sea partícipe con mucha más energia del proceso político que debe llevar a este pueblo a un ciclo de soberanía y resolución del conflicto pero también sería irresponsable que tanto la izquierda abertzale como ELA no entiendan que debe haber un análisis asambleario conjunto del frente institucional del soberanismo de izquierda, el sindicalismo y el movimiento popular que mancomunadamente hagan un diagnóstico de la coyuntura y un plan de acción estratégico, coherente y con determinación en el plano social y económico. La mayoría sindical vasca debe traducirse en una mayoría política y en una mayoría social. Y no debe haber incoherencias entre ellas. La unidad popular además debe recuperar con energia el ser una herramienta del movimiento popular y el sindicalismo.

En resumidas cuentas no solo gestión sino sindicalismo de combate, no solo gestión sino unidad popular con un pie en las instituciones y otro en la calle, en los centros de trabajo y en el paro. Quizás la chispa que falta sea una revitalización del movimiento juvenil y de la lucha revolucionaria en la construcción nacional y social que de un meneo a todas las inercias existentes y sea la argamasa que interconecte las buenas condiciones que existen para presentar batalla. Porque sí existen, pero aún no están optimizadas y puestas en marcha en todo su potencial.

Habrá que pasar por la sala de clase para estudiar, aprender y volver a ganar confianza en la lucha de clases. Que de ningún modo es incompatible con un proceso de superación del conflicto ni mucho menos con el de liberación nacional. Ni que decir para lxs que creen en la independencia y el socialismo. La responsabilidad es conjunta.

 

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