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Grecia: Un ataque racista en Corinto deja 3 heridos y 2 desaparecidos
En la que además se produjeron 2 heridos de gravedad, y de la que fue testigo Prensa Latina.
Los hechos sucedieron el sábado cuando un grupo de periodistas, entre los que me encontraba, realizábamos un trabajo sobre la situación de un numeroso grupo de refugiados que malviven en los vagones retirados en la antigua estación de tren de Corinto.
El ataque ocurrió de forma inesperada, sobre las 15.45 hora local, cuando un grupo de 4 ó 5 desconocidos llegaron hasta la terminal abandonada alegando que un magrebí había robado algo de dinero en el mercado al aire libre durante la mañana.
Agredieron al primer inmigrante que hallaron, una anciano que cocinaba en una lumbre improvisada, pero la rápida intervención del resto de compañeros para repeler el ataque consiguió en un primer momento poner en huida a los asaltantes.
Uno de ellos, tras introducirse en su automóvil, intentó escapar atropellando al ciudadano argelino Abdullah Goduz, de 35 años, pero tras alejarse un centenar de metros volvió marcha atrás y a toda velocidad con el objetivo de arrollar a alguien de entre el grupo que se había formado.
En esta segunda ocasión fue Nabi, un joven marroquí de 22 años, quien sufrió el brutal impacto del vehículo quedando tendido en el suelo, mientras los periodistas y el resto de inmigrantes tuvieron que saltar un pequeño muro para poner sus vidas a salvo, después de lo cual el agresor se dio a la fuga.
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Tras la llegada de la policía, minutos después, los atacados denunciaron que dos de sus amigos, Ibrahim y Hassan, ambos argelinos de 50 y 20 años de edad respectivamente, habían sido secuestrados e introducidos en un primer coche de los asaltantes, y que no respondían en sus teléfonos celulares.
Los dos atropellados fueron traslados al hospital tras una larga espera de la ambulancia, que tuvo que venir desde la ciudad cercana de Kiato, debido a que en Corinto el servicio de urgencias no contaba con conductores durante el fin de semana debido a los recortes en sanidad.
“Esta gente viene de vez en cuando, con porras y palos, para golpear salvajemente a quien encuentran solo”, relató a Prensa Latina un joven tunecino que no quiso da su nombre por miedo a represalias.
“Hace diez días vinieron en un todo terreno, un Toyota blanco, y me dispararon con una pistola de balas de plástico”, explicó el argelino Ahmed, quien aclaró que no pueden ir a la comisaría de policía al no tener papeles de residencia del país.
Las autoridades se cruzan de brazos, “si vienen a denunciar algo tengo que detenerlos, ya que están viviendo aquí ilegalmente. Lo siento, pero esa es la ley”, se excusó el inspector jefe policial de Corinto.
Los agentes trataron de restar importancia al incidente y a última hora de la noche de ayer aún no se había producido ninguna detención, mientras los hospitalizados se mantenían estables, el más joven de ellos con numerosas fracturas oseas.
La situación de los refugiados en la estación de tren es dramática, sin dinero, comida, aseos, ni agua corriente, malviven atrapados a la espera de poder abandonar clandestinamente un país afectado por la crisis, peo con la amenaza de ser devueltos si son hallados en otro país de la Unión Europea.
“No hacemos nada malo, incluso comemos de lo que encontramos en la basura para no molestar a las personas de la localidad”, explicó Abdulhalil, añadiendo que “sólo esperamos para poder escapar de este país”.
En los últimos años Grecia ha sido la puerta de entrada a Europa del 90% de la inmigración irregular.
