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Nacionales PP.Catalans :: 01/05/2012

¿El pacto fiscal, una trampa para fortalecer los vínculos con el Estado español?

Frederic Tort
¿Y porque proponer la abstención activa? Pues porque España, como tal, es irreformable.

El pasado 20 de noviembre se celebraron elecciones en el congreso de los diputados y al senado del Estado español. Unos comicios a los cuales la CUP decidió no participar y promover activamente la abstención. Los resultados de estas elecciones todos los sabemos. Mayoría absolutísima del PP al conjunto del Estado español. En cuanto a los Països Catalans la derecha de CiU fue la fuerza más votada en Catalunya; el PSOE se hunde por todas partes mientras ERC e ICV-IU se mantienen ligeramente a la baja y a la alza, respectivamente. A ses Illes y en el País Valencià amplía mayoría del PP, donde la coalición Compromiso aparece.
Con este panorama el día después de las elecciones el presidente de la Generalitat de Catalunya nos sorprende con un discurso triunfalista. Han colocado en Madrid un tal Duran y Lleida, máximo exponente del ”catalanismo” ultraconservador y sumiso a los intereses del estado. Además, el presidente nos informa que con los resultados en la mano el pueblo de Catalunya ha legitimado y dado su visto bueno a las políticas de recortes sociales del gobierno de CiU. Y todo esto envuelto con su propuesta estrella para hacer avanzar el país hacia la plena soberanía: el pacto fiscal. Un pacto que según el gobierno catalán nos hará progresar socialmente y nos hará también más libres. Un pacto al cual desde ERC, haciendo números y viendo los resultados obtenidos últimamente, ha faltado tiempos para ofrecerse como socio preferente.

Desconfiemos. No nos engañamos y no volvemos a caer en la trampa de la política de que eso es pan comido. Bajo un velo de supuesta buena voluntad y valentía política para hacer frente al expolio económico se esconde una trampa para fortalecer, siempre a escondidas y con alevosía, las cadenas que nos ligan al Estado español. No hagamos el juego ni a CiU ni al pseudoindependentismo de ERC que ahora, para limpiar la imagen de su gestión en los gobiernos tripartito con el PSOE-ICV y su falta de proyecto político claro, se aferra a cualquier acción conjunta con CiU para venderse como garante de la lucha por las libertades del pueblo catalán. Y quien sabe si también negociando en el mismo paquete la aprobación de los presupuestos de los recortes con el gobierno de la Generalitat.
Hagamos memoria, porque esta jugada no es nueva. Ya nos encontramos en su momento con la aprobación del actual estatuto de autonomía. Un estatuto que supuestamente nos tenía que hacer más libres y nos tenía que acercar al pleno reconocimiento como pueblo y que ahora, a la hora de la verdad, se ha mostrado como una herramienta que nos hace cada vez más dependientes del Estado español, legitimando y dando cobertura institucional a nuestra sumisión.

Volviendo a la reflexión inicial y visto con un poco más de perspectiva. La decisión que tomó la CUP fue coherente con la tarea que ya hace años desarrolla en la calle y en las instituciones. Decir que quizás para muchos esta fue una decisión complicada, aunque no polémica. Sobre todo viendo que Amaiur, la marca electoral de la izquierda independentista vasca, se abocaba de pleno y con éxito en estos comicios. Aquí sólo hacer un inciso para mostrar un gran respeto por el trabajo y la estrategia de los compañeros y compañeras de la izquierda independentista vasca y la admiración por conseguir superar la cacería de brujas a la que se encuentran sometidos desde hace muchos años.

¿Y porque proponer la abstención activa? Pues porque España, como tal, es irreformable. En España hoy por hoy no podemos jugar porque no podemos ser partícipes de un juego donde las normas no son iguales para todas las partes. Ahora el trabajo hacia el reconocimiento lleno y real del derecho a la autodeterminación, al contrario de lo que dicen algunos que quieren pedirlo por favor en Madrid, la tenemos a nuestras instituciones. Aquí es donde hace falta la valentía y el coraje político para garantizar los derechos sociales y nacionales para nuestro pueblo. Y los primeros que tienen que creer son los cargos electos a las instituciones autonómicas y en nuestros ayuntamientos.
Por eso la abstención activa la entendemos como una postura de acuerdo con la construcción de un proyecto político que llegue a ser una referente de la unidad popular. Un proyecto que nos permita avanzar socialmente y nacional. Y el 20N, las maniobras políticas posteriores y la trampa del pacto fiscal legitima todavía más la abstención de la CUP como postura política crítica y activa.

Frederic Tort, militante de la CUP de Blanes

 

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