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Andalucía :: 12/11/2012

Manifestación 13N: "No podemos permitir que nos sigan explotando: Stop gobiernos. Stop patronal"

La Haine
13N, 17 horas, Plaza del Ayuntamiento - Sede de la Patronal (Granada)

NO PODEMOS PERMITIR QUE NOS SIGAN EXPLOTANDO: STOP GOBIERNOS, STOP PATRONAL

¿Dónde estamos?

Después de treinta años de democracia podemos decir alto y claro que quienes mandan en este país son banqueros y empresarios, y que los políticos son sus empleados. Hemos vivido gobiernos de uno y otro símbolo, con mayorías absolutas o simples, con coaliciones con otros partid os o en solitario, pero todos han recorrido el mismo camino: hacer crecer la desigualdad social y mermar los derechos de la ciudadanía.

Vivimos un momento histórico: se está produciendo el mayor ataque contra nuestros derechos en décadas. Con la excusa de la crisis y la deuda hemos entrado en una espiral que nos va a dejar sin ningún derecho laboral o social, con miles de personas en la cárcel y millones en el paro.

¿Cómo ha podido pasarnos esto?

Pero no podemos engañarnos, el problema no es la crisis, sino el capitalismo. En los años de “bonanza” económica (que ahora dicen que debemos añorar) había ya 3 millones de parados porque el sistema necesita mano de obra barata que trabaje sin protestar bajo las condiciones que la patronal dicte. En aquellos “maravillosos” años el salario mínimo interprofesional de España era uno de los más bajos de toda la UE, la tasa de afiliación sindical ínfima y los beneficios de banca y patronal inmensos.

Ahora que parece que la mancha se extiende y que las dificultades empiezan a llegarnos a todos, las soluciones del gobierno son un yugo más fuerte que la propia crisis: su receta para “mejorar” la situación consiste en hacer a los ricos más ricos y a los pobres más miserables.

Todas las medidas que han tomado los gobiernos de Europa desde que empezó la crisis van en la misma línea (recordemos que aquí fue el PSOE quien ya subió el IVA, retrasó al edad de jubilación a los 67 años, bajó 5% el sueldo a los empleados públicos e impuso la enésima reforma laboral contra los trabajadores). El PP desde que entró al gobierno no ha hecho otra cosa que cercenar nuestros derechos, endurecer las penas contra las protestas, apalear y dar palmaditas en la espalda a banqueros y empresarios.

¿Ni gobierno ni patronal?

Las dos últimas reformas laborales (podríamos decir esto también de las anteriores) han sido dictadas directamente desde los despachos de la patronal, restando cada vez más poder de respuesta a los trabajadores, facilitando los despidos, acelerando los ERE’s, cercenando la libertad de asociación, adecuando los salarios a sus intereses y dificultando la victoria de los trabajadores en sus conflictos con las empresas.

Políticos y empresarios se han constituido en una casta al estilo medieval. Trabajan juntos porque trabajan por beneficio mutuo. Desde el presidente hasta el último concejal, todos los políticos tienen clara su función: perpetuarse en el poder. Y para hacerlo saben a quien tienen que contentar, a aquellos que pagan sus campañas y financian a sus partidos: bancos y grandes empresas.

La privatización de los servicios públicos es un claro ejemplo de cómo se dan la mano políticos y empresarios. Sus intereses comunes se vuelven a poner de manifiesto porque quienes realmente se benefician de las privatizaciones (de la salud, el agua, la educación, etc.) son las grandes empresas que van a gestionar estos recursos llenándose los bolsillos a nuestra costa.

Además, si un político lo ha hecho bien es recompensado con un inútil puesto por el que recibirá millones en una de estas grandes empresas (Eduardo Zaplana-Telefónica, Pedro Solbes-Enel, José Jon Imaz-Petronor, Aznar-Endesa, Rodolfo Martín Villa-Endesa y Sogecable, Rodrigo Rato-Bankia, Ana de Palacio-Areva, Felipe González-Gas Natural y un largo etcétera de políticos que han labrado su fortuna a costa de un puesto en el que se supone que trabajaban para nosotros).

Pero no se trata sólo de los políticos de PSOE y PP, porque también los que dicen ser de izquierdas y representar los intereses del pueblo son responsables de esta situación. No se trata de que sean buenas o malas personas ni de que tengan buenas intenciones. El asunto central es que la representatividad nunca sale bien al pueblo porque sólo nosotros y nosotras sabemos lo que necesitamos, desde ningún despacho pondrán soluciones para los problemas de la ciudadanía si no les obligamos nosotros.

¿A dónde nos llevan la crisis y la deuda?

Todos estos recortes y privatizaciones se justifican por la necesidad pagar una deuda que han contraído ellos para asegurar su negocio y nuestra esclavitud. Explicado groseramente, el mecanismo de la deuda es el siguiente: el BCE presta nuestro dinero a los bancos a un interés del 1% y éstos lo prestan al Estado al 6% para que nosotros paguemos la diferencia. Un negocio redondo que engorda cada día a los grandes bancos europeos y las finanzas alemanas.

No contentos con esto, hemos vivido tres inyecciones millonarias a la banca española. Se han dado millones de euros sin ninguna contrapartida (es decir, les regalamos un dinero supuestamente de todos), mientras esos mismos bancos no dudan un segundo en echar a miles de familias a la calle a diario, embargar y estafar a sus clientes. Tiene que quedar claro que la deuda del gobierno no es la deuda del pueblo, ellos la necesitan para perpetuarse en el poder, para nosotros es una cadena muy pesada que van a tener que seguir pagando nuestros hijos y nietos.

¿Qué será después del rescate?

Ya tenemos encima el rescate financiero del que tanto se habla desde hace casi un año. En lo fundamental el rescate no va a cambiar nada, aunque lo va a empeorar todo. La diferencia entre el rescate y la deuda es que el primero viene con unas exigencias políticas marcadas mientras que en el segundo es el gobierno el que busca cómo recaudar el dinero para pagar la deuda con los mercados.

Rajoy lo ha dicho claro varias veces: no tiene capacidad para actuar. Esto es lo que supone el rescate: una excusa. Y como tal será asumido, con un fatalismo que roza lo estúpido y que justifica nuevas vueltas de tuerca contra los de abajo (como serán la congelación de las pensiones, nuevas reducciones en ayudas públicas al desempleo, menos becas, etc.). A los griegos les han impuesto una jornada laboral de seis días, subidas de impuestos, bajadas de los salarios,… y aun así ya han dicho que tienen que seguir recortando: el capitalismo es un monstruo cuya voracidad no tiene límite. Nada sacia a los mercados, nada frena a los políticos, nadie ayuda al pueblo. ¿Cómo podemos confiar en que la democracia es el sistema que mejor respeta la soberanía popular si el presidente del gobierno dice que él no puede elegir? ¿Cómo se puede justificar la existencia de un gobierno si quienes dictan las leyes son los mercados?

¿Hay salida?

Si nadie ayuda al pueblo, es obligación de éste solucionar sus propios problemas. Esa es nuestra receta: mientras haya capitalismo no habrá democracia y mientras haya políticos habrá capitalismo. Va en el sueldo de ministros, diputados, presidentes y alcaldes defender los intereses de los caciques. Son el brazo político de los explotadores.

Si conseguimos derribar a la clase política y a través de la autoorganización los hacemos prescindibles, puede llegar el día en el que seamos capaces de organizar la sociedad de abajo hacia arriba estableciendo una auténtica democracia en la que el pueblo se responsabilice de todas las decisiones. De este modo no habría deuda, bancos, ni se atacarían nuestros derechos. Pensar que esto es imposible es hacerle el trabajo al enemigo. Lo realmente imposible, si analizamos nuestra historia, es confiar en que los políticos van a solucionar nuestros problemas. Si no lo intentamos, nunca sabremos si es posible.

No vale con protestar, hay que crear alternativas en la lucha por eso no debemos pensar sólo en el ahora, sino también en el futuro e ir levantando estructuras de organización y solidaridad sobre las que poder levantar un contrapoder al mundo que vivimos.

Pese a que sabemos perfectamente quiénes son CC.OO. y UGT y no compartimos su miserable oportunismo y su afán político, la huelga del 14N es un día perfecto para continuar avanzando en la lucha por desbordar a estos sindicatos y sus rácanas peticiones. Si queremos una huelga de trabajadores, sin cúpulas sindicales que decidan por los demás, tenemos que ganarla el 14 de noviembre.

Por todo esto el 14 te invitamos a participar en los piquetes y las convocatorias libertarias de esta ciudad y el 13 de noviembre en la manifestación contra el gobierno y la patronal que comenzará a las 17.00 en la Plaza del Carmen (Ayto.).

 

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