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Nacionales E.Herria :: 12/11/2012

Desahucios, Mario Fernández y la cueva de los cuarenta ladrones

Joseba Permach
Estos hechos de ¡hace ya ocho meses! ponen en evidencia que la muerte de Amaia Egaña podía haberse evitado

El 23 de marzo de 2012, la asamblea de la BBK debatió una propuesta presentada por los consejeros de la Izquierda Abertzale, PSE, CCOO y Ezker Anitza. Dicha propuesta, entre otras cosas, solicitaba la paralización inmediata de los desahucios. La petición la avalaban 39 consejeros de dichas formaciones.

Ese mismo día y desde por la mañana, el presidente de Kutxabank Mario Fernández y representantes del PNV iniciaron una serie de conversaciones (por no decir directamente presiones) con el objetivo de dejar sin efecto esta iniciativa. La discusión correspondiente siguió una vez comenzada la propia Asamblea de la BBK. Tras un intento del PNV para que la propuesta no fuera ni tratada, y tras un escándalo en mitad de la asamblea, finalmente se pudo votar. La propuesta contó con 27 votos a favor y con 50 votos en contra. Obviamente estos 50 votos correspondían a representantes del PNV; entre las abstenciones se encontraban las de CCOO y según aparece en prensa, también, la del representante de ELA.

Entre tanto Mario Fernández se sacó una propuesta de la chistera, para salir del paso, y dijo que se iba a crear un fondo para hacer frente a la problemática de los desahucios. Obviamente el dinero para ese fondo correría a cuenta de la obra social y por tanto en detrimento de otros gastos sociales. Pero lo importante ese día era parar el gol de aquéllos, que con el pacto PP-PNV, había quedado fuera de la dirección de Kutxabank.

Estos hechos de ¡hace ya ocho meses! ponen en evidencia que la muerte de Amaia Egaña podía haberse evitado y que detrás de la decisión de mantener los desahucios, hay una ley hipotecaria injusta, desproporcionada y cruel, y unos responsables políticos y económicos. Hay quien responderá que Amaia tenía la hipoteca en la Caixa y digo yo que eso da igual. Kutxabank es un banco cuyas acciones, todas y cada una de ellas hasta que PP y PNV no lo privaticen, están en manos de la tres Kutxas. Estas siempre han sido entidades de carácter más o menos público, con una función también social y desde luego con posibilidades de control político. Por tanto, Kutxabank, mientras el tandem Urkullu-Basagoiti no decida lo contrario, puede y debería hacer otro tipo de políticas, muy diferentes a las de cualquier otro banco del mercado financiero.

Y cuando pudiéndolo hacer, no se hace; cuando se vota en contra de la paralización de los desahucios, como hicieron todos y cada uno de los representantes del PNV en la BBK hace ya ocho meses, se ostenta una responsabilidad política que debe ser denunciada. Kutxabank es la entidad que proveniendo de donde proviene lleva a cabo la mayoría de los desahucios de la CAV y esto, sencillamente, no tiene nombre por no utilizar adjetivos fuera de tono. Y esto que no tiene nombre, sí tiene responsable políticos: PNV y PP, que con un pacto para hacerse con el poder de Kutxabank fueron capaces de marginar a quien reivindica un modelo de cajas o banco público muy diferente.

Ahora, cuando los desahucios se han cobrado su primera víctima en la CAV, Urkullu y Mario Fernández se apresuran a dejar sin efecto los desahucios, eso sí, conscientes de que Europa se va a cargar la ley hipotecaria, que PP y PSOE van a pactar una nueva legislación y sobre todo que, afortunadamente, Euskal Herria es diferente. Urkullu no dijo en campaña ni pio sobre el tema, simple y llanamente porque no quería hacer nada al respecto. Ahora, Urkullu y Mario Fernández han tenido que moverse.

Porque la decisión del PNV y Kutxabank de dejar los desahucios sin efecto es un éxito de la movilización popular. Es un éxito del movimiento social STOP desahucios, un éxito de cada una de las personas que ha participado en sus movilizaciones o que ha firmado sus reivindicaciones. Y, sin arrogancia, pero con orgullo, tenemos que decir que también es un éxito de todos los representantes políticos que en las Asambleas de la Kutxas, entidades fundadoras o en Ayuntamientos y JJGG han presentado mociones y propuestas al respecto. Porque otro modelo social es posible y porque otra política es posible.

Es verdad que esta victoria es parcial. Ni todos los bancos lo han decidido ni la decisión es indefinida. Hay que seguir, por lo tanto, trabajando en la misma dirección, en la calle, en las Kutxas y en las instituciones.

No quisiera terminar sin recordar que el próximo día 21 se conformaran las tres nuevas asambleas de la Kutxas. Hay marea de fondo, una vez más, para intentar perpetuar el tandem PNV-PP y conseguir en este caso que EHBildu no obtenga la mayoría en el Consejo de Administración de la Kutxa de Gipuzkoa. Ello permitiría nombrar cuatro nuevos representantes en la dirección de Kutxabank, cerrada ahora a cal y canto como si fuera la “Cueva de Mario Fernández y los cuarenta ladrones”. Esperemos que sindicatos y partidos que se llaman de izquierdas no caigan en la tentación de dar pie y apoyar al neoliberalismo financiero que pretenden impulsar algunos. Otra política es posible y hay que remar ya en una nueva dirección.

 

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