Jueza Mota: Uruguay está condenado a la mpunidad

La convocatoria de CRYSOL, seguida rápidamente por varias organizaciones sociales, inclusive el PIT-CNT, y fortalecida con la presencia de dos intelectuales uruguayos reconocidos internacionalmente, tuvo el efecto de desbaratar una jugada política presidencial, a través del vehículo de la SCJ, planificada para pasar desapercibida en plena semana de Carnaval.

Les salió el tiro por la culata a nuestros estrategas: la gente se congregó y lo que se pensaba hacer pasar como un procedimiento “normal” tomó proporciones que desbordaron los cálculos iniciales de hacer todo entre “gallos y medianoche”. La gente no está dormida, no la “puentean”, ni se come mas los versos del “viejito piola” presidencial como al comienzo y, en cuanto a Eleuterio Fernández esta mas “manyado” que el tango la Cumparsita (1)

Fue un evento, similar a la marcha del 20 de mayo, después del incidente parlamentario Semproni, que saboteó el acuerdo parlamentario para anular la Ley de Caducidad. Entonces también, con dignidad masiva, se le marcó la cancha al Sr. Mujica, que es el Maquiavelo nacional que está detrás de todo esto, pero que no le gusta quedar en evidencia y “pegado”.

Señalemos todo esto previamente, porque los ataques a la SCJ, evidencian al seno del movimiento popular una voluntad (de algunos) de parcializar la cosa, circunscribirla a los jueces y sus potestades, cuando la cosa es mucho más amplia, es política, y apunta a donde muchos, por consideraciones electorales futuras, no quieren apuntar (2).

Señalados los prolegómenos, vayamos a lo esencial: la gente fue a manifestar su reconocimiento y apoyo a la Jueza Susana Mota y a tratar eventualmente forzar que la ceremonia de su traslado (de lo penal a lo civil) no se realizase, atemorizando con su presencia a esos viejos carcamanes y cómodos que son los supremos mandones de la corte que, como buenos burócratas, le temen a quedar expuestos y en evidencia ante la opinión pública. En parte la manifestación cumplió su objetivo y ahora Susana Mota sabe bien fehacientemente que sus denodados esfuerzos judiciales, esa terca voluntad de luchar con las pocas herramientas en sus manos, no pasaron desapercibidas y es uno de esos anónimos funcionarios honestos que se han ganado el reconocimiento popular. No es poco, para esta valerosa mujer y jueza (3).

Con respecto a la prensa uruguaya (todos los grandes medios de publicidad privadas, fundamentalmente) no hay mucho para agregar a lo que ha señalado recientemente en un reportaje por Kintto Lucas, defenestrado, justamente, por irse de boca. Los medios de comunicación cumplen la función sustitutiva que no pueden cumplir los partidos políticos burgueses, desprestigiados como están, en el Uruguay y en el resto de América Latina.

Son los canallitas de la cámara y la filmadora, que los mandan los redactores jefes a ganarse la pitanza escasa con que los retribuyen de acuerdo a las líneas de un libreto diseñado en las Consejos de Dirección: la búsqueda de “subversivos” alentadores de las puebladas, de “cabecitas de turco” con las cuales luego ensañarse y así volcaban sus imágenes sobre esa esforzada militante popular que es Irma Leites, o sobre la figura “mediática” que es el “Tambero” Zabalza. Fue una pifia de los medios, porque “la madre del borrego” no se encontraba allí, sino en la creciente indignación popular ante los desaciertos del gobierno, que involucran como figuras principales al actual mandatario Mujica y su posible sucesor en ciernes el Sr. Tabaré Vázquez (4).

Dijimos desde el comienzo que el tema es esencialmente político, y que debe resolverse políticamente, si es que pretendemos resolverlo. De lo contario seguiremos dándole vueltas a la noria, sacando del camino una piedrita aquí y otra más allá, perdidos en partidas sin resultado, en energías desgastadas en matar chimangos a tiros (5).

Hay un divorcio entre la ciudadanía en general, de la cual el electorado frenteamplista es una parte, y las alturas políticas, de la cual también el actual gobierno es una parte, en el tema de los derechos humanos

Esa parte de las alturas, que es una minoría, contempla también a la corporación militar. Están todos interesados en salvaguardar la “institución” militar a pesar de los uniformados mismos, que ayudan bien poco hundidos como están es la corrupción generalizadas de las tres ramas de las fuerzas armadas nacionales. Pero tienen las armas que les pagamos nosotros, y son necesarios para que en la eventualidad de que el pueblo se avive totalmente y exija las reformas sociales elementales (no estamos hablando de revolución, entendámonos) que empiezan por un aumento de los impuestos sobre la estructura agraria y sobre el gran capital.

Si se eso se produce alentado por la crisis internacional del capitalismo que se cierne, habrá que recurrir a ellos nuevamente, como en el pasado reciente, para salvaguardar el “orden” injusto que padecemos y del cual el frentismo gobernante es un sostenedor a través de las figuras del Sr. Astori, y todo el equipo “de Harvard” incluido el Sr. Lorenzo y el resto del combo ministerial.

Esa es la base material de lo que se ha sido denunciado recientemente por muchos: la militarización de la policía que practica “en los cantes y asentamientos” y en la capacitación de los militares como policías que practican de cipayos- por el momento- en Haití.

Ese divorcio en el tema de los derechos humanos entre la mayoría y la minoría lo ejemplificaba con acierto Eduardo Galeano cuando señalaba que:”Uruguay está condenado a la Impunidad”

Que dicho de otra manera, es decir no nos atrevemos como ciudadanos a enfrentar a nuestras jerarquías frentistas con el reclamo de que sin solucionar esto diferendo en forma satisfactoria para los intereses populares, sencillamente, NO HAY VOTOS.

Seguimos a media máquina, sin comprender cabalmente, sin ver el efecto dinamizador que en la política en la otra orilla del Plata, nomás, tuvo la actitud firme de Néstor Kirchner y de su sucesora Cristina Fernández de Kirchner. No queremos ver que es la única forma de ganar las grandes mayorías populares que están faltando: una política firme y decidida en materia de los derechos humanos conculcados. Sin permitir después, que las jerarquías frentistas se suban al carro de lo que imponemos, como se subieron al carro de la lucha anti-dictatorial.

Nota

(1) Que los viejitos carcamanes de la Corte, ni siquiera se animan a mostrar sus caritas cuando hay público que puede presenciar sus canalladas “constitucionales” lo manifiesta claramente las febriles gestiones que se hicieron para desalojar el Palacio Piria, llamando en su socorro “a la pesada” del PIT-CNT y después al mismo Jefe de Policía y sus fuerzas de choque. Dos de esos funcionarios “pesaditos” del movimiento sindical están plenamente identificados por la militancia, uno de ellos responde al nombre (chilenizado) del “Pitufo” y se encargaron de pecherear a Irma Leites y a otros dirigentes sociales reclamándoles que “en función de los niños” desmovilizaran a la gente, pero con actitudes de “mata-siete” Después cuando llegaron los verdaderos representantes del “orden”, estos tristes funcionarios sindicales, se molestaron mucho, ni para “patovicas” sirven estos atorrantes profesionales. Como sus nombres están en la prensa alternativa y en todos los debates que ha habido después en las asambleas sería conveniente que el PIT-CNT, con todo el desprestigio que tiene, hiciera algo al respecto, para evitar que la militancia haga justicia por mano propia y les deje a los “pesaditos” con algún diente de menos o una costilla fracturada.

(2) La pretensión de parcializar la cuestión en la SCJ, tiene que hacer un esfuerzo muy serio para olvidarse que a Mota la atacan desde la marcha del 20 de mayo del año pasado. Tiene que obviar también, las declaraciones del presidente y su señora esposa con respecto a los “pobres viejitos presos”, tiene finalmente que prescindir de las declaraciones del Sr. Mujica, pidiendo a las jerarquías judiciales que tomaran cartas en el asunto después de las declaraciones de Mota en Página 12, periódico argentino. Como se ve antecedentes no faltan y son nutridos. Pero esa conciencia parcial, que no se anima a romper definitivamente con la burocracia frentista gubernamental y que tampoco acierta a desalojarla de sus posiciones, cuando arremete contra los payasos del circo en vez de arremeter contra el dueño del mismo, se mueve a caballo entre dos dilemas: por un lado tiene que enfrentar los atropellos de distinto orden que diariamente se producen si no pierden su razón de existir. Por el otro tratan de salvaguardar “lo político” que es votar una vez más al frente en las próximas elecciones, aunque para ello tengan que tragarse al “sapo” de Tabaré Vázquez. Y la dejamos por acá.

(3) Sobre los esfuerzos de Susana Mota y toda su valentía y coraje moral muchos se han expresado recientemente, sin embargo un reportaje de Walter Pernas, unos de los pocos periodistas investigadores en serio que existen, en el semanario Brecha del 15 de febrero es suficientemente claro. Allí señala claramente que la falta de independencia política del poder judicial, su subordinación al poder político, marca bien claramente de donde venían las presiones sobre la SCJ.

(4) De cómo el frentismo gubernamental retrocede aceleradamente (y una vez más) de clase gobernante a clase dominante , se ha expedido brillantemente Álvaro Rico en su libro “Como nos domina la clase gobernante”, particularmente en su capítulo 2, que justamente cierra el proceso con la ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. La prensa privada cumple un gran rol en ir modificando paulatinamente con su discurso cotidiano y sus mensajes televisivos, esa pretensión.

(5) El asuntito de volcarse contra un “enemigo popular” tras otro, sin ver la generalidad del proceso es típico de nuestra izquierda. Ayer fue la política económica preconizada por Astori (el neo-liberalismo con puntilla social), después fue Semproni, ahora la SCJ, es el vicio de parcializar las cosas, meter la cabeza (de avestruz) en la arena y no querer ver la totalidad.