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Argentina :: 21/12/2012

Bariloche: Los saqueos y el poder de turno

Sergio Barrera
Si hay un lugar dónde la brecha entre ricos y pobres es evidente, es ahí. Porque hay ricos nacionales y extranjeros, y muchos que miran detrás del vidrio

Ayer escuché a varios funcionarios, decir que los saqueos de ayer fueron “orquestados” y “armados”, que “no reflejan la situación social”.

También que la gente no “roba comida, roba plasmas”. como si eso fuera una prueba de algo.

Estuve hace un mes en Bariloche. Si hay un lugar dónde la brecha entre ricos y pobres es evidente, es ahí. Porque hay ricos nacionales y extranjeros, turistas, que se pasean por las calles, con autos de alta gama, 4 X 4, vestimentas carísimas, cenan en restaurantes y hoteles que muchos miran, detrás del vidrio, sabiendo que nunca en su miserable vida van a poder alcanzar.

Encima hay una inflación negada oficialmente, que se come sus salarios mínimos, en negro, precarizados. Sus planes congelados.

"Operaciones previsibles"

Encontré esta nota de Horacio Verbisky, en Página 12, del 19 de diciembre del 2001, la nota se titulaba “Saqueos y saqueadores”:

“Dicho todo lo cual debe agregarse que nada de ello describe el problema, sino apenas algunas operaciones previsibles que se montaron sobre una situación que las hizo posibles. La cuestión central sigue siendo la ausencia de una perspectiva de superación de la crisis que contemple en alguna manera los intereses populares. Ningún pescador podría arrojar sus redes con alguna perspectiva de éxito si el río no estuviera revuelto por tantos años de políticas insensibles a las necesidades elementales de subsistencia de casi la mitad de la población y recorrido por corrientes subterráneas de odio ante tanto maltrato, que en días como el de ayer salen a la superficie.”

No digo que la situación general sea igual. Pero logro identificar una lógica en el poder de turno, cualquiera sea el color del que esté en el gobierno.

Porque cuando uno se cree su propio relato o se escandaliza de una situación que no es otra cosa que el producto de su propia política, ahí empiezan los problemas.

Y entoncés, sí, aparecen los mismos argumentos, los mismos fantasmas. “Esto está armado”, “esto es político”, “no hay hambre, mirá como se llevan televisores”. Esta película ya la vi, estos argumentos ya los escuché.

Y a muchos miembros de este gobierno y militantes kirchneristas, que antes fueron parte o apoyaron al gobierno de la Alianza, el 19 y 20, también los “sorprendió”. Lo miraron por televisión espantados.

Inflación, maltrato, doble discurso, sordera e hipocrecía es lo que sobra en el “País de las maravillas” de Cristina. Espero que tomen nota.

Frente Popular Darío Santillán

 

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