La revolución bolivariana: El principio del fin de la larga noche neoliberal

Dicen que cuando el comandante Chávez murió, el cielo de Venezuela se puso rojo... La noticia de la muerte de Hugo Chávez ha sido un duro golpe que conmocionó a Venezuela, a América Latina y al mundo entero. Durante los días de duelo nacional todos hemos podido ver a una multitud inmensa, a la vez acongojada y entusiasta que quería despedirse de su líder, que le hablaban y hasta le reprochaban el haberse muerto. Hemos visto una Venezuela apesadumbrada, pero a su vez fortalecida por una revolución social en paz, democrática, en marcha, cuya tarea mas importante ha sido el hacer visible a las gentes que habían sido invisibles por culpa de las políticas capitalistas inhumanas.

Todas esas imágenes me trajeron de nuevo a la mente las experiencias vividas allá en Venezuela este verano como brigadista de Askapena y me hicieron ser consciente de que de alguna manera puedo considerarme como una privilegiada por haber podido vivir de primera mano el proceso revolucionario bolivariano que se está llevando a cabo en Venezuela. Es por ello que quisiera aprovechar para animar a todo aquel que tenga inquietudes internacionalistas a apuntarse a las Brigadas de solidaridad de Askapena que cada verano recorren varios países, con la intención de conocer las luchas de los distintos pueblos y de dar a conocer nuestra propia lucha..

En 1999, con la llegada de Hugo Chávez al poder, comenzó en América Latina el final de lo que poéticamente Rafael Correa denominó “la larga noche neoliberal”. Las izquierdas revolucionarias latinoamericanas acuñaron el término de “segunda independencia para designar la recuperación por el pueblo trabajador de sus fuerzas productivas expropiadas. Para Chávez, la independencia de Venezuela significaba independencia económica para utilizar la vasta riqueza natural de la nación para combatir la pobreza paralizante en que vivían millones en los barrios. Y lo hizo ante los aullidos de las élites ricas y de los inversionistas extranjeros.

Su muerte ha sido sin duda un fuerte golpe político para la Izquierda Bolivariana, para la clase obrera venezolana y para los proletarios de todo el mundo, sin embargo gracias a Hugo Rafael Chávez Frías, el pueblo venezolano desarrolló un alto grado de conciencia sobre sí mismo y su papel histórico, así como de la importancia que tiene la continuidad de la Revolución Bolivariana por eso a pesar de que su desaparición física, su legado va a permanecer en el pueblo venezolano, latinoamericano y en los pueblos del mundo,

De mil maneras expresó Chávez la importancia decisiva de comprender el papel del pueblo, en un ya hoy lejano abril de 1999 Chávez afirmaba en un discurso: "Sin un pueblo despierto, consciente y en movimiento, no hay revolución posible, no hay Mesías, no hay caudillo que pueda conducir un proceso revolucionario, solo es el pueblo y esa es la condición sine qua non para que haya proceso revolucionario". En el pensamiento de Chávez, el pueblo venezolano fue el principal actor político del proceso, y aunque en estos momentos el pueblo está muy dolido, es totalmente consciente de que tiene que continuar con las tareas que dejó Hugo Chávez, es un pueblo que sabe lo que tiene que hacer porque él lo preparó para continuar la Revolución Bolivariana y para hacer frente a quienes intentan detener el curso del proceso histórico y volver las agujas del reloj a la “larga noche neoliberal”.

Como decía el Che Guevara; crear uno, dos, tres, cientos de Vietnam esa es la consigna. Seamos nosotros, cientos, miles de Chavez repartidos en todo el planeta, para acabar con las injusticias y tener un futuro de dignidad e igualdad.