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Nacionales E.Herria :: 06/11/2013

Euskal Herria in Europe. Europeas

Borroka Garaia
Los votos de partidos como ERC sonarán muy jugosos pero si no se cuidan a los aliados históricos las consecuencias pueden ser nefastas

Para los lectores y lectoras habituales del blog ya sabéis que el tema de Euskal Herria en Europa me emociona especialmente. Vamos, que me trae por el camino de la amargura y me hace despertar por las noches debido a pesadillas en las que los políticos de izquierda de este país lucen melenas rubias y cantan al unísono el entrañable tema the final countdown del no menos entrañable y de horrible recuerdo grupo de glam metal llamado Europe.

Si recordamos el proceso de debate para conformar Sortu, en relación a Europa, en el texto base propuesto se apostaba por una Euskal Herria como Estado reconocido dentro de la Unión Europea en una primera fase de transición. Sin embargo, el texto fue cosido a enmiendas por la base social y finalmente sentenció que esa decisión debe estar en manos de la sociedad vasca en referéndum. Después de crear el Estado vasco, la sociedad vasca debe decidir si pertenece o no a la UE. En mi opinión, si bien se cambió la propuesta original de apoyo a la entrada en la Unión Europea, el texto definitivo no respondía a lo que la base social estaba exigiendo, que era mantenerse cercano a la postura histórica de la izquierda abertzale.

Por ello, finalmente quedaba en el aire la apuesta real de Sortu con la entrada de un elemento contradictorio y que crea distorsión como que “En un principio tenemos que crear el Estado vasco en Europa” para a renglón seguido afirmar que “después de crear el estado vasco la sociedad debe decidir si entrar o no en la UE”. Por lo tanto, este punto sigue sin estar del todo clarificado debido a lo ambiguo de “estado vasco en Europa” que es una retórica indefinida que a veces es usada para ocultar el deseo de entrada en la UE.

¿Y es que por qué no en Asia o en América?. Supongo que sería complicado arrancar de cuajo el territorio vasco y terraformarlo en otro continente pero me resulta igual de complicado aceptar la pertenencia de Euskal Herria a la Unión Europea. De unirse a algo que sea bueno, digo yo.

Dicho esto, no voy a entrar a hablar específicamente del marco político-militar del euroimperialismo de cara a la explotación de la clase trabajadora europea que el capital europeo se dotó así mismo llamado Unión Europea sino de las próximas elecciones europeas y de la política de alianzas de la izquierda abertzale y el soberanismo de izquierda. Las elecciones serán en el 2014, pero las alianzas de haberlas se cerrarán próximamente o en los meses venideros.

Elecciones europeas

De entrada, habría que decir que cualquier movimiento político de izquierda que se precie, al igual que ha hecho la izquierda abertzale históricamente ante cada evento electoral y ante cada tipo de institución, a lo largo de los años y de una manera dialéctica y enmarcada en el proceso global de lucha requerida, es ir tomando sus decisiones. Participar, no participar, etc.. Una forma de encarar estos aspectos que no se debe perder. Debatir si es necesario participar en unas elecciones determinadas y si lo es, para qué y con que objetivo. Eso debería ser lo primero para no perder buenas costumbres de lo contrario puede indicar una dependencia institucional. La no participación por sistema en las instituciones opresoras puede llevar a la marginación más absoluta pero la participación por sistema sin reflexión previa puede llevar a la asimilación y a olvidarte de que las instituciones opresoras lo son.

En cualquier caso, y dando por hecho que la izquierda soberanista de este país se presentará a las elecciones europeas, surgen una serie de interrogantes especialmente relacionados con la política de alianzas. No en el sentido del bloque nacional a la izquierda del PNV, que está claro y representado por EH Bildu sino en las alianzas internacionales.

Como todos sabemos, la coalición EH Bildu está compuesta de Sortu, Aralar, EA y Alternatiba. Cada fuerza cuenta con aliados históricos y naturales diferenciados que cubren prácticamente todo el espectro de la izquierda. Desde la izquierda revolucionaria a la izquierda socialdemócrata y reformista, incluso en algunos sectores entrando en la “izquierda neoliberal” de centro-derecha.

Obviamente la izquierda abertzale, es la fuerza con más peso de la coalición y sus aliados naturales e históricos son los movimientos de liberación nacional de izquierda no socialdemócrata de las diversas naciones oprimidas por el estado español así como movimientos revolucionarios estatales que respeten el derecho de autodeterminación y no de forma retórica. Movimientos mayoritariamente anti-capitalistas y por lo tanto anti-UE. Alternatiba también podría coincidir mayormente con ese tipo de alianzas.

Por su parte, EA y Aralar están relacionados con la Alianza Libre Europea de la que forman parte partidos como ERC o BNG. Una alianza de partidos europeos pro-UE y de marcada tendencia socialdemócrata.

La contradicción está ahí mismo bien clara. Aunque en principio las contradicciónes se pueden gestionar. Y lo que ocurre es saber si las van a gestionar la izquierda socialdemócrata o la no socialdemócrata. O conjuntamente.

Es evidente que un pacto electoral en el que entrarían partidos como ERC y si además de esto el programa electoral se escora hacia los planteamientos ideológicos de la socialdemócracia pro-UE podría desactivar las alianzas históricas de la izquierda abertzale además de ser un golpe duro al internacionalismo y a la credibilidad de la izquierda abertzale haciendo papel mojado filosofías como la de Iniciativa internacionalista y casi imposibilitando mantener un discurso rupturista y que pueda calar en la clase trabajadora que está pagando una crisis de consecuencias durísimas. También por culpa y a través de la UE.

Los votos de partidos como ERC sonarán muy jugosos pero si no se cuidan a los aliados históricos, un mínimo discurso rupturista en el ámbito nacional y social, y programas de defensa de la clase trabajadora, las consecuencias pueden ser nefastas. Y es que volviendo a lo de antes, si se participa hay que saber para qué.

Si se participa para defender a la clase trabajadora vasca frente al capitalismo, para defender un proceso de independencia nacional, para hacer de altavoz en Europa de la lucha y planteamientos de Euskal Herria, para tejer alianzas internacionalistas, el programa y los planteamientos base tienen que estar en una mínima concordancia. Teniendo en cuenta todo ello y que la izquierda no socialdemócrata tiene mayor peso, sería conveniente que el pueblo trabajador vasco no cargue a sus espaldas con todas las contradicciones ni se vea en la vergüenza de no poder contar con sus aliados naturales. Al menos esa es mi opinión.

Aun teniendo en cuenta que la opción 1 podría no ser aceptada por Alianza Libre Europea (ERC…), y la opción dos no aceptada por Movimientos de liberación nacional + izquierda revolucionaria estatal …

 

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