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Nacionales E.Herria :: 23/11/2013

Idoya Iragorri: "No vamos a salir a la calle solo a que nos detengan"

Herrikolore
En absoluto creemos que tengamos que dar ninguna explicación de nuestra militancia a un juez español, responsable y colaborador de torturadores

Durante el pasado mes de octubre inició en la Audiencia Nacional el juicio contra 40 jóvenes independentistas acusados de pertenecer a la ya desaparecida organización juvenil Segi. 4 de estos jóvenes, entre los que se encuentra la vecina de Sestao Idoya Iragorri, decidieron no acudir a la cita en el juzgado y permanecen ocultos desde entonces por entender que dicha entidad judicial, "no es nadie para juzgar a la ciudadanía vasca". Ha transcurrido ya más de un mes desde que adoptaron esta decisión desobediente. Más de un mes alejados en el día a día de su entorno más cercano. Por su parte, Idoya al igual que otros compañeros, ya permaneció cerca de dos años en una prisión madrileña, tras la operación policial contra la organización Segi. La fiscalía acusa a estas personas de integración en organización terrorista por lo que solicita 6 años de cárcel para cada uno de ellos.

H.k.- Decidiste ocultarte antes de que se produjera el juicio contra decenas de jóvenes vascos acusados de militancia en Segi junto con otros tres compañeros. ¿Qué os lleva a adoptar esa decisión?

I.I.-Básicamente lo que nos lleva a adoptar esta decisión es que no concedemos a la Audiencia Nacional legitimidad alguna para juzgarnos. Nosotras mismas no asumimos esa legalidad. Pensamos que ha llegado ya el momento de llevar a cabo dinámicas de desobediencia, que por otra parte hace tiempo que están iniciadas. Me refiero a las luchas llevadas a cabo por Ekaitz Samaniego, tomaron el relevo en Oarsoaldea... hasta llegar a Luis Goñi en Iruñerria. Fue casualidad pero se produjo la detención de Luis Goñi el 13 de octubre y nosotras el 14 hicimos público que no nos presentaríamos en la Audiencia Nacional. Colectivamente nos movía la denuncia entorno a la represión que estamos sufriendo. Es una manera de marcar una raya roja y decir con claridad "hasta aquí hemos llegado". En absoluto creemos que tengamos que dar ninguna explicación de nuestra militancia a un juez español, responsable y colaborador de torturadores. Nos torturaron porque un juez nos aplicó una ley de incomunicación que luego prorrogó. Consideramos culpable y responsable a ese ente que es la Audiencia Nacional que permite que se nos juzgue, se nos torture y se nos encarcele.

H.k. -Supongo que no se trata de una decisión sencilla de adoptar ni de llevar a cabo... ¿Cómo se lleva esta situación en el día a día?

I.I.-En Euskal Herria, por suerte o por desgracia, estamos acostumbrados a estas vivencias extremas. La militancia ha sido algo totalmente clandestino. Pertenecer a cualquier organización era algo que te podía suponer detención, tortura, cárcel... Es duro estar fuera de tu día a día pero no más duro que nada de lo que hemos pasado anteriormente. Sobre todo, lo que te hace tener fuerza son tus convicciones por las que has decidido enfrentarte de este modo al juicio y el apoyo que nos está dando toda la gente. Esto hace mucho más llevadero todo esto. La verdad es que el día a día es complicado sin poder ver a tu gente, sin poder participar activamente como lo hacía antes por estar en búsqueda y captura. Me gustaría subrayar aunque nuestra actitud hasta ahora ha sido la de escondernos, lo que queremos es incidir en seguir militando. Aunque no podamos salir públicamente por correr el riesgo de ser detenidos, queremos tomar parte en diferentes actividades por ser una manera de reivindicar nuestra militancia, tal y como hicimos tomando parte en la manifestación del 26 de octubre en Bilbo contra los juicios políticos. No queremos dejar de ser quienes hemos sido y quienes somos.


H.k.-¿Hasta cuando tienes pensado mantener esta situación?

I.I.- Esto es algo que aún no nos hemos planteado. No hemos planteado el final de esta dinámica ni cómo hacerlo. Es algo que tenemos que decidir entre nosotros. Esta es una dinámica con un principio pero sin fin determinado por el momento.


H.k.- El pasado sábado 26 de octubre adoptaste la arriesgada decisión de tomar parte en la manifestación de Bilbo contra los juicios políticos... ¿Qué resultó para tí vivir esa experiencia in-situ?

I.I.- Esta fue una experiencia muy reconfortante. Primero porque salió bien y en lugar de dormir en "la perrera", dormimos en la casa en la que nos acogían y dormir en colchón se agradece. Sobre todo fue poder expresar que no solo vamos a salir a la calle a que nos detengan.

Queremos intentar participar en el día a día de nuestros pueblos, dentro de las limitaciones que la situación en si nos impone. Es curioso sentir que estás en el centro de la ciudad mientras hay un montón de policía buscándonos... Una sensación tremenda. Ya hice un escrito en las redes sociales agradeciendo a toda la gente que colaboró para que esto saldría bien y otra vez quiero agradecérselo. La sensación fue de haber logrado una pequeña victoria.


H.k.- ¿Con qué actitud contemplas la posibilidad de regresar a prisión? ¿Qué supuso para tí ese primer paso por la cárcel?

I.I.-Euskal Herria es un pueblo que desde hace siglos ha tenido que sufrir la amenaza de la cárcel. La vuelta a prisión es un hecho que va a ser inevitable pero desde luego no lo miro con miedo ni desde el victimismo. Aunque es injusto, lo asumo. Lo hago porque sé que el estado español es un estado terrorista y represor que siempre tratará de castigar cualquier tipo de lucha por la liberación nacional y social. Asumo esas consecuencias. En prisión hay muchos militantes increíbles, gente de la que he aprendido mucho, entonces tampoco lo veo como algo que va a ser un infierno. Va a ser difícil por todo lo que la cárcel conlleva (cacheos, dispersión...) pero sobre todo, lo que me da fuerza es el colectivo de presos. Un colectivo formado por gente muy comprometida con las cosas muy claras en la lucha y para mí son un referente.


H.k.-¿Qué recuerdas de esa estancia de casi dos años en prisión?

I.I.-Los recuerdos más positivos los relaciono con mis compañeras del colectivo. Veteranas de la cárcel que nos enseñaron cómo movernos en un entorno tan hostil como es la cárcel. Cuando entras a prisión no tienes ni idea de cómo funciona. El colectivo te arropa y te orienta ahí adentro. Quiero subrayar la inhumanidad que supone el sistema penitenciario. Tanto ese sistema como la gente que se alimenta de él. Para mí la cárcel es un lugar diseñado para la aniquilación de las personas. Un lugar donde se intenta robar la dignidad de las personas, en el caso de los "presos sociales" sobre todo. Se encuentran absolutamente desamparados.

Yo conocí la estrategia para el intento de aniquilación del colectivo de presos políticos vascos. Concretamente nos tocó la época de los cacheos a nuestras familias. Hemos vivido agresiones a compañeros de cárcel,... el aislamiento. Sabes que hay mucha gente que ha pasado por dónde estás pasando tu y sigue ahí... en la lucha.

H.k.- ...Recientemente el Ministro de Interior español calificó como «barbaridades, calumnias e injurias» las denuncias sobre torturas realizadas por los jóvenes juzgados en Madrid.

I.I.-El ministro Rubalcaba ya justificó las torturas de Portu y Sarasola, diciendo que iba a hacer todo lo posible en la lucha antiterrorista. Las palabras de esa gente para mí no son significativas. Públicamente justifican e intentan ocultar la tortura que es un hecho real a día de hoy en Euskal Herria. A día de hoy es una práctica en activo en dependencias policiales, otra cosa es que hayan modulado la intensidad. La tortura va a seguir existiendo mientras no se reconozca la existencia de la propia tortura y que el estado la practica para intentar someter a la disidencia. Amnistia Internacional denuncia que la incomunicación abre la puerta a la tortura pero nadie expresa con rotundidad que aquí se esté torturando y que hay responsables políticos de esto que está sucediendo.


H.k.-Quizá el hecho de que alguien os abra las puertas de sus casas para daros cobijo resulte uno de los mayores actos de compromiso y solidaridad para con vosotras... Resulta incluso incomprensible para muchas personas.

I.I. -Lo primero que me sugiere es una necesidad de agradecimiento impresionante. La gente te abre las puertas de su casa sin poner ninguna condición y eso te da una fuerza que no puedo definir. Es la solidaridad en bruto, a flor de piel... Sabes que estás huyendo de la justicia, el que te abre la puerta de casa también lo sabe y aún así, la abre y te lo da todo; comida, cariño... todo lo que necesitas. Esto tiene un valor que no podemos dejar pasar. Esto da muestra de hasta qué punto Euskal Herria es solidaria y que el compromiso tiene muchos niveles pero todos son necesarios. Desde el que te abre la puerta de su casa, hasta el que te hace una entrevista en un parque... todos son necesarios.

H.k.-Pedís a la sociedad vasca que se pase de la solidaridad al compromiso ¿En qué se concreta esta solicitud?

I.I.-Entiendo la solidaridad como una manera de hacernos cargo de las injusticias que padecen otras personas y apoyarte en ello pero el compromiso requiere un paso más. El compromiso es cuando me implico directamente en la lucha que se está llevando a cabo. La solidaridad es importante pero el compromiso que parte de la solidaridad para mi es fundamental. Somos un pueblo solidario, si pero... tenemos que pasar a la acción. La solidaridad es una palabra muy bonita pero la solidaridad pasada a hecho es el compromiso.


H.k.- ¿Te dejas algo en el tintero?

I.I.- Me gustaría subrayar que la represión no ha cesado. La gente que desplegó la ikurriña en Iruñea, los tartalaris anti-TAV,... hay miles de ejemplos de que dentro de este marco vigente no hay opción para la lucha. Aunque se trate de actos marcadamente pacíficos la represión actúa implacablemente. Lo de los tartazos a Barcina es un auténtico escándalo... Se está pidiendo un porrón de años de cárcel por lanzar una tarta a Barcina. Barcina... Una mujer sospechosa de ser mangante profesional. Aquí hay un favorecido y un desfavorecido. Los desfavorecidos tenemos que tomar conciencia de los que somos y de que nada ha cambiando en relación a la represión. La gente que sigue haciendo acciones en cualquier tipo de ámbito está siendo castigada. Estamos llegando a un punto que se está persiguiendo acciones que antes no se perseguían. Incluso quieren modificar el código penal para castigar los actos de desobediencia. Hemos de ser conscientes de que cada vez se nos restringen más los ámbitos de lucha. Tenemos que hacer un plante y decir que hasta aquí hemos llegado. No puede ser que a mí me estén despidiendo, me estén desahuciando, no tenga prestaciones sociales... y no pueda ni quejarme. Miro alrededor y veo la Super-Sur, el TAV, la térmica... Aquí hay gente llenándose los bolsillos y nos está condenando a los demás a la miseria y además nos dejan sin recursos para la lucha porque consideran que es ilegal. Hemos de realizar una reflexión global sobre todo esto y hacer un plante. Ilegal no es lo que hago, ilegal es lo que ellos hacen y tenemos que defendernos. Tenemos la obligación de responder a pesar de todo.

Me gustaría agradecer a la gente de medios de comunicación alternativos, tanto herriKolore como pueden ser las radios libres, gaztetxes, Gazte Asanbladas con sus propias herramientas comunicativas... que nos están dando cobertura. Es el caso de Txirbilenea en mi pueblo que está haciendo seguimiento de lo que está pasando conmigo, el caso de herriKolore o de un montón de gente que puede llegar a nosotros y que realmente son medios populares y para el pueblo, fuera de líneas oficiales que puedan marcarse.

 

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