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:: 08/03/2014

Uruguay: "No hay diferencias programáticas entre el Frente y la derecha"

Víctor H Abelando
Entrevista con Gonzalo Abella, precandidato de la Unidad Popular :: Se trata de desenmascarar al sector de la derecha que está en el gobierno 'progresista'

Abella sostuvo que, como consecuencia del desencanto con los dos gobiernos frenteamplistas, la gente votará lo menos malo. Cree que la candidatura de Constanza Moreira es una maniobra para mostrar un ala de izquierda. Sobre los partidos tradicionales, comentó que se han transformado en una patética cooperativa electoral, como en el caso de Montevideo.

La Unidad Popular (up) es una confluencia de grupos y personas que en su mayoría se desprendieron del Frente Amplio (fa, en el Gobierno), en distintas instancias de la historia política del país. Abella dijo a Brecha que su horizonte es la liberación nacional y el socialismo, aunque en su seno hay distintas visiones sobre el proceso a seguir. "Sin embargo, consensuamos en un programa de salvación nacional y de base artiguista", comentó el precandidato. La up concurrirá a las elecciones de este año bajo el lema Asamblea Popular. Los colores que la distinguirán serán el rojo y el verde, conservando la tacuarita que "usábamos como Asamblea Popular, para mantener la continuidad histórica", explicó Abella.

—¿Cómo se planta la Unidad Popular en el escenario político, porque a veces parece que su enemigo principal es el Frente y se olvida de los partidos tradicionales?

—Puedo responder por los espacios que, generosamente, el 26 de Marzo a través de radio Centenario, da a la Unidad Popular, donde seguramente no habrá oído ese discurso. Pero la cuestión es que, una vez definido que el fa es la nueva derecha y que no hay diferencias programáticas con la derecha tradicional, lógicamente se trata de desenmascarar al sector de la derecha que está en el gobierno. Eso, sin dar un ápice de credibilidad a la oposición.

Por ejemplo, con el tema de la opción rosadita para la Intendencia de Montevideo, claramente los partidos blanco y colorado, que alguna vez fueron partidos de ideas –hasta dirimieron en los campos de batalla proyectos diferentes de país–, hoy, concertación mediante, muestran que son una patética cooperativa juntadora de votos.

Cuando Larrañaga se va a Finlandia, con ese show de que quiere mejorar la educación, es porque es absolutamente carente de ideas para fortalecer la enseñanza. Yo no discrepo con que Larrañaga haya ido a Finlandia, yo discrepo con que haya vuelto.

El Partido Colorado tiene la lacra de Pedro Bordaberry, pero si no la tuviera, el batllismo que quiere recoger las fuentes del viejo batllismo no tiene credibilidad tampoco.

La gente se va a inclinar por el menos malo y la claudicación de principios del Frente ha logrado que nuestra gente piense que política y mala palabra son sinónimos. Cuando un proyecto se desvirtúa por arriba, la gente dice: son todos iguales y yo hago la mía. Por eso se ven fenómenos de vandalismo, de descreimiento que pueden ser minoritarios pero que se vuelven masivos cuando se pierde el proyecto de país. Y lo ha perdido porque el gobierno en el plano económico se puso de rodillas ante las trasnacionales. La Unidad Popular no objeta la inversión extranjera, pero la acepta sobre la base de un proyecto de país, para negociar de igual a igual.

—¿Qué diferencias jerarquizaría usted con el Frente?

—Donde se instala la discrepancia es en la práctica. Cuando decimos que hay un foso insalvable entre nosotros y la cúpula del fa nos referimos a la cuestión de la tierra, al problema de las grandes empresas trasnacionales y no al discurso. En ese sentido reafirmamos que la militancia frenteamplista de a pie son nuestros hermanos. Más aun, sin ella es imposible hacer cambios en este país. De lo que estamos convencidos es que la cúpula actual del fa, que ha elegido un camino neoliberal, se ha blindado fuertemente para evitar cualquier rectificación de rumbos. Y desgraciadamente han hecho con Constanza Moreira una picardía propia de los partidos tradicionales. Cuando yo era niño el Partido Colorado se desprestigiaba con Luis Batlle y aparecía Flores Mora, para decir: conmigo el partido vuelve al viejo Batlle. Y hoy esa misma maniobra hace el fa. Mientras Tabaré da señales a las trasnacionales, recuerda su relación con Bush y es el candidato de la embajadora estadounidense, aparece Constanza, que como legisladora fue una obediente ejecutora de todo lo que le dictó el Frente, pero la prensa la pinta como izquierdista.

—Uno de los conceptos más reiterados por integrantes de la up es la cuestión de la reforma agraria. ¿Cómo sería la misma en un campo que ha cambiado radicalmente su modelo productivo en la última década?

—Nosotros tenemos un proyecto máximo, pero también tenemos lo que llamamos un programa mínimo. Es decir, medidas de rápida mitigación de los aspectos más negativos del neoliberalismo y de concreción en el plano legal, antes de una reforma constitucional, que, a mediano plazo, queremos implantar.

Valdría la pena reexaminar las políticas del Instituto Nacional de Colonización (inc), porque el fa entregó tierras en condiciones totalmente adversas e irresponsables y en mínima cantidad. Para nosotros, el proceso hacia una reforma agraria pasa hoy por recuperar el inc, la Dinama y la Dinara. Tenemos tres cuartos de país de plataforma marítima, con una riqueza pesquera que hoy se llevan los extranjeros, por servilismo y las coimas que recibe la Dinara. Repito y me hago responsable, las coimas que recibe la Dinara. En segundo lugar, imponer todo el peso de la ley contra la fumigación aérea con agrotóxicos prohibidos. Empresas que, nos consta, son financiadoras de los cuatro partidos con representación parlamentaria.

—¿Cuál es el planteo en educación?

—No hay proyecto educativo sin un proyecto de país. No creo que haya crisis educativa, creo que la educación actual cumple con los objetivos que el bid le impuso al Estado uruguayo. Es decir, que Uruguay tenga una población pequeña, preferentemente descerebrada, pero instruida para trabajar en servicios de limpieza, de vigilancia y llenarse de agrotóxicos los muchachos en el campo mientras piensan cuánto le queda para la cuota de la moto. Nuestro planteo es la antítesis de lo que dijo Mujica, cuando sostuvo que la educación debe ayudar a reproducir el mundo material que nos rodea. Nuestra idea es cuestionar el mundo material que nos rodea, formar ciudadanos críticos, con vínculos con el trabajo y los valores tradicionales de solidaridad, además de desarrollar mecanismos de razonamiento matemático y de mejor manejo del idioma.

—Otro tema de debate en la sociedad es el referido a la inseguridad. ¿Qué puede decir al respecto?

—Nuestro primer esfuerzo sería empezar con los jóvenes y para ello tenemos un programa mínimo y medidas de impacto inmediato. Nuestra posición es la antítesis de lo que plantea Bordaberry. Eso de hacer cárceles para adolescentes es colaborar con una escuela de criminalidad. Si se recupera un proyecto de país que genere oportunidades laborales, en los barrios más destruidos por la desesperanza, en esa nueva pobreza que tenemos, se ganaría un sector importante de jóvenes para que empiecen a madrugar e ir al trabajo. Sí, es verdad, los malandras siguen existiendo, los malos bichos del barrio también, pero quedan más aislados.

El segundo tema es establecer un cambio muy importante en la educación de los adolescentes infractores. Entre ellos hay un mínimo sector que, por responsabilidad de la droga, lamentablemente es irrecuperable, pero la inmensa mayoría de los infractores son recuperables. Por eso es imperioso separarlos de los reincidentes.

En ese sentido, la chacra y el establecimiento rural, que usualmente lo usan las clases ricas como curación del muchacho que cayó en la droga, debe ser de profilaxis para todos, cuando se detectan los primeros síntomas. Hoy el problema es que en los centros de rehabilitación del inau (algunos funcionan bien y otros no) después de los dos meses les dan un permiso de salida y la mafia es más fuerte que los educadores. Porque ahí, en el lugar de donde salió, les dicen: acordate que tenemos a tu hermanita, acá está tu mamá, vos sos de los nuestros, cuidate. Si en cambio se logra que el proceso de rehabilitación, hecho junto a sus seres queridos, permita el acceso al trabajo, el estudio y la vivienda, el resultado puede ser exitoso. Hay experiencias positivas en el alba y en Cuba al respecto.

Brecha

 

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