[Fotos] Las protestas contra la austeridad acaban en batalla campal en Bruselas
Una multitudinaria manifestación de las principales centrales sindicales europeas contra la austeridad ha acabado este viernes en batalla campal a las puertas de las instituciones comunitarias en Bruselas. La extrema violencia con la que se han empleado los represores encontró respuesta en varios cientos de estibadores de los puertos belgas y franceses.
La represión ha dejado al menos nueve heridos y graves desperfectos en el mobiliario urbano y en los comercios del distrito europeo de la capital belga.
Varios testigos destacan la violencia extrema con la que ha actuado la policía, que ha agredido a fotoperiodistas y paseantes. Los choques han comenzado a mitad del recorrido, cuando los antidisturbios intentaron a empujones y golpes evitar el avance de la marcha y los manifestantes han empezado a lanzar adoquines y piedras a los represores.
Los policías en sus cargas la han emprendido a puñetazos con un grupo de fotógrafos de agencias de prensa. “Sin mediar palabra, han empezado a pegarnos. Querían lincharnos”, relata uno de ellos, que ha recibido un fuerte golpe en la mandíbula. “Llevo 30 años de profesión y no había visto nunca tanta violencia en una manifestación”.
Al término de la marcha, las cargas represivas y la resistencia popular se han recrudecido. A los estibadores de los puertos de Amberes y Brujas se han sumado los de Dunkerque, Gante y Calais y juntos han iniciado una auténtica batalla campal para defenderse de los desmanes de la policía belga, a apenas 50 metros del edificio de la Comisión Europea. El dispositivo policial elevó el nivel, atacando con con cañones de agua y pelotas de goma mientras rodeaba el perímetro de las instituciones comunitarias.
Como de costumbre, CCOO y UGT, participantes VIP en la marcha, inmediatamente declararon que los choques han sido ocasionados por un grupo “ajeno” a la concentración. “Estos episodios violentos han sido muy aislados y en absoluto deslucen la manifestación, que ha sido una fiesta de los trabajadores”. Igual que el 22M.
La manifestación, a la que han asistido unas 55.000 personas, protestaba contra las ayudas de la UE a los bancos y abogaba por la aprobación de un plan de inversiones sociales que movilice 260.000 millones —el 2% del PIB comunitario— en diez años.