Las sanciones a Rusia no tienen que ver con Crimea

Análisis de James Petras, lunes 7 de abril de 2014, por CX36, Radio Centenario desde Montevideo (Uruguay), www.radio36.com.uy

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Efraín Chury Iribarne: Yo tenía un arranque aquí que habla del recrudecimiento de sanciones unilaterales y los intentos de aislamiento político contra Rusia que colocan las relaciones con Estados Unidos y Occidente en general en uno de los peores períodos de los últimos 15 años. ¿Cómo ves esto?

JP: La causa para las sanciones no tiene que ver con Crimea y mucho menos con las tropas rusas en las fronteras con Ucrania. La principal preocupación de los países occidentales es que la mayoría de la población en Ucrania está contra la Junta y contra el golpe. Y ahora mismo hay levantamientos en varias ciudades en el este del país. Y estos levantamientos exigen autonomía y la elección democrática de sus gobernantes, en vez de ser nombrados por la Junta.

En esta situación los autonomistas piden que Rusia los respalde. No indican en qué forma exactamente, algunos piden respaldo político, otros respaldo militar. Y esa es la causa de que los países occidentales pidan mayor presión sobre Rusia. Las sanciones actuales todavía no son muy graves, pero la desintegración de Ucrania es palpable cada día. Ucrania ha perdido la mitad de sus reservas y tiene sólo suficiente para 3 meses de importaciones. El gobierno está dividido entre los neofascistas y los neoliberales. El país está fragmentado. El precio del gas ahora que importa desde Rusia ha duplicado o triplicado el precio, no tienen capacidad de pagar por el nuevo gas ni por la deuda de 2.000 millones pendiente.

Entonces, frente a esta enorme crisis que enfrenta el gobierno títere, los países occidentales no quieren que Rusia se involucre en esta situación porque lo que Rusia ofrece es mucho más favorable. Primero el hecho de que Rusia apoya la autonomía de las diferentes regiones de Ucrania. Y segundo que Rusia puede bajar el precio del gas y prestar dinero para que el país no caiga en una crisis profunda.

Entonces, para evitar que Rusia ofrezca una alternativa positiva los países están amenazando a Rusia diciéndole que se queden afuera, ya que no pueden sostener a este gobierno si Rusia está apoyando a los diferentes grupos internos de Ucrania. Y esa es la base en todo este conflicto. Los golpistas en Ucrania son muy débiles, el apoyo occidental es insuficiente y tienen miedo de perder algún referéndum y que desaparezcan todas las posibilidades de incorporar a Ucrania en la Unión Europea y más en la OTAN.

EChI: ¿Cómo estás viendo el desarrollo de la situación en Venezuela? Parece que la violencia desatada por la oposición de derechas continúa en todos sus términos.

JP: Según las noticias que recibo de corresponsales y conocidos en Venezuela, la situación sigue siendo grave pero en menor grado que antes. Aparentemente las fuerzas policiales, la Guardia Nacional, han controlado en gran parte las ciudades y han aplastado a los terroristas ocupando la frontera, incluso capturando a algunos paramilitares colombianos involucrados en el terror.

Los opositores siguen presionando, sigue tratando de fomentar el desabastecimiento. Y ahora hay una nueva táctica de tratar de formar un bloque de provincias para un separatismo, para provocar una ruptura en el país. Incluso algunos quieren fomentar una relación con Colombia. En las provincias de Táchira, por ejemplo, en Zulia, Mérida hay pequeños grupos que se llaman “independentistas” y quieren repetir lo que pasó en otras partes. En eso no creo que tengan mucho respaldo, pero es otra táctica para tratar de generar desestabilización en el país.

Pero en todo caso debemos entender que la táctica de la derecha terrorista sigue siendo muy violenta. Por ejemplo, quemaron un edificio del Ministerio de Vivienda en el Estado de Chacao donde había 89 niños menores de 6 años. La policía y los bomberos entraron y rescataron a los niños. Aparentemente capturaron a dirigente de una organización llamada “Voluntad Popular” que es el grupo de López, el terrorista ya encarcelado.

Y eso indica su desesperación, atacando edificios donde hay niños, tratando de crear una situación más violenta. El terrorismo sigue siendo la principal táctica de la oposición y tiene el respaldo de Washington. No han dado ninguna señal de que quieran entrar en algún diálogo ni acceder a mejorar las relaciones. Para Washington es una situación donde se está jugado el todo por el todo en la línea militarista golpista.

EChI: Como siempre, el tiempo que nos queda lo utilizamos para que nos comentes algunos trabajos que estés preparando.

JP: Bueno, uno de los temas que estoy tratado de manejar aquí es cómo la política de EEUU, bajo Obama, han convertido a los países del Medio Oriente en una gran jaula, una gran cárcel. En el comienzo de su gobierno Obama hablaba de rehacer el Medio Oriente en una región de prosperidad y libertad. En vez de eso podríamos ver ahora, por ejemplo, que en Egipto, después del golpe militar apoyado por Washington, hay 16.000 presos políticos. 21.300 encarcelados entre julio y diciembre de 2013. Entendemos que en Israel ahora hay más de 5.000 presos políticos. En Arabia Saudita hay 30.000 presos políticos. En Bahrein hay 4.000. En Irak hay miles de presos políticos. En Yemen hay 3.000 presos políticos. En Jordania hay miles de detenidos. En Turquía hay varios miles de presos kurdos y más de 5.000 presos turcos.

Podríamos continuar dando estas cifras sobre el número de presos de conciencia, pero el hecho fundamental en eso es que los regímenes que han convertido a sus países en cárceles reciben enorme apoyo de EE.UU. Egipto sigue recibiendo U$S 2.000 millones desde el año 1979. En el año 2014 recibieron hasta ahora 1.500 millones. Israel sigue recibiendo 3.000 millones y más de 100.000 millones en los últimos 30 años.

Arabia Saudita compró 80.000 millones de equipos militares de EE.UU. en 50 años. Bahrein recibe apoyo militar. Irak recibe más de U$S 2.000 millones en fondos militares y el año próximo van a recibir 8.000 millones en armas. Todo esto indicando que estos gobiernos dictatoriales que están encarcelando al pueblo, a los disidentes políticos, sólo sobreviven por la fuerza militar y la principal fuente de armas es EE.UU.

Y con eso podemos decir que Obama es el gran carcelero en el Medio Oriente. Y no es simplemente decir que es la cultura árabe, región siempre bajo dictaduras. Porque debemos entender que en todos estos países, desde Turquía a Jordania, Arabia Saudita, Yemen, Irak, hay fuerzas democráticas árabes y turcas que están luchando por la libertad, por elecciones libres, para tener un Parlamento representativo.

Entonces, entre las fuerzas prodemocráticas y los gobernantes dictatoriales es EE.UU. quien está imponiendo su política. Por una razón: estos gobiernos que están encarcelando a sus pueblos ofrecen bases militares a EE.UU. Bases navales, bases aéreas, bases para invadir países vecinos como Libia, Siria, Irán o cualquier otro gobierno independiente. Hay un intercambio, los dictadores reprimen a sus pueblos y EE.UU. respalda a estos gobiernos porque le ofrecen un trampolín para dominar a toda la región. Debemos tener esto claro, las cifras hablan por sí mismas.

El otro tema es que la contradicción en Brasil se sigue profundizando. Es una indicación de que debemos clasificar al gobierno de Lula y de Dilma Rousseff. Ha llegado al límite en su capacidad de fomentar inversiones capitalistas, recibir y dar préstamos sobre el desarrollo de los recursos primarios. El gobierno tiene que enfrentar el hecho de que los flujos de capital extranjero ya no llegan al nivel que ellos esperaban, los precios de las materias primas han bajado y la dinámica de este modelo ha alcanzado sus límites. Pero el PT no quiere comenzar una reforma agraria, profundizar el consumo interno, no tienen proyectos para fomentar la industria con la intervención de fondos públicos.

Entonces, a la espera del capital extranjero que no viene y frente a las exigencias populares, tienen un gran problema. Y el hecho de que militaricen las favelas, supuestamente en la lucha contra el narcotráfico, es también una forma de mostrar que el gobierno utiliza las fuerzas para solucionar problemas sociales y eso me parece un callejón sin salida frente a la crisis del neodesarrollismo.

Extractado por La Haine