La sintonía fina del genocidio Wichí
La desnutrición le da un tono amarillo al cabello de las mujeres. La mortalidad infantil hace lagrimear a los hombres. Más allá de la represión directa, la violencia estructural aplasta a los pueblos originarios: la negación de agua, alimentos, atención médica y educación. Hambre, sed, asesinatos, denuncias desesperadas y evidencia de sobra que incluye una estadística sanitaria horrorosa.
Una investigación en el territorio Wichí de la Provincia de Formosa se transformó en una travesía al corazón de las tinieblas. Por Stefan Biskamp, corresponsal alemán para América Latina.