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Mundo, Argentina :: 06/06/2014

Ucrania. Una nueva batalla de la tercera guerra mundial (y II)

Guillermo Caviasca
Digresión sobre Crimea, Malvinas y la posición argentina en un escenario mundial "pluri-imperialista". El "imperio" de los posmodernos carece de viabilidad histórica

Comparar el caso de Crimea con un hipotético caso de Malvinas en que decidan su destino en plebiscito sus pobladores es un desconocimiento de la cuestión. No solo eso, aparece como la defensa de un 'statu quo' donde la verdad, la democracia, los límites o atributos de la soberanía, quedan bajo el manto de “la ONU”. Siendo que este organismo, tal como esta configurado hoy, es una herramienta de expresión de intereses tal como se organizaron después de la caída de la URSS y el fin de los No Alineados.

Permitir que se la ONU la que defina las soberanías nacionales, los derechos humanos, las posibles acepciones del concepto libertad, etc. es resignarnos al gobierno global del imperio occidental y su escala de valores, regido por los EEUU. Pero la crisis, la emergencia de nuevas potencias y los desafíos que estas imponen abren oportunidades que pueden ser aprovechadas por países como los nuestros que debe darse un proyecto nacional propio acorde a la nueva etapa.

Conozcamos historia

Si consideramos que la historia comienza cuando se “civiliza” un territorio, o sea cuando hay pueblos ciudades, actividad agrícola, comercial y artesanal. La historia de esa península tiene una continuidad evidente desde el 700 ac cuando los griegos (milesios) fundaron numerosas colonias comerciales y de poblamiento en torno al mar Negro y principalmente en Crimea. Había población griega en amplios territorios clave como lo que es la zona del hoy Sebastopol y toda la franja sur de la península al menos. (Esto también era así en el resto del Mar Negro).

Esta situación de pobladores griegos creo una cultura de ciudades y comercio que existió muchos siglos y es la raíz de la historia de esa región casi sin interrupciones hasta el presente. La península y sus alrededores pasaron de un conjunto de poblaciones griegas a ser el “Reino del Bósforo” luego a soberanía Romana, de allí a soberanía Bizantina, luego a dómino Genovés (decenas de miles de genoveses poblaban sus ciudades comerciales). Hasta el ataque y conquista otomana de Constantinopla allá por el 1453, que rompió los lazos comerciales de la península con su metrópoli y la transformó en breve en una provincia: el Kanato de Crimea vasallo de Sultan otomano. Ya desde el año 1200 mongoles y turco-tártaros venían avanzando en la región y debilitando los señoríos griegos.

Los nuevos ocupantes hegemónicos turco-tártaros establecieron una nueva civilización que desde tribus nómades crearon un Estado: el Kanato de Crimea y su dominio se prolongó allí hasta la ocupación Rusa (primero polaca en la mayoría de Ucrania central y occidental, no en Crimea ni en la parte oriental dato no menor). Pero no eliminaron ni a la antigua población de Crimea ni de Ucrania.

Tampoco durante esos siglos desaparecieron las poblaciones antiguas sino que convivieron con sus dominadores que no fueron mayoritarios ya que el Nomadismo no puede suplantar al sedentarismo y las tribus al Estado.

Cuando los rusos ocuparon esa región en el siglo XVIII derrotando al Sultan y destruyendo en Kanato de Crimea, se establecieron sobre una base poblacional previa y desde allí surgió la nueva urbanización Rusa de la península, mientras que los Tártaros quedaron relegados.

Esto provocó que tártaros (al menos un aparte) fueran partidarios de las tropas alemanas cada vez que llegaron (en el 18 y en el 41, los “blancos en la guerra civil y los occidentales cada vez que pudieron como en la guerra de Crimea): defendían su interés como minoría oprimida nacionalmente. La excusión de los tártaros por Stalin dejo a los rusos, que ya estaban desde antes en mayoría (eran el una parte destacada en la época de Carolina la grande y la primera minoría a principios de siglo XX). Stalin (un georgiano) aumento la rusificación. Pero los tártaros también habían sido invasores solo dos siglos antes y destruido la civilización anterior.

Indudablemente Stalin buscó aumentar la homogeneidad étnica y cultural del país, la cual es la base que sustenta un Estado nación en el tiempo. Pero no invento a los rusos en Crimea. Y la vinculación de Crimea a Ucrania es una acción de Kruchev para disminuir las tensiones internas de la URSS.

Es un lugar estratégico para Rusia desde siglos (al igual que Malvinas lo son, cada vez más a medida que van pasando las décadas. Era imposible que la Rusia de Putin, que busca recuperarse después del colapso pos soviético, aceptara que esa región pasara a ser parte de una Ucrania miembro de la comunidad europea y la OTAN. Y tenia títulos y apoyo popular para evitarlo y así lo hizo, creemos que correctamente.

Malvinas: argentinas o colonia imperial

Nuestra presentación sobre el tema Crimea se debe a que nuestro gobierno (Argentino) cometió el grave error inicial del equiparar Crimea con Malvinas. Preguntamos ¿donde están los centenares de miles de “Kelpers” con una economía y una tradición de miles de años que desean ser parte de su patria inglesa? No existen. En cambio si vemos un enclave militar con un par de miles de civiles que viven del saqueo colonial a 16000 km. de su metrópoli. El mínimo poblacional necesario para continuar el saqueo y la amenaza militar del imperio en la región. Las islas eran un territorio despoblado hasta su descubrimiento por Franceses/Ingleses/Españoles. Después de una disputa de algunas décadas, allá por el siglo XVIII, basada en su ubicación estratégica y no en derechos de sus habitantes ni antecedentes históricos, quedo para los españoles que establecieron una base con una pequeña población.

Con la independencia del Virreynato, que paso a ser las Provincias Unidas del Río de la Plata, Malvinas quedó bajo su jurisdicción específicamente del Estado de Buenos Aires. Luego de un periodo corto de cierto abandono el naciente Estado nacional se hizo cargo. Hasta el ataque yanqui primero y británico inmediatamente después Malvinas tuvieron autoridades, población y actividad económica. Modestas pero las tuvo, unas 130 personas habitaban las islas antes del ataque yanqui. La sorprendente excusa del ataque de la corbeta estadounidense Lexington se debió a que consideraba “piratería” el hecho de que las autoridades Argentinas cobraran impuestos por pesca a los navíos de esa nacionalidad que operaban en la cosa patagónica: una tradición que las potencias mantienen en el tiempo inalterable.

La población fue desalojada por los británicos y después de una resistencia de unos meses de los gauchos de la zona los ingleses establecieron sus autoridades coloniales. Quizás 130 personas parezcan pocas, pero para la época no lo eran. Ya que hoy las islas cuentan en la con unos 3000 habitantes que dependen en gran parte de la presencia militar inglesa para sostener la mayor base extranjera en America latina, y la vida económica que esa presencia permite, sino la población sería menor. Si los ingleses hubieran instalado hace 100 años 10000 colonos y hoy hubiera 100000 ingleses en las islas la situación seria irreversible.

Que es una nación o como ser una nación

tica internacional de un país independiente

Como vemos Crimea es absolutamente diferente y que el gobierno haya tenido esta confusión es un dato significativo de su percepción respecto del mundo en que se desarrolla nuestro país: Para crear una nación existe lo que se suele denominar “principio de umbral”. Esta muy discutido cual es. ¿Crimea es una nación? no creo, es una región con identidad propia en el marco de una nación mayor, eso parece mas lógico. ¿Lo son las provincias del este y sur que hoy luchan contra el gobierno golpista de Kiev? Quizás, sin dudas en el marco de un equilibrio regional y bajo protección Rusa.

Malvinas no llegan ni por aproximación a ese principio. Pero aquí la discusión es otra. Quizás la creación de nuevos estados nación en base al fraccionamiento o desgajamiento de algunos existentes, puede preocupar a España (caso catalán y vasco). Destruyo a Yugoslavia y siguió fraccionando a Serbia hasta hoy. Inclusive puede ser problemático para Chile y su unidad nacional por el caso mapuche si este evoluciona en un nacionalismo antichileno. Pero sin dudas no puede ser el caso Malvinas salvo que aceptemos como “principio de la ONU” microestados que en realidad son protectorados que no son sustentables ni política, ni demográfica, ni económicamente.

Los ejemplos que hemos puesto hablan de la ambigüedad de la lucha nacional, que debe ser analizada en cada caso ya que no es unívocamente ni progresista ni nacional, puede o no serlo. Para el caso Ruso (como fue para el Serbio, en parte) hablamos mas que de una independencia, la adhesión de determinados grupos de población significativos a un estado distinto al que viven. “Análisis concreto de la situación concreta” recomendaba Lenin.

En lo que hace a la geopolítica Argentina, regional y a la cuestión de las relaciones de fuerzas que permitan mayores márgenes de maniobra a política nacionales: un mundo donde haya varias ponencias en disputa, es mejor. Es mejor un mundo “pluri-imperialista” que la hegemonía yanqui.

Chávez hablaba de un nuevo mundo “multipolar”, pero creemos que esa apreciación, correcta en general, es en parte utópica, porque el término elegido es “neutro”. Nos vemos encaminados a un mundo “pluri-imperial”. Aunque es clara la resistencia yanqui a perder la hegemonía absoluta, y la incapacidad demostrada por los países europeos de hacer política más allá de los EEUU. Pero el avance de China, Rusia y otras sub potencias regionales muestra que el mundo unipolar, o el "imperio" de los posmodernos, carece de viabilidad histórica.

El tema es no ser ingenuos y creernos que hay “potencias buenas” que piensan en un destino colectivo de la humanidad equilibrado. La cosa no es “cambiar de collar, sino dejar de ser perro”. Creemos que nos encaminemos hacia un mundo de potencias competitivas y con tendencias pluri-imperiales, un mundo mas fluido, quizás con cierto parecido al mundo anterior a la segunda guerra mundial. Sin que esta afirmación signifique subestimar el hecho de la mayor transnacionalización del capital de esta primera mitad del siglo XXI respecto de las décadas en torno al 1900. Esta realidad hace mas complejas y contradictorias las políticas imperiales nacionales y las de los grupos económicos.

Pero es claro que en ese juego de intereses no santos, algunos espacios serán posibles de negociación, de abrirse paso entre las brechas conflictos de intereses y resquebrajamientos de hegemonías. Trazar acuerdos que abran caminos que permitan desbloquear el desarrollo nacional, al aparecer posibilidades diversas, competencia que vuelvan menos monolíticos los controles imperiales occidentales.

Y si relacionamos el caso ruso/crimeo/ucraniano con Malvinas, con el nuevo escenario geopolítico a partir del fin del dominio absoluto de los EEUU. Habría que preguntar a los fetichistas de la ONU y a los que defienden una política diplomática como esfera con independencia de las demás (militar, económica, cultural) si creen que mediante peticiones formales en la ONU vamos a lograr algo. Si vemos como fueron los votos en el consejo de seguridad en este caso y lo comparamos con los votos a lo largo de la historia con el caso Malvinas ¿de donde piensan que vamos a sacar apoyos para recuperar las islas? cuya recuperación nunca NUNCA va a ser posible si no se realiza una presión económica, militar etc. mucho mayor que la actual. Eso se logra con un marco de alianzas adecuado. Deberíamos dejar de creer que vamos a convencer a alguien en la ONU, menos a nuestros enemigos. En La ONU podemos conseguir los votos del bando opuesto al que hoy nos alineamos.

Pero deberíamos pensar como se presiona a una potencia como Inglaterra, podríamos hipotetizar que valdría mas para recuperar Malvinas comprar aviones a Rusia o China y no a Israel como se esta haciendo, etc. etc. Que Rusia o China o alguna país más equivalente en su dimensión con el nuestro aceptarían transferirnos tecnología, y no frenar nuestro desarrollo. Tuvimos el complejo militar industrial mas grande de América latina y no fue una carga para el país, al contrario, fue un impulsor y padre de industrias. Y esto podría extenderse al campo financiero y demás. El tema es qué visión geopolítica del mundo tiene nuestro país y cómo se ubica a partir de ella. Nuevamente chinos y rusos en su juego de TEG [Plan Táctico y Estratégico de la Guerra] han tomado nota de la importancia Argentina (potencial, material) y Putin invitó a Cristina a la cumbre de los BRICS.

Pareciera que nuestra clase dominante y nuestra “élite” (o estamento) de políticos cuando hablan del mundo y nuestro aislamiento o posibilidades se refieren automáticamente a Europa occidental y los EEUU. Hasta cuando piensan las relaciones con China las establecen con el mismo criterio de los oligarcas del 80 o del 30. Hay un universo posible, solo es necesario un proyecto nacional estratégico y un poco de audacia.

Nuestra diplomacia leguleya y cipaya se alineó automáticamente con “los principios de la ONU” que son de conservación y proyección del 'statu quo' del mundo unipolar de los 90. Afirman que “hay un doble estándar”, que se “niega el referéndum en Crimea y se acepta en Malvinas”; extraño argumento ya que la votación de los Kelpers pareció claramente un fracaso, donde unos mil ingleses votaron seguir siendo ingleses. Finalmente una llamada de Putin a Cristina sirvió para que la diplomacia tuviera que corregir su error (sin dudas con alguna sugerencia “crematística”), pero el “error” espontáneo habla de cual es la concepción estrecha en temas geopolíticos y militares de nuestra élite dirigente.

* Historiador/militante, miembro de Barricada TV
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