Perú: viejos y revisionistas a la tumba

La famosa frase de Manuel Gonzales Prada, ¡los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!, cobra mucha importancia cuando se ve en la actualidad algunos carcamanes, viejos y lejos de la política comprometida, hablando y escribiendo cualquier cosa. Es el caso de Gustavo Espinoza Montesinos, un ex parlamentario, ex dirigente de la CGTP y ex dirigente del viejísimo partido comunista del Perú.

Espinoza, que se le cae las babas por los militares, es un un hincha del actual presidente peruano el comandante Ollanta Humala. En julio del 2011, cuando este militar, acusado de varios crímenes de guerra, ganó la presidencial del Perú, Gustavo Espinoza dijo que el Perú ingresaba a una nueva era, y que este país se enrumbaba hacia el socialismo. Interpretó el triunfo electoral de Humala, como la prueba mas alta del viraje histórico del Perú hacia la lucha antiimperialista, democrática y popular.

Once meses del inicio del gobierno de este militar, 17 personas entre campesinos, obreros y estudiantes habían sido asesinados por orden de Ollanta Humala. Sin embargo estos crímenes no hicieron cambiar de opinión a Gustavo Espinoza. Siguió proclamando su fe en el «antimperialista y socialista» Ollanta Humala. Varias veces dijo que la «derecha» preparaba un golpe militar contra su preferido Humala. Y justificando la política criminal y antipopular del actual gobierno, manifestó que no «había que confundirse de enemigo» y atacar a Ollanta Humala, la derecha esta al otro lado, grito.

Lo mas reciente del desdichado Espinoza viene del 14 de julio 2014. Y que no quepa dudas él sigue creyendo en el Ollanta Humala «antiimperialista y popular». Entre otras cosas Espinoza ha dicho, que Brian A. Nichols, nuevo embajador norteamericano en Perú ha sido enviado con el fin ha «afincar sus expectativas en el presidente peruano, Ollanta Humala, promoviéndolo como un supuesto “cautelador” de los intereses del Imperio en la región».
!Que tal desfachatez la del tal Espinoza!

¿Así que el embajador Brian A. Nichols ha aterrizado en Perú para convencer a Ollanta Humala de pasarse al lado de los norteamericanos?. Solo para refrescar la memoria de los que la perdieron, Ollanta Humala llegó al gobierno con la aprobación del gobierno de Estados Unidos. Hay que recordar que su campaña electoral del 2011 se coordinó en la embajada yanqui en Lima. Por ello sus primeras medidas en el gobierno, todas ellas antipopulares y hambreadoras, se dictaron para favorecer las grandes transnacionales afincadas en Perú, principalmente las empresas mineras.

Otra de las sandeces de Espinoza. Comparando al «antiimperialista» Ollanta Humala y el presidente Santos de Colombia, dice que Humala “no calza” propiamente en los zapatos de Uribe ni se comprometió nunca a jugar ese papel (proimperialista); lo real es que la Casa Blanca busca alentarlo a actuar en esa dirección. Y, lo más probable es que haya encomendado la tarea a su nuevo embajador en Lima, Brian A, Nicholson. En todo caso, debemos considerarnos advertidos». En todo caso es dramática la situación que vive el pobre Espinoza. Defender a Ollanta Humala, como un presidente no alineado con el gobierno yanqui, ya no es simple testarurez, sino mas bien un problema de oportunismo senil.

¿Santos y Humala diferentes?. A otro con ese cuento basura. Santos sirve a los norteamericanos, lo mismo hace a su manera Ollanta Humala. Así, si Santos acaba de sostener el genocidio cometido por Israel contra el pueblo de Palestina, el presidente peruano hizo lo mismo algunos meses atrás. En febrero del 2014 Ollanta Humala, abrazándose con el Presidente de Israel Shimon Peres y el Primer Ministro Benjamín Netanyahu (ambos acusados de genocidio en Gaza), expresó su felicidad de estar con ellos y anunció que “traía desde Perú el mensaje de nuestro deseo de fortalecer más aún nuestra amistad, nuestra cooperación y el trabajo en conjunto”.

Es por ello que el gobierno peruano (mediante un comunicado en días pasados) no ha condenado la actual criminal y genocida acción de Israel en Palestina. Hipócritamente ha solicitado «buscar un acuerdo de paz» entre los contrincantes. Ninguna palabra en protesta por los 200 palestinos, entre ellos 40 niños, asesinados por las hordas fascistas de Israel.

El Diario Internacional