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Medio Oriente, Europa :: 23/05/2016

La izquierda europea cómplice del acoso terrorista del imperialismo a Siria

Iñaki Urrestarazu
“Una buena parte de las izquierdas europeas están completamente anestesiadas y haciendo el juego de las potencias occidentales y del imperialismo…”

“Lo que sucede desgraciadamente, es que una buena parte de las izquierdas, y de las europeas en concreto, es que están completamente anestesiadas y con el norte totalmente perdido, haciendo el juego de las potencias occidentales y del imperialismo…”

 El día 17 de mayo pasado se celebró en Viena la cuarta reunión del llamado Grupo Internacional de Apoyo a Siria con la presencia de representantes de la Liga Árabe, la UE, Turquía, Irán, China además de Rusia y EEUU, para tratar en principio de afianzar tanto el proceso de negociaciones sobre la salida política a la guerra de Siria acordada en la resolución 2254 de las Naciones Unidas de 18 de diciembre de 2015, como la aplicación estricta del cese de hostilidades iniciado el 27 de febrero.

A pesar de la tónica relativamente optimista que han querido trasmitir y de las palabras bonitas, pero ambiguas y de doble lectura del gran mentiroso que es Kerry, que ha declarado “que es necesario que todas las partes implicadas en el conflicto que vive Siria participen en su solución” o de “que hay que aumentar la presión internacional sobre los protagonistas del conflicto para que se produzca un alto el fuego total…”, las discrepancias son muy profundas y el imperialismo norteamericano con todos sus aliados no ceja, aunque quiera hacer creer lo contrario, en su empeño de destruir Siria, destruir el Estado sirio y derrocar al considerado su principal baluarte, que es Bashar el-Assad, para convertir Siria en un Estado debilitado, que reniegue de su soberanía y su historia combativa contra el sionismo y el imperialismo y que se someta a los intereses y estrategias de éste a través de la instrumentalización del islamismo extremista.

EEUU, el verdadero instigador, promotor y organizador de la brutal guerra de destrucción y barbarie contra Siria, quiere, en su inmenso cinismo y falsedad, aparentar ser un agente de paz, cuando es el que maneja todos los hilos de los grupos terroristas y mercenarios de Siria (y de todo el mundo) con la colaboración de sus aliados de Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Israel, Francia e Inglaterra entre otros, alimentando sin parar el terror, las matanzas, y las constantemente renovadas remesas de mercenarios adiestrados y pagados y de más y más sofisticadas armas. La intervención rusa desmontó con bastante evidencia la inmensa farsa de la coalición anti-ISIS protagonizada por los EEUU, haciendo ver la gran complicidad entre los EEUU y sus aliados Turquía y Arabia Saudita con el terrorismo del ISIS, Frente al Nusra (Al Qaeda) y otros grupos. Junto con ello, el importante desmantelamiento del terrorismo en Siria y el impulso de un proceso de negociaciones para una salida política, desconcertaron a los EEUU y desmantelaron en cierto modo su estrategia. De manera que EEUU tuvo que acoplarse al nuevo escenario, tratando de jugar aparentemente la baza de la paz y de la negociación, dejando a sus aliados el trabajo “más sucio”, la guerra terrorista sobre el terreno, pero siempre bajo su dirección.

EEUU se avino en conformidad con los acuerdos del Grupo Internacional de Apoyo a Siria de octubre y noviembre de 2015 y de la resolución 2254 de las Naciones Unidas derivada de aquellos, a defender formalmente la unidad de Siria, a rechazar políticas sectarias en el país, a impulsar negociaciones intersirias conducentes a crear un proceso constituyente protagonizado por el pueblo sirio, y a luchar contra el terrorismo del ISIS, Al Qaeda y otros grupos que serían excluidos del proceso de negociaciones. En el acuerdo posterior sobre el cese de hostilidades, con efecto desde el 27 de febrero, se pretendían solucionar los problemas humanitarios surgidos en ciertas zonas o poblaciones acosadas en la guerra. De este acuerdo se excluían el ISIS, Al Qaeda y otros grupos terroristas, a los que se seguiría combatiendo.

Pero tras esta serie de acuerdos formales, los EEUU, en connivencia secreta con sus aliados, están jugando sus bazas, para minar el proceso y llevar las aguas a su terreno. Una de las bazas, es la de negarse a incluir en la lista de “otros grupos terroristas”, a grupos que son auténticamente terroristas, pues su forma habitual de funcionar es realizar barbaridades. Se trata de grupos que actúan en alianza estrecha con el ISIS y Al Qaeda, que son financiados y armados por supuesto por Arabia Saudita, Turquía y EEUU, y que pretenden ser tildados de “rebeldes moderados”, cuando no lo son, cuando eso es algo que no existe más que en la ficción que tratan de vender los EEUU al mundo. Existen por decirlo así, los terroristas declarados, como son el ISIS y el Frente Al Nusra (Al Qaeda), formalmente enemigos de los EEUU (en realidad creados por estos y a su servicio), y los terroristas no declarados, los “rebeldes moderados”, todos los cuales realizan básicamente las mismas funciones al servicio del imperialismo. Estos grupos calificados de “rebeldes moderados” juegan de hecho un papel esencial en la estrategia del terror de EEUU y máxime en el momento actual. Dos de los más importantes son AHRAR EL SHAM Y YAISH EL ISLAM, aunque hay más. Ante la proposición rusa realizada en el Consejo de Seguridad de la ONU del 11 de mayo de este año de incluir a estos dos grupos en la lista de grupos terroristas, los propios EEUU, Francia, Inglaterra y Ucrania(¡), se opusieron, mostrando la importancia que otorga el imperialismo a estos grupos terroristas. Es manifiesto el interés de EEUU y sus aliados por utilizar estos grupos como “caballo de Troya”, en contra del Gobierno de Siria tanto en la mesa de negociaciones como en el terreno del combate. El Gobierno de Siria por su parte, ha repetido en varias ocasiones que no está dispuesto a negociar con estos grupos terroristas, que además no representan al pueblo sirio.

Los llamados “rebeldes moderados” han sido en primer lugar, una de las mejores vías indirectas de aprovisionamiento de armas del ISIS y Al Qaeda. Una buena parte de las armas entregadas a los “rebeldes moderados” terminan siempre en manos del ISIS y de Al Qaeda. Son asimismo, la razón que los EEUU utilizan para “justificar” su presencia militar en Siria, sin el permiso del Gobierno de Siria y pisoteando su soberanía. Por otra parte, estos grupos han sido incluidos en el denominado “Grupo de Riad” o también llamado pretenciosamente, “Alto Comité para las Negociaciones” (HNC por sus siglas en inglés) organizado por Arabia Saudita para representar pretendidamente a la oposición siria en la mesa de negociaciones de Ginebra, tratando a la vez de excluir de la misma a la oposición genuinamente siria, la representada por el grupo Cairo-Moscú, con el objetivo de lograr una relación de fuerzas favorable para imponer el derrocamiento de Bashar el Assad y del Estado sirio.

En el terreno del combate, estos grupos han sido utilizados para sabotear constantemente el cese de hostilidades. Un cese de hostilidades, que además ha sido utilizado para introducir por la frontera turco-siria miles de mercenarios de refresco y grandes cantidades de armas poderosas destinadas sin distinción a todos los grupos terroristas, y para reorganizar sus fuerzas y estrategias, con el objeto de tratar de cambiar la desfavorable relación de fuerzas creada por los bombardeos rusos y sirios y por el avance del ejército sirio.

El cese de hostilidades ha sido saboteado de diversas formas. ISIS y Al Nusra, han querido camuflarse en muchas ocasiones bajo nombres de grupos aliados o con nombres inventados para esquivar los bombardeos y ataques contemplados contra ellos, ya que quedaban excluidos del cese de hostilidades. Algunos de los muchos grupos que han firmado en diversas regiones de Siria el protocolo de cese de hostilidades con el ejército sirio, mediante la aceptación de principios básicos del Estado sirio como la laicidad y unidad del territorio, y del compromiso de dejar de combatir contra aquel, han sido amenazados por Al Nusra y el ISIS quienes han cometido atentados que se los atribuían a ellos. Las ayudas humanitarias también han sido boicoteadas, impidiendo en muchos casos que llegaran a manos de la población necesitada quedándosela los mercenarios. A mediados de abril, en el entorno de las elecciones parlamentarias organizadas por el gobierno sirio, se ha producido una ofensiva política y militar coordinada por los grupos terroristas. El Grupo de Riad suspendió el 18 de abril su participación “formal” en las negociaciones de paz de Ginebra, cinco días de que se sentaran a la mesa en la última ronda de negociaciones. El coordinador de la “oposición de Riad”, Riad Hijab, alegaba las habituales mentiras y patrañas de que Damasco estaba “bombardeando y matando de hambre a los civiles” y “rompiendo la tregua”, cuando son los terroristas impulsados por el imperialismo, incluidos los supuestamente “moderados” Aharar el Sham y Yaish el Islam, los que matan civiles sin el más mínimo reparo y como cosa habitual, empleando sin pudor armas químicas –más de cien veces según informes acreditados- y los que han roto la tregua, hasta cientos de veces. Las razones en realidad hay que buscarlas en la firmeza del gobierno sirio en la mesa de negociaciones y en los avances del ejército sirio en el campo de batalla. Paralelamente a esta retirada de la mesa de negociaciones, el portavoz de Yaish el Islam, Islam Alush, hizo una llamada desde la misma mesa de negociaciones a que todos los grupos rompieran el cese de hostilidades. En el mismo período, diez grupos terroristas, entre los que se encuentran Ahrar al Sham, Yaish al Islam y el Frente al-Nusra, declararon la creación de un centro de operaciones conjunto, y ataques en diversas provincias, como la realizada en el poblado de Al Zara, en la provincia de Hama, donde masacraron a familias enteras y secuestraron a 150 personas.

En el campo de batalla y especialmente en el estratégico enclave de Alepo, donde más presencia tienen grupos terroristas como Aharar al Sham y Yaish al Islam, los EEUU y sus aliados muestran un especial interés en que no sean incluidos en la lista de terroristas. Estos grupos están estrechamente vinculados a ISIS y Al Qaeda, con los que operan en diversos frentes, y de quienes reciben un apoyo financiero, logístico y militar. Basados en la simbiosis estrecha de estos grupos con ISIS y Al Qaeda, los EEUU pretenden convertir toda la zona en una nebulosa, donde no se distingan unos de otros, con el objeto de dificultar enormemente la lucha del ejército sirio y de la aviación rusa contra el terrorismo, y de dificultar por tanto el avance del ejército sirio hacia la conquista total de Alepo. La conquista de Alepo es de suma importancia, porque daría pie a la posibilidad de un avance rápido sobre el resto de Siria. La existencia de esa nebulosa permite al terrorismo además de cubrirse mejor las espaldas de los ataques, dar mayor maniobrabilidad y flexibilidad a sus propios ataques. Y otra razón estratégica del imperialismo para intentar bloquear el avance del ejército sirio en Alepo mediante la estratagema de exclusión de una serie de grupos del listado de los terroristas, es mantener la frontera con Turquía –emplazada básicamente en esta zona- abierta, de manera que pueda permanecer libre el paso de mercenarios y de armas con los que suministran a una buena parte del terrorismo en Siria. Asimismo, un hipotético enquistamiento de fuerzas terroristas en la zona, en definitiva en el interior de Siria, es un resorte que, si no lograran sus objetivos de derrocar al gobierno de Bashar el Assad ahora, siempre puede ser activado de nuevo más adelante en otras coyunturas o relaciones de fuerza. La presencia de fuerzas militares contrarías al Gobierno dentro de Siria, sería un enorme elemento de presión contra el Gobierno.

Parece una medida muy oportuna la decisión anunciada por el ministro de Defensa de Rusia de que se reservan el derecho a atacar de manera unilateral a los grupos rebeldes sirios que no se hayan adherido a una tregua en Siria antes del 25 de mayo (es una manera de romper el bloqueo que está intentando realizar el imperialismo). El ministro de Defensa ruso ha propuesto que desde el miércoles 25 de mayo, los estadounidenses “se unan a la planificación y realización de ataques contra los destacamentos del Frente Al Nusra y otras formaciones armadas que no apoyan el cese el fuego”, así como contra “los convoyes de armas y municiones que crucen de manera ilegal la frontera turco-siria”. Como era de prever, la respuesta por parte de EEUU ha sido negativa.

El otro tema al que se quieren aferrar constantemente los EEUU y sus aliados, Arabia Saudita, Turquía, Francia, Inglaterra y las representaciones de los mercenarios integrados en el Grupo de Riad, es que es preciso apartar a Bashar el Assad de cualquier Gobierno provisional y del proceso de transición. En este punto, la posición del Gobierno sirio y de su delegación en la mesa de negociaciones, es clara, en el sentido de que ninguna fuerza exterior va a condicionar el proceso sirio, que la presencia del presidente sirio Bashar el Assad en la presidencia del gobierno es una línea roja, que están por crear un gobierno de transición inclusivo con otras fuerzas, y que en su momento será el pueblo sirio y nadie más, quien decida si sigue o no Bashar el Assad en la presidencia. Junto con ello hay otras líneas rojas, reconocidas como tales incluso en la resolución 2254 de las Naciones Unidas, que son la unidad del territorio sirio y la laicidad, el no sectarismo y el respeto mutuo entre las diferentes etnias y religiones del país.

El doble juego de los EEUU se manifiesta también en el recurso al “Plan B” al que ha aludido en ocasiones, a veces de forma más clara y otras de forma más difuminada, de que si no se llegan a acuerdos en la mesa de negociaciones, habrá que recurrir a “otras vías”. Más claramente lo dicen sus aliados Arabia Saudita y Turquía, -y ya sabemos que estos países rara vez mueven un dedo sin el permiso de EEUU- que si no se llegan a acuerdos en la mesa de negociaciones –se refieren a los acuerdos que ellos quieren-, la solución que queda es la de una intervención militar terrestre masiva. EEUU de hecho, rompiendo el primero la tregua, ha enviado secretamente grandes cantidades de armas, más poderosas que hasta ahora incluidos misiles antiaéreos, a los diversos grupos terroristas, vía Turquía y vía Jordania.

Todo lo cual muestra que los EEUU y sus aliados no tienen intenciones de llegar a acuerdos que no sean los que ellos quieren, los de derrocar a Bashar el Assad y sobre todo tumbar el Estado sirio para crear otro a su medida, bien sea en la mesa de negociaciones o bien sea mediante la intervención militar pura y dura, sin importarles para nada, la continuación con la barbarie destructora de Siria, las matanzas de sirios, el sufrimiento y el horror de la población, incluida la provocada emigración masiva de sirios. Hay que tener en cuenta además, la actitud tremendamente agresiva que está manifestando el imperialismo norteamericano en todas las partes del mundo, de manos del psicópata asesino y carnicero de Obama, tanto en Libia, como en Yemen o Palestina, como en Honduras, Paraguay, Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, como en África, o en Ucrania y el Este Europeo contra Rusia, en el sudeste asiático contra China…, por lo que en Siria cabe esperar cualquier cosa. Las perspectivas que se ofrecen con una posible victoria de la fascista representante directa de Wall Street y del aparato económico-militar norteamericano, que es Hillary Clinton en las presidenciales norteamericanas, ensombrece todavía más el panorama.

En un mundo donde hubiera un mínimo de sentido común, un mínimo de respeto de la soberanía de los pueblos, Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Israel…etc, tendrían que estar embargados económica y militarmente, y a EEUU, y las potencias occidentales se les tendría que parar los pies e impedirles sus injerencias permanentes en otros países. Hoy, tratar de imponer estas medidas supondría evidentemente una III Guerra Mundial. Donde está la clave de bóveda para enfrentarse y tratar de frenar las demenciales ansias de dominación del mundo por parte del imperialismo norteamericano y sus satélites, y también en Siria en concreto, está en las movilizaciones de masas en todas las partes del mundo –empezando por aquí- denunciando las guerras del imperialismo y las brutales derivaciones que traen consigo –miseria, destrucción, matanzas, hambrunas, emigraciones…-, y denunciando y tratando de desmantelar desde cada país sus aparatos militares como la OTAN, sus organismos económicos como la UE, el FMI, el BM, la OMC…, los Acuerdos Económicos Transnacionales como el TTIP, las alianzas militares, etc. Lemas, objetivos y dinámicas como los de las Plataformas contra las Guerras Imperialistas y la OTAN, nos pueden dar una pauta.
Como dicen ellos, debemos de “estar en guerra” contra el imperialismo y sus guerras, no contra las guerras que practican los pueblos por su emancipación y soberanía, sino contra las guerras destructoras que impulsa el imperialismo. Debemos de tener muy claro que el imperialismo es el mayor enemigo de las clases trabajadoras y de los pueblos, que es quien maneja todos los hilos y que es el mayor impedimento y obstáculo en cualquier proceso de emancipación.

Pero lo que sucede desgraciadamente, es que una buena parte de las izquierdas, y de las europeas en concreto, es que están completamente anestesiadas y con el norte totalmente perdido, haciendo el juego de las potencias occidentales y del imperialismo y tragándose las infames mentiras que sus fabulosas campañas mediáticas nos repiten una y otra vez, machaconamente. El resultado buscado y conseguido, es el de la incomprensión absoluta de lo que sucede, es el de la apatía y desmovilización contra las terribles agresiones en presencia, o el de movilizaciones fuera de contexto, sobre cuestiones colaterales o derivadas de las agresiones del imperialismo, sin agarrar al “toro por los cuernos”, como ha sido el caso con el problema de las emigraciones, que son un problema humanitario sí, pero sobre todo un problema generado por el imperialismo con las guerras que fomenta, en Libia, Siria, Yemen, Afganistán, Irak…El imperialismo aprendió mucho de las movilizaciones gigantescas que se produjeron con la invasión de Irak. Para evitarlo se ha preocupado muy mucho de controlar masivamente los medios de comunicación y de desinformar e intoxicar a la gente de manera brutal. Y lo que no es de recibo, lo que ya es el colmo, es que medios que dicen que son de izquierda como GARA, es que parezcan dirigidos por mercenarios de la pluma, por agentes del ISIS o Al Qaeda, que enaltecen el terrorismo islámico con regodeo, que mienten más que la prensa y medios oficialmente de derechas, y que están impregnados de un antichiismo y un anticomunismo verdaderamente cerriles.

 

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