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Europa :: 25/05/2016

Idomeni o desalojar a la Europa del capital llamada UE

Borroka garaia da!
Que tiempos aquellos cuando el flamante nuevo gobierno de Syriza realizó un referéndum contra las medidas de austericidio propuestas por la UE y lo ganó la clase trabajadora

Que tiempos aquellos cuando el flamante nuevo gobierno de Syriza realizó un referéndum para oponerse a las medidas de austericidio propuestas por la Unión Europea y lo ganó la clase trabajadora. Si la mayoría de los que votaron oxi hubieran sabido que apenas horas después, las medidas de austericidio implementadas por el gobierno iban a ser aun peores que las rechazadas, más de uno y una se hubiera dado la vuelta antes de llegar a las urnas para no perder el tiempo.

Sin embargo, lo más triste de todo no fue eso, que ya es bastante, sino las patéticas y falsas justificaciones del “no hay alternativa” cocidas en despachos burócratas que piensan que el marxismo es un debate de intelectuales a la hora del café.

Cuéntame que el paro, cuéntame que el hambre, cuéntame cien mil al mes, cuéntame que llueve. Sabes que vas a comer por dar hostias a la gente. Sabes para quien trabajas. Tus lágrimas las compras en las rebajas. Así decía la canción de la polla records, y así hay que decírselo a todos los cuerpos policiales griegos comandados por Syriza que durante largas semanas han estado maltratando a las miles de personas que se hacinaban en Idomeni y que junto a las autoridades europeas y griegas lo convirtieron en un infierno para después, hoy mismo, desalojarlo, no sin antes expulsar a cualquier testigo incómodo. Y digo personas, porque refugiados son a los que se les da refugio.

Un recuerdo especial a aquellos que retenían voluntarios, les robaban material y comida, desnudaban en la carretera a voluntarias para registrarlas, a los que negaban el paso. A los que intentaban que no se viera lo que el pueblo organizado estaba haciendo y los gobiernos se negaron a hacer. A los estrategas del asedio para limitar alimentación, agua, leche. A los valientes funcionarios del estado que gaseaban y ponían alambradas de espino frente a niños y muertos de hambre y frio. Solo falta que se nos pida rechazar el lanzamiento de piedras de gente desesperada en el campo de concentración frente a los grandes valores humanos de “Europa” que nunca en la historia los ha demostrado ni tenido.

Desde luego, las personas hacinadas en Idomeni no han salido de la nada, no fue un accidente de la naturaleza. No es el drama de los refugiados, es la acción directa de la UE, EEUU y la OTAN en un marco geográfico estratégico diseñado para la guerra y la intervención. Por lo que “apenarse” de que exista pobreza obviando los factores que la generan, es igual de insustancial que apenarse por la situación de Idomeni obviando que ha sido promocionada por el bloque occidental con la pasividad absoluta de cierto progresismo europeo que una vez salió a manifestarse contra la guerra de Irak pero al día siguiente se olvidó y fueron pasando los años.

El acuerdo del régimen de la UE (¿acaso no es un régimen de terror?) con Turquía (otro que tal baila a ritmo de genocidio kurdo) para deportar a las personas que permanecen en Grecia con más de 10.000 personas mal viviendo en los alrededores de las vías de tren nos ejemplifica que clase de comunidad internacional tenemos. Como decía Galeano, y no me canso de repetirlo, comunidad internacional es el nombre artístico que se pone el poder para hacer teatro. Otra Europa puede ser posible pero otra UE no. El tiempo del “populismo” a coste cero ha pasado a la historia e Idomeni ha sido su tumba.

Como vascos y vascas no solo tenemos que abandonar los estados que se creen nuestros dueños, también tenemos que abandonar la UE, que también se lo cree,  y todo pueblo europeo debería hacerlo, no solo porque es incompatible con cualquier proyecto de liberación nacional y social europeo que no interese al poder capitalista, no solo porque el horizonte fascista avanza sin parar, sino porque el mundo y la verdadera comunidad internacional, que es la de los y las de abajo, no se merece semejante parasitismo. Cualquier otra opción dificilmente se puede alejar de la complicidad. Hay que despertar.

 

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