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Asia :: 29/06/2016

Filipinas: 30 aniversario de la Revolución EDSA y la memoria histórica

Sonny Melencio, Walden Bello
El espíritu de la revolución de 1986 no se basa en héroes individuales, especialmente si proceden de los poderosos. Se basa en la acción de las masas y la toma del poder

¿Qué conmemoramos de la revolución de EDSA 1?

Sonny Melencio

En una ocasión tuve la oportunidad de ser invitado por el Rembrandt Kapihan junto con un candidato a senador del KBL (Movimiento de la Nueva Sociedad) en las elecciones de mayo de 2016. El malhablado candidato del KBL se lanzó a fustigar a una audiencia imaginaria que había convertido a Ninoy Aquino (el asesinado padre del actual presidente Benigno Aquino, también conocido como PNoy) en un héroe de la primera "revolución EDSA" [NdeLH: Así llamada porque las manifestaciones del 22 al 25 de febrero de 1986 en las que participaron más de dos millones de filipinos se realizaron en la Avenida Epifanio de los Santos, en Manila, conocida popularmente por el acrónimo de EDSA]. Esta extraña reacción al parecer quería ser una respuesta a mi afirmación de que íbamos a celebrar EDSA 1 el 25 de febrero con las concentraciones de protesta habituales.

El candidato del KBL arrojó una andanada de maldiciones contra el levantamiento popular que derrocó al dictador Ferdinand Marcos. Después de que Marcos abandonase el país en 1986, todo había ido cuesta abajo para Las Filipinas y su pueblo, según el candidato del KBL.

Estaba con el candidato a senador del PLM (Partido de las Masas Trabajadoras), general Diosdado Valeroso, y nuestra reacción a la diatriba fue explicar que conmemoraríamos EDSA 1, no por Ninoy Aquino o los llamados héroes de EDSA 1, que incluyen a Fidel Ramos y Juan Ponce Enrile; conmemoraríamos  EDSA 1 porque, por un breve período, fuimos testigos del primer levantamiento popular que tuvo éxito en Asia. EDSA 1 representa dos polos y fuerzas potentes de un gran movimiento que convergió y se fusionó en febrero de 1986: un levantamiento masivo de la población, en la que millones de civiles (todos los grupos de la sociedad civil) participaron; y una rebelión militar, que involucró en su mayoría a jóvenes oficiales y soldados.

El general Valeroso y yo representamos los dos polos que convergieron en EDSA 1. Yo estaba con el grupo de activistas que pasó a la clandestinidad y combatió la dictadura de Marcos cuando se impuso en 1972. El general Valeroso estaba con la RAM (Movimiento de Reforma de las Fuerzas Armadas). Más tarde fundó la Unión de Oficiales Jóvenes (TE) que continuó la resistencia contra el régimen neoliberal elitista de Cory Aquino. Yo fui detenido y torturado por los esbirros de Marcos en el ejército en 1977. El general Valeroso fue detenido en la década de 1990 y encarcelado durante mucho tiempo. Hoy, hemos unido fuerzas para intervenir en las elecciones de mayo de 2016: el general Valeroso como nuestro candidato a senador, y yo como presidente del PLM que le he avalado en esta elección.

EDSA 1

EDSA 1 comenzó por su propio pie como una confluencia de grupos de activistas y de militares opuestos a la dictadura. Pero al igual que la Revolución filipina contra España, fue una empresa sin terminar. Si la primera revolución filipina fue secuestrado por la élite representada por la Aguinaldos, los Buencaminos y los Paternos, la "revolución" EDSA 1 fue secuestrada por la facción de la elite que adoptó a Corazón "Cory" Aquino como su líder. Tomen nota de que he escrito “Revolución” entre comillas para indicar que no fue una auténtica revolución. Fue sólo un cambio de régimen; no fue una revolución en términos de cambio social, en el que las clases dominadas derrocasen a las clases dominantes en la lucha por el poder.

Es cierto que después de EDSA 1, todo fue cuesta abajo (aunque esto no es lo mismo que decir que "después de Marcos, todo fue cuesta abajo", como afirmó el candidato del KBL). Cory Aquino traicionó a las masas y a los soldados que la llevaron al poder. Incluso cambió sus propias promesas de campaña durante las elecciones anticipadas que marcaron el inicio del levantamiento que inició la rebelión.

Cory decidió favorecer los intereses de EE.UU. en lugar de los intereses del pueblo filipino. Esto fue muy evidente durante los últimos meses del mandato de seis años de Cory: realizó una vigorosa campaña para mantener las bases militares de Estados Unidos, pero perdió abrumadoramente en el Senado, que votó en contra de la renovación de las bases, con movilizaciones y el apoyo de la gente. Cory dio la espalda a los campesinos, 13 de los cuales fueron ejecutados sumariamente por la policía en el puente que lleva a su palacio. Cory comenzó la privatización de las empresas controladas por Marcos y las devolvió a la vieja élite oligárquica, en vez de usarlas a favor del pueblo.

Estos retrocesos marcaron la verdadera naturaleza, color y carácter del gobierno de Aquino. Su cobardía, teñida de amarillo, para hacer frente a la intervención y el control extranjero. Fue una mera continuación del gobierno de la elite, ya que mantuvo la mayor parte de las políticas de Marcos que favorecían los intereses extranjeros al tiempo que garantizó el retorno al poder económico y político de la vieja oligarquía a la que pertenece su clan. Sumó a la vieja oligarquía la nueva élite de los compinches de Marcos que se quedaron en los puestos más altos, incluso después de la caída de Marcos.

Sabemos que un gran número de jóvenes hoy ven a Marcos como un presidente modelo, incluso un héroe merecedor de nuestros elogios. Pero esto se debe a que los jóvenes están reaccionando ante la herencia que les ha correspondido desde el levantamiento de EDSA 1. Es la generación que no ha sufrido la ley marcial, pero que ha vivido una serie de regímenes EDSA fallidos y corrompidos (de Cory, la madre, a Pnoy, el hijo). Los jóvenes de esta generación no saben lo que es tener un trabajo regular. Se trata de una generación que ha vivido soportando la corrupción generalizada en el gobierno, el caos del transporte metropolitano de Manila (LRT / MRT), la congestión del tráfico, la criminalidad y la violencia en las calles, y la actitud indiferente de la burocracia a sus problemas y privaciones. ¿Qué tiene que ver EDSA 1 con todo esto?

No podemos culpar a los jóvenes por haber perdido la fe en los regímenes EDSA que no les han aportado nada. Por otro lado, tenemos que contradecirles por pensar que lo que se necesita es otro Marcos (esta vez, Fernando "Bongbong" Marcos Jr) para cambiar su situación.

La lección es clara: el espíritu EDSA no se basa en héroes individuales, especialmente si proceden de los clanes e intereses de los poderosos. EDSA se basa en la acción de las masas y la toma del poder. Esta es la única manera de conmemorar EDSA: continuar su espíritu de lucha, y elevarlo a un nivel superior: la lucha contra todas las fuerzas de élite, los trapos (políticos tradicionales) y la oligarquía que se burlan de todo por lo que luchamos en 1986 y que ahora impiden todos nuestros esfuerzos de cambiar la sociedad para mejor.

Las Políticas de la Memoria

Walden Bello

El pasado nunca es pasado. Es un terreno en disputa, el campo de una batalla que se libra constantemente a lo largo de las generaciones presentes y futuras.

Hay una razón por la cual Hitler sigue siendo la personificación del mal en Alemania, mientras que la generación actual de japoneses sigue ignorando las atrocidades cometidas por la generación de la Segunda Guerra Mundial. La Alemania de la posguerra hizo una prioridad enseñar a los jóvenes de manera sistemática los horrores del nazismo, mientras que los gobiernos japoneses de la posguerra eligieron el camino de la amnesia.

La nostalgia por la era de Marcos que ha surgido en algunos sectores es el producto de dos fracasos: el fracaso de la generación antidictatorial a la hora de institucionalizar la educación de la juventud en los horrores del régimen de Marcos y el fracaso de la República EDSA de cumplir su promesa de lograr una democracia sensible a las necesidades de la gente.

Marcos, ahora nos damos cuenta, es un vampiro que se elevará periódicamente de entre los muertos en los períodos de crisis nacional, y tienta con la solución autoritaria. La única garantía de que no se siga por ese pésimo camino de nuevo es empujar más allá los límites del régimen elitista y pseudo-democrático de EDSA para transformarlo en una democracia verdaderamente justa, verdaderamente igualitaria, una democracia que cuide de todos.

Conmemorar la revolución EDSA es un ejercicio huero si no se acompaña de un llamamiento a ir más allá de la República EDSA a la que dio luz.

links.org.au/node/4626 Traducción: Enrique García para Sinpermiso

 

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