La jaula mundial
Era la escena de una pesadilla: un chacal con la cara de Mark Zuckerberg estaba encima de una cebra recién muerta, royendo las entrañas del animal. Pero yo no estaba dormido. La visión llegaba al mediodía, provocada por el anuncio del fundador de Facebook -divulgado en la primavera de 2011– de que “la única carne que estoy comiendo es la de animales que he matado yo mismo”. Zuckerberg había comenzado su nuevo “reto personal”, aseguró a la revista Fortune, mientras hervía una langosta viva. Luego despachó a un pollo. Siguiendo con la cadena alimentaria, liquidó a un cerdo y cortó la garganta de una cabra. En una expedición de caza, según informó, le disparó a un bisonte. Él estaba “aprendiendo mucho”, dijo, “sobre la vida sostenible”.