EL TIEMPO, MEDELLÍN, Octubre 17 de 2002.- Varias voces empezaron a escucharse ayer en Medellín para preguntar por qué los actuales operativos de la Fuerza Pública van todos dirigidos contra las milicias de la guerrilla.
Hasta el momentos no se sabe de detenidos, muertos ni heridos de los paramilitares, que también están presentes en la zona de los combates.

Según el general Leonardo Gallego, comandante de la Policía Metropolitana, los operativos no son solo contra un grupo armado, sino "contra todos los grupos ilegales que tienen ramificaciones en la zona".

Sin embargo, un grupo de analistas políticos y sociales que pidieron omitir sus nombres por razones de seguridad le expusieron a EL TIEMPO algunas consideraciones que sugieren la falta de acciones contra las autodefensas.

"Nunca se ha presentado un operativo contra los paramilitares de La Sierra, en el centroriente, ni contra los bloques de Itagüí, ni contra los de la comuna noroccidental. Esto obedece, como en otros sectores del país, a que las Fuerzas Armadas colaboran o coordinan acciones con ellos o simplemente los dejan actuar", dice un miembro de una ONG que pide anonimato.

En este sentido, el alcalde Luis Pérez afirmó ayer que el énfasis se ha puesto en la Comuna 13 porque allí se vive la situación más grave. Según el mandatario, una vez se recupere el sector, los operativos se trasladarán a otras partes.

"Lo grave es que el Estado se deslegitima cuando actúa contra un solo grupo y permite de alguna forma que otro se instale en el mismo sector. En esos lugares la gente ve al Estado como un invasor, y la situación empeora si no se controla a todos los actores armados", afirma un profesor universitario.

Las autodefensas actuaron mediante terceros hasta 1999, utilizando bandas como la de La Terraza. Pero desde el 2000 tienen presencia directa con el bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá (Accu) en el sur del Valle de Aburrá, las zonas centroriental y nororiental, y el centro.

Los paramilitares entraron a ejercer dominio sobre las bandas y a exigir su apoyo económico, permitiéndoles seguir trabajando, a condición de que cumplan una función contrainsurgente.
"Podemos decir que Medellín lleva diez años de control paramilitar, en los cuales los índices de delincuencia se han mantenido en alza", asegura un experto.

El actual problema de la Comuna 13 se debe precisamente a que allí hay un fenómeno de resistencia de las milicias y de los Comandos Armados del Pueblo (Cap) contra los 'paras' que ya ha producido 400 muertos en lo que va del año.

"La única forma en que los Cap y el Eln pudieron sostener la arremetida paramilitar en el occidente de la ciudad fue gracias a las Farc, que ingresaron como una fuerza de ocupación, obligando a la gente a brindarles refugio y practicando torturas.

"Las autodefensas, tanto del bloque Metro como del Cacique Nutibara, hacen presencia actualmente en la mayor parte de la ciudad. ¿Por qué no se les combate?: Simplemente, porque funcionan dentro del modelo de pacificación que se quiere implantar en la ciudad", concluye un analista.

Enviado a La Haine por Construyendo