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Génova: Las medidas que los "paises democráticos" tenían previstas en caso de que los disturbios aumentaran
AKN - Agencia Kanaria de Noticias

Cuando se analiza la lista de los operativos de seguridad que rodean cada Cumbre del G8, BM, FMI, etc., uno necesita unos segundos para volver a la realidad y no pensar que se está escribiendo un texto de ficción.

Zonas de seguridad, misiles tierra aire, vigilancia vía satélite, apoyo de helicópteros y naves de guerra, todo esto parece más propio de una mente calenturienta holywoodiense, pero es la realidad "democrática" que estos países ocultan al mundo.

Luego de que la policía sueca fuera superada por los anti-globalizadores durante la cumbre de junio de la Unión Europea en Gotemburgo (finalmente terminarían abriendo fuego e hiriendo a tres manifestantes), una ola de pánico envuelve el encuentro en la ciudad italiana de Génova.

18 mil policías patrullan las calles

Cuando "la pesadilla" de Gotemburgo terminó, los "expertos en seguridad" europeos y norteamericanos hablaron en Italia, bajo su paranoia particular, de llevar la cumbre de Génova a ultramar. Un barco de guerra o un crucero fuertemente armado eran algunas de las alternativas que se barajaron.

Pero los expertos estadounidenses sostuvieron que un barco era un blanco fácil para un atentado con cohetes o misiles.

Si la idea de un barco parecía descabellada, más absurda pareció la idea de celebrar la cumbre en Génova, una ciudad estrecha cuyo centro histórico es de la época medieval, compuesto por un laberinto de callejones conocidos como caruggi.

Pero la decisión había sido tomada antes de la reunión de Gotemburgo y ya no había marcha atrás posible. Pero el "terror" que les produjo el llamamiento de algunos grupos a "vengar" las heridas de los tres manifestantes en Suecia fue lo que les terminó por convencer de que esta vez no darían tregua a los manifestantes.

Las zonas

La Cumbre de las Américas en enero de este año en Quebec, Canadá, introdujo un supuesto nuevo elemento disuasorio, una kilométrica barrera de alambrada y cemento de cuatro metros de altura que alrededor del casco antiguo de la ciudad aislaría a los líderes mundiales de los manifestantes.

Génova aprendió la lección y sus autoridades tomaron nota, establecieron dos zonas de seguridad: una roja, completamente aislada, que rodearía el Palacio Ducal en la zona del viejo puerto, el centro histórico de Génova. Y otra zona, la amarilla, que sería un poco más ancha que la anterior e igualmente cerrada al acceso de los manifestantes.

Amodio, un anciano vecino del palacio dónde se iba a desarrollar la cumbre nos comentó, "Soy un prisionero en mi propia ciudad, mi propio barrio y muy probablemente mi propia casa".

Los genoveses que vivían en la zona roja recibieron pases especiales de seguridad y aún así, cada vez que iban a entrar a la misma tenían que pasar exhaustivos controles. Los vagabundos que recorren a diario las calles no recibieron estos pases sino que fueron trasladados a no se sabe bien que parte de las montañas por equipos de voluntarios.

Pero las zonas no serían lo único cerrado. El aeropuerto, el puerto y varias carreteras también lo estuvieron hasta que los representantes de los países abandonaran la ciudad al término del encuentro, así como las dos estaciones de trenes.

Más de 18 mil policías patrullaron las calles. A diferencia de las fuerzas de seguridad suecas, los italianos estarían supuestamente armados con gases lacrimógenos y cañones lanza agua solamente... una vez más mintieron, las armas de fuego hicieron acto de presencia desde el primer día.

Los planes incluían cámaras escondidas en los principales puntos de la ciudad, vigilancia vía satélite de todos los perímetros, 15 helicópteros, cuatro aviones y 7 siete barcos patrulla. Todo esto sin añadir los equipos de seguridad propios de cada una de las delegaciones presentes.

Pero lo que más ha sorprendido y considerado por varios analistas como el extremo de las precauciones, fue la batería de misiles tierra aire Spada (como los usados en la guerra de Kosovo) instalada en el aeropuerto para contrarrestar cualquier tipo de ataque aéreo, a tal extremo les llevó la paranoia.

José Bové, uno de los referentes franceses de la antiglobalización que participó en Seattle, ya avisaba cuando acusó al gobierno italiano de montar un clima de guerra civil para que la gente no acudiera a Génova.

No a la libre circulación

El gobierno del fascista-mafioso Silvio Berlusconi estableció controles temporales en las fronteras para restringir el acceso de manifestantes anti-globalización.

El acuerdo de Schengen, que permite a los ciudadanos de la Unión Europea a moverse libremente entre los estados miembros, quedaba en suspenso el día 14 de julio y por una semana.

Austria ya había implementado esta medida a comienzos de julio cuando se celebraron en Salzburgo unas jornadas del Foro Económico Mundial, así que no sería la primera vez que se le cerraría el paso a los "ciudadanos europeos" a un país o una ciudad de su "unión".

Los ministros del Interior y Justicia de la Unión Europea habían acordado el viernes 13 de julio en Bruselas que durante varios días anteriores a cualquier cumbre, se prohibiera la salida de sus propios países a cualquier "elemento sospechoso" de actividades violentas.

La medida revestía no solo problemas legales en varios países miembros, ya que no existen mecanismos legales que permitan prohibir la salida del país a cualquier ciudadano sino que además atentaba contra los derechos fundamentales de los hombres, la libertad de movimiento. Sólo el Reino Unido y Alemania cuentan con estos mecanismos represivos.

Estos dos países están acostumbrados a aplicar estas medidas a causa de los "hooligans" o barra bravas del fútbol. El resto de los países de lo que llaman Unión Europea están analizando en estos momentos desplegar contra los anti-globalizadores las mismas tácticas aplicadas a estos "grupos de riesgo".

También sugieren la creación de una base de datos europea para identificar a los que ellos consideran los "anti-globalizadores más violentos" y coordinar de este modo el trabajo de las policías nacionales.

Génova es una de las ciudades italianas con mayor porcentaje de gente mayor. Las autoridades locales llegaron a "sugerir" a quienes tuvieran familiares en otras partes de Italia que "fueran de visita" durante los días que durara la cumbre.

Así mismo se extendió una línea telefónica especial para atender todo tipo de dudas que pudieran tener los vecinos.

Pero otras de las medidas tomadas parecían estar directamente orientadas a considerar lo peor.

El periódico napolitano "Il Mattino" publicó algunos fragmentos de un "plan secreto de intervención" del gobierno italiano en el que se le encargaba al municipio genovés una morgue de emergencia "en caso de eventos desastrosos".

Osea, que en algún momento llegó a pasar por la cabeza de estos perros guardianes del neoliberalismo el llegar a disparar sin contemplaciones a todo lo que se moviera por las zonas acotadas.

El mismo plan hacía referencia a la compra de "bolsas de cuerpos" o "féretros blandos", las bolsas de plástico negro que comenzaron a usar las tropas estadounidenses en Vietnam.

Por si algo le faltaba a este contexto cuasi ficticio, apareció la recomendación del Movimiento Italiano de Padres de no llevar a los niños a los McDonalds de toda Italia durante la cumbre.

Así que atentos tod@s a las próximas convocatorias porque los tanques militares de estos "países democráticos" podrían estar en las calles prestos a abrir fuego contra las "hordas humanas descontroladas y violentas" que luchan por la igualdad social en el mundo.

http://www.red-akn.net

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