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La mujer en la guerrilla de las FARC
Por Arturo Alape

Son dos comandantes guerrilleras. Rubiela de rostro profundamente indígena. Vivaracha, muy fuerte. Sonia de contextura en apariencia frágil, de rostro duro y adusto. Expresa de inmediato lejanía, desconfianza. Luego se descomplica y suelta la palabra, al final sonríe. Hablamos del momento crucial de la decisiones en la vida, aquellas decisiones que todo lo definen y dan un vuelto a la experiencia vital acumulada. Indago sobre la razón de su ingreso a la guerrilla.

Rubiela nunca había conocido la guerrilla, "un día miré a un grupo de guerrilleros, dijeron que no nos diera miedo, que ellos eran gente normal, gente muy sencilla. Lo que más me atrajo de ellos: sabían canciones revolucionarias muy buenas. Yo dije: voy a ingresar a la guerrilla. Eso hace como 14 años. Soy del Caquetá. Mis papás son de Palmira, Valle.

Sonia había escuchado o había observado la guerrilla por televisión, le despertó cierto interés. Regresa a sus recuerdos: "Participé en reuniones que ellos hicieron y entonces estudié la necesidad por la cual iba ingresar a la guerrilla debido a la forma de explotación de la mujer en Colombia, la necesidad de los derechos que nos corresponden a las mujeres…"

Rubiela entra a la guerrilla a los 17 años. Confiesa que a esa edad nunca había salido de la casa. Había sido una persona callada, "sin mucha liberación…En la guerrilla uno va cambiando el comportamiento, entonces no es difícil irse adaptando... Al comienzo le falta la familia, vive pensando en ella. Entonces se va creando la imagen de que nadie lo trae obligado y que uno mismo toma su propia decisión y entonces tiene que adaptarse a esto. No es un engaño, nadie lo ha traído por mentira sino que uno mismo, se viene y sigue en la lucha…"

Para Sonia el ingreso a la guerrilla fue un cambio brusco. "Es muy diferente estar en la vida civil donde es muy liberadamente: va para donde quiere, llega a la hora que quiere, le pide permiso a los papás. Aquí todo cambia, hasta para ir a los orinales o cualquier otra parte, todo tiene que ser por medio de permisos. Hay un régimen interno que se cumple y es para todos, uno empieza a chocar, cierto? porque no va a poder moverse donde quiera y a la hora que quiera y llegar a la hora que quiera, sino es con tiempo limitado y tiene que cumplir con los reglamentos. Desde el tiempo que lo ingresan le explican todas estas normas y si uno se compromete a cumplir con las normas y los estatutos que lo rigen, entonces debe hacerlo…." Sonia explica que a medida del estudio y de los conocimientos que va adquiriendo en la guerrilla, "va aumentando la conciencia y va creando su propia confianza de que puede cumplir con los reglamentos. Pero siempre necesita de su tiempo. Otra cosa: también tiene que abandonar la familia, todo lo que tenga, entonces va a ser duro para uno acostumbrarse. Después que ya adquiere ciertos conocimientos, entonces la familia es una cosa secundaria en la guerrilla, ¿si me entiende? La familia se vuelve secundaria ylo primero es el movimiento..."

Le pido que me explique ese cambio radical con la familia: "Porque aquí tiene que cumplir con las tareas, con las misiones que le asignen y después es el compromiso con la familia. No se puede decir cada rato bueno: démen permiso para irme para a la casa a ver a mi mamá, eso no. Cuando las condiciones lo permitan o lo exijan uno pide permiso y si se lo ha ganado por su comportamiento, entonces se lo dan". Sonia Lleva once años en la guerrilla, "voy a cumplir doce", aclara.

-Sonia, en tu condición de mujer cuál fue la experiencia al entrar a la guerrilla y estar en medio de un mundo también, supongo yo, tan machista, con tantos guerrilleros. ¿Cuál es el cambio?.

"Lo que sucede es que uno se encuentra con algo diferente. Eso que usted dice de machismo aquí en la guerrilla no existe, todos somos iguales, hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y todos nos tratamos como hermanos de lucha…" Sonia explica el sentido del machismo en la vida civil: "Porque uno debe someterse a que lo manden, si uno consigue su esposo entonces tiene que estar sometido sólo a la casa, que lo manden el hombre, ¿si me entiende? aquí no. Aquí todos trabajamos para todos…"

Insisto que en la guerrilla también están sometidos a unas órdenes: "Estamos sometidos a unas órdenes pero por conciencia y por una necesidad a la cual nosotros nos hemos comprometido, con la lucha que estamos liberando…"

¿Tú te sientes como ser femenino realizado en la guerrilla? "Yo sí porque uno tienen lo que necesita, le dan a uno lo que quiere, tiene sus derechos. Si uno quiere conseguir su compañero, lo consigue, entonces en ese sentido se siente realizada. Además, no tiene porque estar sometido a las órdenes del compañero. En la guerrilla el amor es secundario, primero está la lucha, primero están las órdenes a cumplir, los materiales que hay que estudiar y el estudio para realizarse, para capacitarse y para poder aspirar a algo…"

¿Entonces ustedes piensan que la mujer en la guerrilla es un ser muy libre?. Rubiela responde: "Es libre en el sentido como decía Sonia, si se consiguiera un compañero, nosotros no nos vamos a someter a él, lo que él quiera o de pronto que él quiera que uno le lave la ropa. Uno lo hace pero si quiere, tampoco es obligación…"

Para Sonia en la guerrilla "soy libre de estudiar, de prepararse en lo que uno quiera, tanto en lo político, en lo militar. Uno es libre sin salirse de las líneas disciplinarias en la guerrilla…"Sonia cuenta que se ha preparado en lo político-militar.

Cuando tú estás al mando, cuál es tu papel, qué es lo que haces como mando? "Pues cuando uno está de mando le toca de oficial de servicio, le toca ordenar todo lo que es régimen diario de la unidad. Y si es un comandante de escuadra, está encargado de la escuadra, qué es lo que necesita la gente, qué es lo que hay que hacer…"

-¿Te gustaría ser una mujer con muchos ascensos desde el punto de vista militar? Rubiela: explica que "cuando yo ingresé siempre existía el machismo, entonces no querían que la mujer los mandara a ellos porque eran hombres. Ya las cosas están cambiando para las mujeres…"

Le pregunto a Sonia. ¿ Cuál ha sido tu experiencia, qué es lo que ha sido tu aprendizaje, qué es lo que te gusta en la guerrilla además de tanta seriedad? (Ríen las dos) Sonia deja un poco la tensión que sentía al comienzo: "En la guerrilla para uno es importante aprender. Existe un artículo en el reglamento que dice que los guerrilleros deben ser integrales. La palabra integral significa saber de todo un poquito, de todos los artes de que se necesitan en la guerrilla: yo he estado en enfermería, me he desempeñado bien; en explosivos tuve un curso, he colocado como tres o cuatro minados no más y así otras actividades; en lo militar también me gusta y he estado en acciones y he salido bien…"

Sonia hace parte de la dirección del frente del frente 14. Le pregunto por el concepto que tiene de mando. Ella explaya sus palabras: "El concepto del mando frente a la tropa tiene que tener esa autoridad, ese don de mando para mandar a su gente, debe saber mandar, debe saber a quién manda, cómo los manda porque las órdenes que uno dé la tropa tiene que recibirlas con agrado, con satisfacción para que las cumplan. Uno conoce el genio de la tropa, todos no tenemos el mismo genio, el mismo carácter; a unos les gusta que lo manden de una manera, otros les gusta que les hablen duro. Un comandante debe prepararse, actualizándose en todos los temas, de la situación política nacional del país, lo mismo que de la situación internacionalmente para poder ubicar a su tropa, porque un comandante que no tenga conocimiento entonces no puede tener autoridad de mando ni puede controlar su tropa…"

Le pido a Sonia que me explique cómo desarrolla esa autoridad de mando frente a una acción militar. En los ojos de Sonia se despierta una mirada de pasión: "En la línea de combate, con su unidad, haciéndose frente, organizándola, qué flanco debe cubrir, cómo debe organizar su tropa y cómo va a avanzarle al enemigo y cómo va a tomar determinado puesto o determinado flanco que le toque cubrir. En esa situación adquiere uno esa autoridad de mando. Si ese comandante mete su tropa a la acción y él se queda atrás, entonces pierde autoridad de mando y no tiene nada que reclamarle a la tropa..."

Sonia cuenta su experiencia de mando en la acción del Billar: "No se tiene inteligencia, únicamente se sabe que el enemigo está en determinado sitio. Empieza el desplazamiento de la gente, se comienza anillar el área donde está el ejército. Avanza nuestra tropa hasta anillarlos. Eran como 250, al final ni supimos. Se logró el aniquilamiento de la Móvil Tres, se fueron muy pocos. Fue una acción diurna y nocturna, duró 17 horas. Empezó a las 4 de la tarde y la terminamos al otro día a las 2 de la tarde…"

Rubiela habla del miedo cuando se está en una acción militar."Uno siempre siente el miedo, porque al miedo no le hicieron pantalones. Uno no está solo, está con los demás compañeros y ellos le dan mucho ánimo…"

Le pregunto a Sonia sobre la muerte. " No opinaría nada. Sería difícil ponerse a opinar porque uno no sabe cómo le va a llegar la muerte…" Y cuando por causa tuya le llega la muerte al otro, ¿qué opinas? "Diría que fue un fracaso terrible porque por culpa de uno muere un compañero…" ¿Y cuando es el enemigo? "Si uno la cuelga ellos sí lo matan a uno, ¿si me entiende? Si ellos también la cuelgan, uno los baja. Aunque sabemos que somos el mismo pueblo que estamos enfrentados. Por eso nosotros preferimos que ellos se rindan y no matarlos…"

Al final las dos se confiesan, en caso que se resolviera la confrontación por los caminos de la Paz: A Rubiela le gustaría seguir en la carrera militar. A Sonia, salir a la vida civil, hacer política, dirigir un municipio o un departamento. Las dos se despiden de abrazo, luego dan la espalda y se pierden en sus caletas.

MUJERES FARIANAS

A causa del histórico descontento en nuestro país y del trato discriminatorio hacia la mujer, al lado de la crisis social, económica y política que vivimos actualmente, es que nosotras nos alzamos en armas, para conquistar y hacer respetar nuestros derechos y deberes por parte del sistema gobernante y así salir del hueco donde nos encontramos.

En las FARC-Ejército del Pueblo las mujeres somos aproximadamente del 30% al 40%, vestimos uniformes, llevamos fusil terciado y nos declaramos combatientes revolucionarias de tiempo completo con iguales deberes, derechos y responsabilidades que nuestros camaradas.

A las mujeres colombianas al igual que las latinoamericanas, caribeñas y del mundo, se nos ha querido negar por siempre el derecho a la salud, a la vivienda, a la educación, al trabajo. Se preguntarán los hombres ¿ y nosotros? Si, a ellos también, pero a las mujeres se nos presenta esta situación en doble sentido. Además de pobre, mujer. Y también la participación en las decisiones políticas. Nosotras permanentemente hemos sido relegadas, se nos ha hecho creer que somos incapaces.

Sin embargo, al igual que millones de colombian@s y latinoamerican@s sentimos la pobreza, la falta de empleo o si lo hay sólo se reciben salarios de miseria; el que nuestros hijos e hijas no tengan educación, la explotación de la oligarquía y la indignación de saber que a quienes protesten contra las políticas antipopulares este régimen, intentará callarle la boca con la muerte...

Nosotras, parte del pueblo oprimido, ante la violencia que históricamente ha generado el sistema capitalista, resolvimos luchar por nuestros derechos, los de todos y todas. Las mujeres en la guerrilla tenemos la posibilidad de vernos diferente a como nos ve la sociedad que luchamos por transformar, ya que tenemos la oportunidad de plantear nuestros puntos de vista sin discriminación.

Al interior de las filas luchamos también por cambiar esa forma de ver el papel de la mujer en la sociedad, en sus relaciones interpersonales, en la política, en la casa, en la familia, en su cotidianidad, en el sentido del aporte, no como ayuda sino como participación. Luchamos por cambiar la actitud frente a nosotras. Somos más de la mitad de la población colombiana, con el derecho a recibir las mismas posibilidades que nuestros compañeros para desarrollarnos y aportar, hacer, construir.

Cada día somos más las mujeres que nos sumamos a esta lucha de todo el pueblo colombiano, y es que el amor nos puede volver vulnerables, muy frágiles, pero también nos llena de rabia y coraje para luchar por el derecho a una vida digna. Mujeres de todas las edades, que encontramos en las filas farianas la oportunidad además de luchar por todos y todas, sentirnos personas, unirnos a un hombre porque lo queremos y no para solucionar el problema de sostenimiento, que podemos gozar sueños propios, disfrutar esa sensación de libertad.

A través de los años la mujer guerrillera ha ganado reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional por su valiosa labor dentro de la organización a la que pertenecemos las FARC-EP. Porque ser guerrillera muestra a otras mujeres que hoy son sometidas a ultraje, humillación y discriminación, la posibilidad de ser vistas y asumirse distintas, con aprecio y admiración, como espejos para levantarse contra la opresión y unirse a nuestra lucha.

La participación de las mujeres, como protagonistas activas es importante en esta lucha, irrumpimos en una instancia antes cerrada para nosotras, tenemos las mismas responsabilidades y cada día nos preparamos más en las diferentes tareas: política, militar, ideológica, propagandística, educativa, en las comunicaciones, en la salud, etc.

Caminemos juntos combatientes hombres y mujeres, porque así se construye la Nueva Colombia, sin discriminación en igualdad de condiciones, reconociéndonos diferentes pero complementarios.

(Indymedia Barcelona)

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