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"Somos luchadores populares, no terroristas"
Por Andrea Rodríguez (GRUPO REFORMA)

Entrevista a Oscar Santos: Comandante del Ejército de Liberación Nacional (Colombia)

LA HABANA.- "La guerra duele", pero dejar la lucha armada en Colombia sería "vivir de rodillas", afirma el comandante Oscar Santos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), quien ha pasado los últimos 20 años de su vida combatiendo en la filas rebeldes y que está en Cuba para participar en un diálogo con el Gobierno de Andrés Pastrana que inicia esta semana. Estos son fragmentos de una entrevista con él.

Colombia es la nación más veterana en el ejercicio de guerrillas. ¿No le parece que es hora de cambiar de método?

Cada pueblo y cada condición exige a los luchadores optar por las formas posibles. En Colombia no se puede hacer oposición política ni parlamentaria. Hace algunas horas nos dieron la noticia del asesinato de un dirigente petrolero (Aury Sara) Con él suman 147 dirigentes populares muertos en este año. Nosotros estamos buscando una salida política, precisamente la Convención Nacional forma parte de una propuesta, pero como puede verse lleva tres años y tampoco encuentra el espacio de desarrollo. Nos duele la guerra. Pero dejar la lucha sería traicionar los ideales.

Pero ustedes sostienen que no entregarán las armas. ¿No es ese un condicionante fuerte para que prospere una propuesta política?

En el año de 1958, luego de la "Violencia en Colombia" -guerra que cobró más de 300 mil muertos- se llega a un proceso de paz en el que muchos guerrilleros pactan, se entregan y son asesinados luego. Así pasó sucesivamente. No vale la pena repetir la historia. Si no hay cambios reales en el país, la guerra sigue porque surge precisamente de las profundas desigualdades que son las que nos alientan a luchar.

El Gobierno dice que ustedes son la contracara de los paramilitares...

Los "paras" son parte del mismo Estado terrorista. Hace un mes estuve en la zona de Bolívar, como miembro del comando central he estado casi 20 años en esa zona guerrillera y hemos visto cómo el Estado está entroncado con el proyecto paramilitar. Los militares llevan de la mano a los "paras". Muchas veces son ellos mismos cambiados de brazalete y ni de uniformes, porque es el mismo. Es obra del Estado y de los poderosos del campo que quieren conservar sus privilegios. Más aún, los "paras" no quieren la paz. Se atraviesan permanentemente. La muerte del dirigente petrolero (Aury Sara) tiene que ver con el reinicio de nuestro diálogo con el Gobierno.

El problema es que la población civil queda siempre en medio. ¿En qué medida son ustedes también responsables del drama de los desplazados?

No podemos decir que no hemos cometido errores. Pero es claro que los desplazamientos se están produciendo por obra de las masacres y la represión paramilitar. Usan métodos terribles como las motosierras para asesinar y descuartizar a las personas. El desplazamiento es una persecución de la población que vive en zona guerrillera. No queremos decir que somos unos santos, pero nuestra política no es agredir al pueblo.

Ustedes hablan de "narcorrepública" ¿no hay una "narcoguerrilla"?

En este punto quiero hablar sólo por el ELN. Le hemos dicho al mundo que lidiamos contra ese fenómeno. Que estamos contra él, que es un peligro para la humanidad. Pero también debemos decir que Estados Unidos, el supuesto adalid de la lucha contra el "narco", es quien se beneficia con ese contrabando. La banca estadounidense es receptora de 90 por ciento de todas las ganancias. Nosotros tenemos autoridad moral y no estamos mezclados con ese fenómeno.

Pero tienen una política hacia los campesinos que cultivan coca.

Ellos son las víctimas. Colombia era un país que producía café. Pero el café está en crisis y eso llevó a que los campesinos busquen una solución a sus problemas. Durante mucho tiempo impedíamos la siembra de coca en los territorios cercanos a los nuestros y los campesinos nos preguntaban "¿compañeros, es que ustedes nos van a dar de comer?" Desde entonces, educamos a los campesinos y les proporcionamos las bases para la lucha ideológica, pero tampoco los podemos reprimir. Mal haríamos en volvernos una entidad antinarcótica.

¿No hay cobro de peaje?

No. Nosotros hasta el momento no hemos optado por eso. Necesitamos finanzas para la guerra y recibimos apoyos de la gente de todas las zonas, ganaderas, cafetaleras. Son colaboraciones voluntarias. A los que sí les cobramos es a los terratenientes o a los empresarios. Los ricos que se han robado nuestras riquezas y nos han expropiado deben dar una cuota.

¿Ahora, tras los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, no temen ser catalogados de terroristas?

Ya estábamos en esa "lista" de terroristas. Seguramente, el imperio aprovechará para hacer que los revolucionarios en el mundo seamos calificados de terroristas. Seamos claros: muchas cosas pueden haber cambiado el 11 de septiembre, pero no las realidades de los pueblos. Colombia sigue necesitando el cambio. Somos luchadores populares que hemos optado esta forma porque no tenemos otro camino.

El triunfo de Hugo Chávez en Venezuela, ¿le dio "aire" a la guerrilla colombiana, es su retaguardia?

Somos guerrilleros, Chávez llegó al poder por las elecciones. La de él es una experiencia diferente. Tenemos una frontera común de 2 mil kilómetros. Como ELN asumimos no realizar operaciones en territorio venezolano por respeto a la posición de Chávez. Hay un entendimiento entre dos pueblos que son hermanos. Lo principal es que ese proceso salga adelante y después podamos construir el sueño de Bolívar: la gran Colombia.

Ustedes se reunieron con el Gobierno colombiano en varias ocasiones en Cuba. ¿Por qué tanto sigilo, hay algún papel secreto que juegue la isla?

No es un papel secreto. Como ELN somos partidarios de que estas conversaciones se hagan con discreción. No estamos haciendo show político o de prensa. Valoramos inmensamente el apoyo que brinda Cuba al prestar su territorio para estas negociaciones. Cuba es parte de los cinco países amigos de los diálogos del ELN con el Gobierno. Además Cuba es la dignidad de América, nos permite vislumbrar una alternativa de sociedad donde el ser humano sea el centro.

Una sociedad que es criticada, por ejemplo, por su unipartidismo...

El año pasado estuve aquí precisamente para unas conversaciones y vi una movilización de un millón y medio de personas. Eso es demostración de respaldo del pueblo. Si la revolución cubana se ha sostenido es porque aquí hay respaldo popular.


(Enviado por Pablo Kilberg)

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