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La vida no es sagrada (II)
Justo de la Cueva
Red Vasca Roja

La vida NO es sagrada si quien mata no son "los terroristas" sino la falta de medicinas (I):
El irrefutable caso del SIDA.

La verdad práctica sobre cuando la vida es sagrada debe ser intermedia entre las formulaciones ya examinadas. Debe estar más cerca de otra paráfrasis de la sentencia de Orwell que diga: la vida es sagrada pero hay vidas más sagradas que otras. Traducida a que la vida es sagrada si Y SÓLO SI se trata de la de los poderosos, de los ricos, de los capitalistas o la de alguien que por alguna razón convenga a los poderosos declarar sagrada.

Por ejemplo, NO es sagrada la vida de las 150.000 personas que cada año mueren de tripanosomiasis transmitida por la mosca tsé-tsé. Como lo demuestra el hecho de que el DFMO, único fármaco eficaz contra ella, ya no se fabrica. Por ejemplo NO es sagrada la vida del millón de personas, sobre todo niños de zonas rurales, que mueren cada año de malaria. Como lo demuestra el hecho de que la industria farmacéutica no investiga su vacuna porque la malaria, que afecta al 40% de la población del planeta, no incide sobre los países ricos. Por ejemplo NO es sagrada la vida de los diecisiete millones de personas que, según Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) mueren al año por no poder conseguir los medicamentos necesarios. Concretamente los cerca de cuatro millones de niños menores de 5 años que mueren cada año en los países más pobres por falta de vacunas que sólo cuestan centavos de dólar.

Paso ahora a señalar que precisamente estas semanas pasadas hemos tenido otro ejemplo clamoroso, referido al SIDA y al ántrax, de la falsía, de la hipocresía y de la insultante mofa que implica el tan manoseado, pseudopacifista y pseudohumanista eslogan ¡La vida es sagrada!. Ese instructivo y clarificador ejemplo al que voy a dedicar algún espacio revela el diferente peso, la diferente sacralidad de las vidas sudafricanas o brasileñas y las vidas yanquis. Empiezo el asunto por el SIDA.

Veamos primero algunos datos de los que divulga el Programa de Naciones Unidas para el SIDA (ONUSIDA): entre 1980 y el año 2000 hubo 36 millones de personas infectadas con el virus VIH de los cuales han muerto ya de SIDA 21.800.000. En el año 2000 murieron 3 millones y se infectaron 5.300.000 personas de las cuales 600.000 fueron niños menores de 1 año contagiados por la madre en el embarazo o durante la lactancia. Cada minuto seis jóvenes con edades inferiores a los 25 años se infectan con el VIH

Sucede que Africa es la gran sufriente de esta epidemia. Acapara las tres cuartas partes de los muertos y 25 millones y medio de los infectados (el 70% del total de los adultos y el 80% de los niños infectados) en el mundo y la casi totalidad de los "huérfanos del SIDA". 15.300.000 de los 15.800.000 niños a quienes el SIDA mató uno de sus progenitores o los dos. 2.400.000 de los tres millones de muertos por SIDA en el año 2000 fueron africanos. Y 3.800.000 de los 5.300.000 afectados lo fueron en el Africa Subsahariana. En el África del SIDA la esperanza de vida HA BAJADO en los últimos diez años hasta sumar ahora 40 AÑOS MENOS que la que disfrutan los ciudadanos de los países enriquecidos por el capitalismo depredador.

Dentro de este desastre africano la africana Sudáfrica ostenta este año 2001 el triste campeonato mundial del SIDA. Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud tiene más infectados que nadie (4.700.000, el 12% de la población, uno de cada nueve habitantes son seropositivos o han comenzado ya a desarrollar el SIDA) con un salvaje ritmo de incremento: mas de 2.000 personas contraen diariamente el virus y tiene infectados casi el 25% de los adultos cuando hace dos años tenía "sólo" el 12,9%. El SIDA causa en Sudáfrica (como en Botswana y Zimbabwe) al menos la mitad de las muertes infantiles.

El brutal y casi insoluble problema que estos hechos planteaban a Sudáfrica es que la terapia utilizada para tratar a los pacientes con SIDA en los países occidentales tiene un precio de unos 20.000 dólares anuales (unos 3.600.000 pesetas) porque prácticamente todos los anti-retrovirales empleados para detener el virus del SIDA están protegidos por patentes y se venden a precios entre cuatro y doce veces superiores a los de sus equivalentes genéricos, disponibles en el mercado internacional.

Conviene recordar que el promedio de los gastos de salud en el continente africano es de menos de 10 dólares per cápita. Y eso es un promedio, por ejemplo Nigeria dedica 3 dólares por persona y año a gastos sanitarios.

Es imprescindible que en este momento recuerde a quien me lee que, según el Informe hecho público por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 20 de junio de 2000, el mínimo que un país debe gastarse para asegurar una atención médica eficaz es de 60 dólares por persona y año. Igualmente imprescindible es añadir que en 1999 se gastaron en el mundo en atender la salud dos billones y medio de dólares. Billones europeos (un billón igual a un millón de millones a diferencia del "billion" yanqui que equivale a sólo mil millones), es decir dos millones y medio de millones de dólares de gasto sanitario mundial que vino a ser el 10% del PIB mundial.

Hagamos ahora un fácil calculo: lo antedicho supone que si un país gasta el mínimo OMS de 60 $ por persona y año en salud y ese gasto mantiene el 10% de promedio mundial de gasto sanitario sobre el PIB ese país tiene que tener un mínimo de 600 $ anuales de PIB per cápita. Ahora bien, a finales de junio del 2000 la prensa mundial se hizo eco de un estudio realizado por dos canallas: los profesores Dan Ben-David, de la Universidad de Tel Aviv, y L. Alan Winters, de la Universidad de Sussex. Estudio encargado (y pagado, claro) por el secretariado de ese siniestro lacayo de las empresas transnacionales capitalistas depredadoras del planeta y también lacayo del complejo militar-industrial que domina a U.S.A. y que tiene por mal nombre Organización Mundial del Comercio (OMC/WTO). Ese fementido estudio se presentó a la prensa mundial como la contribución de la OMC al debate sobre los efectos del comercio en el desarrollo. Y, como no podía ser menos habida cuenta de quien lo encargaba y pagaba, concluyó desvergonzada y cínicamente que "el proceso de liberalización comercial" es "un factor de crecimiento económico y de reducción de la pobreza". Pese a esas torticeras conclusiones en el cuerpo del estudio los autores reconocían que" la brecha que separa a ricos y pobres seguirá creciendo sin parar". Y, según una de las conclusiones del estudio, "la creciente disparidad en los ingresos entre ricos y pobres se doblará en 150 años si sigue el ritmo actual".

Pero si cito ese estudio es porque, a pesar de todo, reconoce que hay en el planeta nada menos que 1.200 millones de personas (una de cada cinco) que viven con unos recursos que no llegan a sumar un dólar al día (son las gentes que la ONU dice que viven en situación de "extrema pobreza" y mayoritariamente –900 millones- viven en áreas rurales). El estudio reconoce, además, que si a ésas se les añaden las que disponen de entre un dólar y menos de dos al día suman 2.800 millones de personas (casi la mitad de la población humana del planeta Tierra) las que viven (malviven, malmueren) con menos de dos dólares diarios. Es decir, con menos de 730 dólares al año.

No nos dicen sus autores cuántas personas viven con menos de un dólar sesenta y cuatro centavos al día, es decir, con menos de los 600 dólares al año que párrafos más arriba calculamos como necesarios para que, gastando el 10% en atención médica, ésta fuera eficaz. Pero si hacemos el supuesto (arbitrario) de que los 1.600 millones que de esos 2.800 disponen de entre 1 dólar y 1 con 99 centavos al día se reparten por igual entre los veinte grupos que van subiendo de 5 en 5 centavos de ingresos diarios hallamos una cantidad aproximada de 2.160 millones de personas con ingresos inferiores a 600 dólares al año. QUE SERÍAN LOS 2.160 MILLONES DE PERSONAS, COMO MÍNMO, CONDENADAS A NO PODER TENER UNA ATENCIÓN MÉDICA EFICAZ. Digo como mínimo porque es bien sabido que no basta con tener el dinero mínimo porque ése es un requisito necesario pero no suficiente. Hace falta además contar con los recursos humanos (médicos, enfermeras, auxiliares, practicantes, etc.) necesarios, con la infraestructura (hospitales, ambulatorios, quirófanos, máquinas) necesaria y con una Administración mínimamente entrenada, honesta y capaz.

Es así como un torticero estudio nos revela, sin quererlo, que NO es sagrada la vida de al menos 2.160 millones de personas para los bloques de clases dominantes, para las oligarquías dominantes de las Estados capitalistas y de sus herramientas vasallas (OMC, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, etc.) cuya forma de controlar la vida económica de este planeta ha colocado en el pasado y mantiene ahora en el presente a esos millones de personas en la situación de contar con menos de un dólar sesenta y un centavos al día. Una estimación de la ONG Médicos Sin Fronteras, utilizando otros métodos, obtiene datos similares a los que he expuesto más arriba. Ha proclamado que son DOS MIL MILLONES las personas que en el mundo no tienen acceso a una asistencia médica eficaz, aquéllas para las que "el elevado precio de los medicamentos o su falta de disponibilidad constituyen a menudo una sentencia de muerte",

Hecho ese imprescindible inciso vuelvo al problema del precio de los medicamentos para paliar los estragos del SIDA. Pues bien, en Sudáfrica, utilizando productos patentados, el coste de un tratamiento retroviral combinado es de 10.000 dólares estadounidenses por persona y año. Si el Gobierno quisiese asegurar el tratamiento para una proporción similar a la que en Brasil ha permitido bajar a la mitad la mortalidad por SIDA (lo que equivaldría atender con urgencia a unas 700.000 personas), tendría que gastar unos 7.000 millones de dólares. Y eso supone VEINTISIETE VECES el presupuesto público sudafricano total para gasto en medicinas. La empresa india Cipla Limited, con sede en Bombay, ofrece a precio reducido una combinación de medicamentos similares al "cóctel" triple de pastillas contra el SIDA comercializado en los países industrializados. Lo ofrece a ONGs a 350 dólares anuales (unas 63.000 pesetas). Eso viene a equivaler más o menos (dependiendo de la cotización del dólar) a alrededor de 180 pesetas al día. Que ciertamente es muchísimo menos que las entre 4.100 y 4.900 pesetas día que cuesta en el Estado español. Pero 180 pesetas diarias es casi exactamente la cantidad TOTAL (1 dólar al día) con la que malviven (malmueren) gran parte de los habitantes del África subsahariana. Conviene insistir en recordar que el África subsahariana abarca 47 países y 580 millones de personas. Al 69% de ellas les resulta imposible cubrir sus necesidades básicas. Un 55% carece de agua potable y un 43% son analfabetas.

El Gobierno de Sudáfrica zanjó su dilema autorizando tanto la importación de genéricos como la fabricación de medicamentos sin licencia del dueño de la patente. Y el 5 de marzo de 2001, 39 de las más importantes empresas farmacéuticas del mundo, demostrando que para ellas NO es sagrada la vida de los sudafricanos demandaron al Gobierno sudafricano ante el Alto Tribunal de Pretoria por haber aprobado su Ley sobre Medicamentos. Y ello aunque las normas de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) incluyen la concesión obligatoria de licencias, por la que un país puede permitir a otro la fabricación de un medicamento, incluso sin el permiso del dueño de la patente.

La movilización mundial que esos hechos desencadenaron forzó a las 39 poderosísimas empresas farmacéuticas multinacionales y nacionales a que firmaran el 19 de abril de 2001 un acuerdo con el Gobierno sudafricano, por el que reconocen su derecho a fabricar e importar genéricos ANTISIDA.

Como comunista necesito manifestar aquí mi orgullo porque sin duda uno de los factores que empujaron a las farmacéuticas a firmar ese acuerdo fue el anuncio hecho el 20 de marzo de 2001 por el Comandante Fidel Castro de apoyo a Brasil y Sudáfrica. Y de que ese apoyo se concretaba en que el formidable y ejemplarmente comunista sector de la Medicina y Sanidad de Cuba (que tan magníficos servicios solidarios ha prestado a tantos pueblos empobrecidos y explotados del planeta) estaba ya fabricando genéricos antiSida saltándose las patentes de las empresas farmacéuticas transnacionales. Es otro de tantos casos en los que "El comandante mandó a parar". Y se paró.

Sigamos. Caso análogo al de Sudáfrica es el de Brasil, que ha conseguido la hazaña de reducir a la mitad la mortalidad por SIDA gracias a su política de utilización y fabricación de medicamentos genéricos. Para lograr ese éxito, Brasil invierte 330 millones de dólares anuales en medicamentos y fabrica en laboratorios públicos ocho de los doce componentes del denominado cóctel anti-retroviral.

Sucede que mientras las multinacionales farmacéuticas demandaban al gobierno sudafricano eran los Estados Unidos quienes denunciaban a Brasil frente a los jueces de la Organización Mundial de Comercio demostrando que para los U.S.A. tampoco son sagradas las vidas de los brasileños infectados por el VIH. Sucede también que Brasil no ha violado ninguna norma internacional, pero el Gobierno U.S.A., como el diligente y atento agente defensor que es de los intereses y beneficios de las empresas transnacionales yanquis, sostiene que la ley brasileña de patentes es "comercialmente discriminatoria". Esa ley brasileña prevé que si una empresa extranjera no fabrica fármacos con su patente en el país, el Gobierno del Brasil puede dar licencia a empresas locales para producir genéricos invocando necesidades de emergencia o de interés público.

Tengo ahora que hacer otro inciso en este relato. Debo hacerlo como saludable recordatorio de que hoy más que nunca cualquier persona decente del planeta Tierra tiene que ser ANTIAYANQUI pero que ese "antiayanquismo" debe ser correctamente dirigido contra el Gobierno de los Estados Unidos y contra su rapaz y genocida bloque de clases dominante, contra el complejo militar-industrial que ilegalmente detenta de facto el poder, y no contra los pueblos que habitan en los Estados Unidos y que bastante desgracia tienen, los pobres, con tener que soportar a esa bestial oligarquía. Aunque, alienados por ella, la jaleen y "cierren filas" tras ella como está sucediendo tras el ataque del 11S. El inciso consiste en recordar que en la primera semana de julio de 1999 una asociación estadounidense (Act-Up -AIDS Coalition to Unleash Power, Coalición del SIDA para Desencadenar Poder - véase p.e la web de Act-Up de New York) hizo público un comunicado en el que denunciaba y condenaba que los Estados Unidos se habían convertido en "cómplice de la epidemia de SIDA en Africa" al prohibir a los países más pobres el acceso a los medicamentos genéricos..

Volviendo al hilo de mi relato tengo que añadir que, además de esa bronca que le montó el Gobierno de Bush, desde primeros de este año 2001 Brasil ha estado teniéndoselas tiesas con la transnacional suiza ROCHE y con su competidor NOVARTIS. Frente a las presiones el ministro brasileño de Salud, José Serra anunció el 22 de agosto de 2001 su decisión de no respetar la patente ROCHE del medicamento Nerfinavir, que supone un consumo anual de 92,4 millones de dólares del presupuesto público en medicinas contra el SIDA. "La posición del Gobierno es negociar para obtener precios justos, pero Roche estaba inflexible", dijo Paulo Teixeiro, jefe del programa brasileño contra el SIDA. ROCHE puso el grito en el cielo argumentando que vendía a Brasil su medicamento con un precio un 50% por debajo del fijado para el mercado U.S.A. y que había rebajado en Brasil el precio un 35%. Pero el Ministerio brasileño de Salud se mantuvo firme diciendo que no revocaría su decisión a menos que Roche rebajara el precio como mínimo un 40%. En abril el laboratorio yanqui Merck Sharp & Dohme había rebajado los precios de sus fármacos contra el SIDA Indivanir y Efavirenz un 64,66 y un 59,02%, respectivamente. (Dicho sea entre paréntesis, esas rebajas y diferencias de precio demuestran a las claras el salvaje margen de beneficio y la brutal extracción de plusvalía vía precios que practican esas empresas farmacéuticas transnacionales).

El 15 de noviembre de 2001 he leído que la OMS saluda como un "Acuerdo histórico" la Declaración Ministerial que la Organización Mundial del Comercio (OMC/WTO) acaba de hacer en Doha (Qatar) sobre el acceso a los medicamentos esenciales. En la que afirman que el Acuerdo relativo a los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC) deberá ser interpretado y aplicado de una manera que apoye el derecho de los miembros de la OMC a proteger la salud pública y a promover el acceso a los medicamentos para todos. De forma que los países empobrecidos por el capitalismo (naturalmente la OMS no utiliza esa que es la correcta conceptualización que corrige las disfrazadoras y engañadoras expresiones que rezan "países pobres" o "países en vías de desarrollo"), en casos de emergencia sanitaria, puedan fabricar medicinas sin autorización de las transnacionales propietarias de las patentes

¡Ojo! A ese entusiasmo de la OMS hay que ponerle sordina. En la práctica las potencias capitalistas empobrecedoras del mundo han hecho una mínima concesión que, además, amortiza las derrotas ya sufridas ante Sudáfrica y Brasil. Pero han conseguido bloquear la complementaria decisión de permitir la exportación de genéricos. De manera que el acuerdo de Doha sólo beneficia realmente a China, la India, Brasil, Sudáfrica y Cuba que son los Estados empobrecidos del planeta que, hoy por hoy, tienen capacidad científica e industrial suficiente para fabricar esos genéricos.

Otro reparo más y muy grave. Ese Acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual ligados al comercio (ADPIC-TRIPS) que tan contenta ha puesto a la OMS encierra un gravísimo peligro y un abuso capitalista intolerable: uno de sus muy preocupantes objetivos es patentar todo lo relacionado con los procesos biológicos y convertirlos en materia de compra-venta. Convertir en mercancía las claves de la vida.

La vida NO es sagrada si quien mata no son "los terroristas" sino la falta de medicinas (II):
El también irrefutable caso del carbunco (ántrax).

Pero ahora resumo y retomo el hilo de mi argumentación básica de este capítulo del análisis: la crucial cuestión de la fabricación de medicamentos demuestra también que la vida NO es sagrada para las potencias imperialistas cuando esa vida es la que anima cuerpos de africanos, asiáticos, latinoamericanos o empobrecidos habitantes de los países del extinto Pacto de Varsovia.

Que esto, tan brutal, tan esencial e intolerablemente injusto, es así nos lo ha demostrado también estas ultimas semanas el espectacular asunto de los ataques con ántrax (con carbunco que es el término en español) en los Estados Unidos. Es bien sabido que los envíos por correo de cartas con esporas de ántrax han producido en Estados Unidos desde septiembre pasado hasta el momento cuatro muertes y una veintena de infectados, amén del cierre espectacular para su revisión y desinfección de edificios emblemáticos (Congreso de los U.S.A., oficinas gubernamentales, edificios de la CIA, oficinas de correo, sedes de cadenas de televisión, etc.). El fenómeno ha sido magnificado por el Gobierno U.S.A. y los medios de comunicación de masas yanquis para incrementar la demonización de Ben Laden y de su "terrorismo islámico". Con las acostumbradas secuelas de histeria, aumentos espectaculares de las ventas de máscaras antigás, etc., etc.

Al respecto conviene señalar que:

1º Hasta ahora los organismos policiales U.S.A. no han encontrado ninguna prueba que relacione los envíos por correo de ántrax con Ben Laden o los "terroristas islámicos" (han descartado hasta investigar si había esporas de ántrax en los apartamentos de Miami localizados como residencia de los comandos suicidas de los aviones del 11S). Ni con nadie en concreto. Hasta el punto de que la Presidencia U.S.A. ha ofrecido una recompensa de un millón y medio de dólares (283,5 millones de pesetas) a quien ayude a resolver el enigma.

2º Hay fuertes sospechas de que los autores de los envíos sean ultraderechistas estadounidenses. Avaladas por el hecho de que las dos enviadas con la misma fecha a dos senadores (ambos del ala liberal del partido demócrata) tengan la misma caligrafía, el mismo lenguaje y el mismo remite. Y la misma torpona imitación de lo que un yanqui ultra creería ser inequívoco lenguaje de Ben Laden (frases como "Alá es grande" o "Muerte a Israel, muerte a América"', sin caer en la cuenta de que hay que ser yanqui para decir "América" cuando se quiere nombrar a los U.S.A.)

3º Sean o no yanquis ultras quienes han hecho los envíos, lo que es un hecho cierto es que, como ha denunciado la revista The New Scientist, los detalles sobre la composición de la sustancia enviada al senador Daschle descartan su fabricación en Iraq e indican que fue secada de acuerdo con los métodos secretos utilizados por los laboratorios militares estadounidenses o que el cultivo de ántrax utilizado en los ataques proviene de instalaciones biomilitares de Estados Unidos (La mayor parte de los 900 kilogramos de ántrax fabricados por los militares yanquis fue, oficialmente, destruida a principios de los 70, cuando Washington renunció a la guerra bacteriológica).

4º Son también hechos probados: A) que el empleo de medios de guerra biológica es extremadamente difícil de comprobar. B) Que en los únicos tres casos que han sido probados por encima de cualquier duda el uso de agentes patógenos fueron acciones de Terrorismo de Estado perpetradas por los Estados Unidos.

Esos tres casos son: Primero) Un plan de asesinato del presidente de Cuba Fidel Castro por parte de la CIA documentado por una comisión de investigación del Congreso de U.S.A. La CIA contaminó: a) el sistema de respiración de un traje de buceo con la bacteria que causa tuberculosis (tuberculosis bacilli), y b) el traje mismo con un hongo (madura foot) que produce una enfermedad incurable de la piel; Segundo) El intento de asesinato dirigido por la CIA contra el líder del Congo, Lumumba, también documentado por el Congreso U.S.A. El botulinum fue escogido por el oficial de la CIA Sidney Gottlieb en el Centro de Guerra Bacteriológica del ejército yanqui en Fort Detrick, Maryland, de "entre una lista del Cuerpo Químico del Ejército que contenía materiales que causarían tularemia (fiebre de conejo), brucelosis, tuberculosis, ántrax, viruela y la encefalitis equina venezolana". Tercero) Realizado en Colombia por los U.S.A. hace unos meses dispersando hongos desde aviones, contra plantaciones de la coca.

Sin probar tan irrefutablemente como esos tres casos está la denuncia que en septiembre de 1981 Fidel Castro hizo en la 68º Conferencia de la Unión Inter-Parlamentaria en La Habana de que los U.S.A. estaban empleando "armas biológicas contra Cuba". Fidel señaló la estadísticamente inexplicable anomalía que en la situación epidemiológica del Caribe y de Centroamérica suponía el hecho de que Cuba hubiera sufrido en menos de tres años cinco peligrosas epidemias que afectaron a la población, las plantas de cultivo y los animales: el «dengue hemorrágico» y la conjuntivitis hemorrágica, un hongo que destruyó las plantaciones de tabaco, un hongo contra la caña y la fiebre porcina africana..

5º Es sin duda resaltable el hecho de que haya sido precisamente el Presidente yanqui quien haya boicoteado y paralizado el convenio internacional contra el uso de armas biológicas que el mes de julio pasado estaba listo para su firma tras siete años de difíciles negociaciones, Cuando llegó el momento de su ratificación Bush lo abortó aduciendo que "pondría en riesgo a la seguridad nacional y la información comercial confidencial". Por cierto que eso lo convertía en el cuarto convenio internacional bloqueado en seis meses por el Presidente yanqui. Siendo los otros tres el Protocolo de Kioto, la limitación del contrabando de armas ligeras y la creación del primer Tribunal Penal Internacional permanente. Y siguiendo la tradición de los últimos Presidente U.S.A. (Bush padre y Clinton) de bloquear convenios internacionales al servicio del complejo militar-industrial (p.e. los Tratados de biodiversidad en 1992, de las minas terrestres de 1997 y de no-proliferación nuclear de 1999).

Pero, siendo todo lo anterior sin duda importante y pertinente, lo que ahora me importa del caso "ántrax en U.S.A." es lo dramática y espectacularmente que corrobora la tesis que vengo demostrando en estas páginas: la de que la hipócrita y pseudopacifista consigna ¡La vida es sagrada!, usada como una maza y una letal amenaza contra todos los movimientos de resistencia antiimperialista y anticapitalista del planeta, es continua y desvergonzadamente violada por los mismos que la proclaman.

En efecto, nada demuestra tan apodícticamente mi tesis de que si la vida es sagrada hay vidas que son más sagradas que otras como el revelador y clarificador hecho de que Estados Unidos y Canadá hayan amenazado con no respetar la patente de la BAYER que fabrica el antibiótico Cipro, usado contra el ántrax. Millones de vidas africanas o brasileñas amenazadas por el SIDA no eran lo suficientemente sagradas como para que los Estados Unidos dejaran de oponerse a la fabricación de genéricos contra el SIDA. Pero tan solo cuatro vidas yanquis perdidas por ántrax han sido lo suficientemente sagradas como para decidirse a violar la patente de la BAYER. Y ello porque BAYER no podía producir suficiente cantidad de su fármaco para la brutal demanda desencadenada por la histeria yanqui. E Gobierno de Canadá negoció con BAYER el suministro de Cipro bajando del precio habitual de 330 euros a ¡¡¡ sólo 90 euros la caja de 60 pastillas!!! Después el Gobierno U.S.A. llegó a un acuerdo parecido a sólo 95 centavos de dólar por pastilla. Pero suceden cuatro cosas: 1) que U.S.A. ha reconocido que no puede garantizar la seguridad de su correo; 2) que por eso U.S.A quiere crear un stock de 1.200 millones de pastillas; 3) que BAYER sólo puede fabricar 60 millones al mes; 4) que un laboratorio indio podría suministrar genéricos a sólo 11 euros por caja. Así que las que hasta ayer U.S.A. proclamaba inviolables patentes de medicamentos van a ser violadas por los mismísimos U.S.A. Porque se han perdido cuatro sagradas vidas yanquis.

Como estrambote de este revelador asunto sólo me resta añadir dos datos: uno esperable y el otro asombroso. El esperable es que el Gobierno de U.S.A. han filtrado al New York Times que, con su acostumbrada hipocresía, va a acusar públicamente a Corea del Norte, Irak, Irán, Libia y Siria de fabricar armas biológicas durante la conferencia que en Ginebra reunirá a los 144 países signatarios de la Convención de 1972 que las prohibía.

El dato asombroso es que los U.S.A. se empeñan en acopiar sólo el carísimo Cipro cuando los científicos indican que otros muchos antibióticos (como las amoxicilinas del tipo Clamoxyl o Augmentine) son igual de eficaces que él. Pregunta ingenua: ¿Son poderosas o no son poderosas las empresas transnacionales farmacéuticas?

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