La Autodeterminación es un derecho democrático, no una dicotomía entre “buenos y malos”

El proceso independentista en Catalunya está reabriendo el debate sobre la cuestión nacional, la cuestión política-territorial del Estado y todo ello lleva a un debate, quizás más profundo o más superficial sobre la problemática-solución al respecto. Posturas como pudieran ser del planteamiento sobre si España es una única nación o un Estado multinacional, si el problema son los gobiernos o el modelo político-territorial (Centralismo, CCAA, Federalismo…)o si, por el contrario, es una cuestión de odio, xenofobia y/o venganza del pueblo catalán respecto al “pueblo español”.

Ciertamente todos estos debates son interesantes y darían para un diario completo, pero el caso que nos atañe es un trasfondo mayor e incluso único que traspasa el proceso catalán y que toca de lleno a otros pueblos como el palestino o el kurdo. Y es que la autodeterminación es un derecho democrático y no una dicotomía entre “buenos y malos”. El derecho a decidir es una postura democrática que deben tener todos los pueblos. Sin derecho a decidir sobre sí mismo no hay soberanía y difícilmente habrá democracia sin ella. Y cuando hablamos de democracia, ésta atiende a posturas populares y no de un pequeño sector financiero.

Lejos del debate sobre el robo identitario, cultural, histórico, político, económico y represivo que tiene el Estado Español sobre Catalunya, nos encontramos una burguesía catalana que busca la independencia, no por ser un derecho democrático sino porque es una de las formas de llenar sus bolsillos e impulsar sus monopolios bajo el brazo protector de un Estado que vele por sus intereses y no por los de una burguesía españolista cuya sede financiera se encuentra en Madrid.

La burguesía no tiene patria, solo bolsillos. Es una clase que solo se preocupa por llenar sus cuentas bancarias. La burguesía es reaccionaria y se nutre de posturas como el racismo, la xenofobia y el chovinismo. Tanto en Catalunya como en el Estado Español y el resto del mundo. No es la primera vez que la burguesía y políticos burgueses catalanes lanzan mensajes de xenofobia hacia el pueblo andaluz, pueblo que se ha visto obligado a emigrar y formar parte de la columna vertebral de la clase trabajadora en Catalunya.

Pero el derecho a la autodeterminación debe ser un derecho de la clase trabajadora para su emancipación. Así lo demuestra a diario el pueblo catalán, que se organiza ideológicamente y en la praxis para demostrar al resto del mundo que su lucha por la independencia de Catalunya es una lucha por la liberación del pueblo trabajador catalán y la unificación de una serie de reivindicaciones sociales, políticas y económicas que el Capitalismo y su clase no pueden llevar a cabo. Ya no es una cuestión de bolsillos ni de odio, es una cuestión de democracia y libertades populares.

Los medios de comunicación (al servicio de los intereses financieros, privados, burgueses) tienen una tarea concreta: crear un ambiente de tensión y xenofobia hacia lo catalán bajo el pretexto del odio recíproco que la burguesía catalana propugna cuando menciona “Espanya ens roba”.

Las clases populares catalanas tienen claro que no es una cuestión de robo de un pueblo a otro sino de un Estado represivo hacia una nación que no se le permite tener derecho a voz y voto sobre su destino. No se trata de conseguir que la burguesía catalana se llene los bolsillos, pues al fin y al cabo, al pueblo trabajador lo explota tanto la burguesía españolista como la catalana como cualquiera que habite en la Tierra, se trata de decidir sobre el futuro de quienes conforman una nación, un pueblo, que exige de forma democrática tener voz y voto.

Y es por todo ello que no es una cuestión sobre si la burguesía españolista es mala y la burguesía catalana no, tampoco si el Estado Español y Gobierno es menor o mayor represivo ni si con un modelo territorial como una república federada que permita más autonomía llegará la solución para que el pueblo catalán decida “quedarse”. No se trata de una postura buena o mala, entre villanos y héroes ni de irse o quedarse, se trata de un derecho que deben tener todos los pueblos y en el cual solo debe ser partícipe y protagonista el mismo pueblo y ninguno más.