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Medio Oriente :: 11/07/2015

La estrategia contra Siria se diseñó en Washington

Néstor Martínez
Nueva entrevista con Miguel Fernández Martínez, corresponsal de Prensa Latina en Siria :: No existen dos frentes en Siria. Los grupos terroristas responden a un mando

– Siria es agredida desde hace años por dos frentes, el que patrocina occidente y el de los terroristas del Estado Islámico, sin embargo el gobierno sirio no cae, ¿cuál es la clave de la resistencia siria?

Primero, dejemos algo en claro. No existen dos frentes en Siria. La acción de los grupos terroristas Estado Islámico y al-Qaeda (en Siria se conoce como Frente al-Nusra) es parte de la agresión  orquestada por la OTAN, EEUU, Francia, Reino Unido, Israel, Turquía, Jordania, Qatar, y Arabia Saudita, entre otros países, y que inició en 2011, para intentar derrocar al gobierno que preside Bashar al-Assad.

La estrategia contra Siria se diseñó en Washington, quien intentó llevar la “Primavera Árabe” hasta Damasco, organizando y manipulando manifestaciones “pacíficas” que dejaron varios policías muertos. Existen pruebas que el embajador de EEUU aquí en 2011, Robert Ford, estaba detrás de estas manifestaciones públicas, que terminaron convirtiéndose en violentas.

Querían repetir las experiencias vividas en Libia, Egipto, Túnez, Yemen, donde pudieron remover a los gobiernos de estos países a través de una maquinaria muy bien diseñada y dándole poder a la Hermandad Musulmana, una organización de larga data violenta en la región del Medio Oriente.

Pero para lograr su propósito necesitaban tener una fuerza militar que se enfrentara al ejército de al-Assad, y ahí estaba al-Qaeda, con fuertes bases en Libia e Iraq, que inmediatamente tomó control de la situación en el país.

A pesar de la creación de varias agrupaciones armadas que supuestamente representaban a partidos políticos de oposición, como el Ejército Libre Sirio, una estructura militar armada y financiada por Francia, el Frente al-Nusra, brazo armado de al-Qaeda en Siria, tomaría las riendas de la agresión, hasta que apareció el grupo Estado Islámico, una escisión de al-Qaeda que terminó convirtiéndose en una fuerza independiente.

Ambas organizaciones respondieron desde el primer momento a los intereses hegemónicos de las potencias occidentales para fragmentar a Siria y derrocar a al-Assad, que por muchos años se negó a doblegarse a las directrices imperiales para la región.

Pero si quedaban dudas del compromiso entre las bandas terroristas y el plan orquestado por la CIA, a fines de mayo se dio a conocer un documento recién desclasificado, que incluía un informe de la Defense Intelligency Agency (DIA), fechado el 12 de agosto de 2012 donde quedaba evidenciado que el grupo terrorista Estado Islámico fue creado por EEUU con ayuda de Turquía, Israel y algunas monarquías del Golfo (Arabia Saudita y Qatar).

El documento desclasificado reconocía que los servicios de inteligencia estadounidenses previeron el surgimiento y desarrollo de un califato islámico regido por el EI en Iraq y Siria, considerándolo como un elemento estratégico en las políticas para el Oriente Medio.

Tú quieres saber ¿por qué no ha caído el gobierno de Bashar al-Assad? Y justo esa es la pregunta que se hacen todos los días en las oficinas de la CIA y del Departamento de Estado en Washington, después de invertir miles de millones de dólares en este proyecto agresivo y genocida que ya ha costado más de 230 mil muertos al pueblo sirio.

A pesar de una férrea campaña difamatoria organizada por los grandes medios de comunicación que tratan a diario de satanizar al gobierno de Damasco, este sigue contando con el apoyo del pueblo, que en unidades de milicias, se une al ejército nacional para enfrentar el embate de los grupos terroristas, integrados en más de un 50 por ciento por mercenarios extranjeros que vienen a incorporarse a la yihad islámica (guerra santa) alentada por los líderes religiosos extremistas.

¿Qué gobierno ilegitimo, sin apoyo popular hubiera podido soportar una agresión internacional como esta por más de cuatro años? ¿Qué gobierno impuesto hace esfuerzos por encontrar una solución política a la crisis que vive el país a pesar de enfrentar una guerra terrorista? ¿De dónde salen los soldados que integran el ejército que lucha en las trincheras?

Y que conste, aún quedan muchos asuntos pendientes por solucionar en el entramado democrático de este país, pero ahora, pueblo y gobierno cierran filas frente al invasor terrorista.

– ¿Qué papel juega el pueblo sirio en esta resistencia?

El pueblo sirio es la clave en este conflicto porque es el que más lo sufre, es quien combate, sea en las filas del ejército nacional, en las milicias populares o en los grupos de resistencia que se organizan en las localidades atacadas por los terroristas.

El ejemplo más inmediato que tengo es el de los kurdos, en el norte del país, que han escrito páginas gloriosas de resistencia frente a las bandas armadas del Estado Islámico, organizados en Unidades de Defensa Popular.

Sin el apoyo del pueblo, no se podía resistir más de cuatro años de guerra y sobre todo la presión internacional, el bloqueo comercial y financiero impuesto por EEUU y Europa.

– ¿Cuánto pesa la religión en el conflicto sirio?

La religión y el sectarismo étnico han sido los principales elementos de manipulación de este conflicto. Primero hay que reconocer que Siria es un país laico, donde impera el respeto a la diversidad religiosa y étnica. Este país árabe es cuna de dos de las más importantes religiones del mundo: el cristianismo y el Islam y por siglos convivieron cristianos y musulmanes en tierra común.

Lo mismo pasa con las etnias, aunque hay una mayoría de origen sunita, en Siria hay presencia de chiítas, alawitas, ismaelíes, asirios, drusos, kurdos, armenios y muchos otros grupos originarios, sin que hayan tenido que pelear para disfrutar la unidad del país.

Exacerbar esas diferencias era parte del plan orquestado por Occidente para fragmentar al país, quien pensó que conseguiría dividir al pueblo sirio, pero fracasó en su intento. Hoy puedes ver en la misma trinchera a un cristiano y un musulmán, combatiendo codo a codo contra las bandas terroristas que intentan aplicar una visión distorsionada del libro sagrado del Corán.

Hay que tener en cuenta que el Islam tiene dos maneras de proyectarse en este conflicto. El Islam, como religión y acto de fe, y el Islam político, que busca afianzarse en el poder a partir de la imposición de reglas muchas veces manipuladas por los clérigos extremistas.

Diario Colatino. Extractado por La Haine

 

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