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Mundo :: 14/03/2016

La memoria del pasado y del presente de la lucha revolucionaria por el Socialismo en el mundo

Carta Económica
No puede existir el socialismo en el capitalismo. No puede haber democracia socialista en el marco de la democracia burguesa.

El Partido existe sólo por el pueblo y para el pueblo

… Pero sólo hay en el mundo de hoy una forma superior de ser revolucionario: ser comunista, porque el comunista encarna la idea de la independencia, la idea de la libertad y la idea de la verdadera justicia e igualdad entre los hombres. Encarna algo más, la idea del internacionalismo, es decir, la hermandad, la solidaridad y la cooperación entre todos los hombres y pueblos del mundo. Y cuando se unen las ideas de la independencia, la libertad, la igualdad, la justicia y la fraternidad entre los hombres y los pueblos, estas ideas son invencibles.

El Partido Comunista existe sólo por el pueblo y para el pueblo. Los métodos burocráticos y el espíritu pequeñoburgués son ajenos por completo a sus principios. Entre los cuadros, los militantes y el pueblo deben existir los lazos más estrechos e indisolubles, basados fundamentalmente en el ejemplo y la confianza de que el revolucionario vive y muere por su pueblo.

El autoritarismo, la demagogia, la autosuficiencia, la vanidad, la irresponsabilidad son inconcebibles en un comunista. El espíritu fraternal y humano debe ser una de sus características fundamentales. Y, por encima de todo, la conciencia internacionalista, que no excluye el más profundo patriotismo, pero sabe tener presente que por encima del individuo está la patria, y por encima de la patria está la humanidad.

Fidel Castro, 17 de diciembre de 1980.

“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Contra este se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el zar…

No hay un solo partido de oposición a quien los adversarios gobernantes no motejen de comunista, ni un solo partido de oposición que no lance al rostro de las oposiciones más avanzadas, lo mismo que a los enemigos reaccionarios, la acusación estigmatizante de comunistas.

…el comunismo se halla  ya reconocido como una potencia por todas las potencias…

El Manifiesto Comunista K. Marx y F. Engels. 1848.

NOS LLAMAN COMUNISTAS PORQUE:

Somos radicales, y ser radicales significa llegar a la raíz de las cosas, combatir el mal desde la raíz, combatir la pobreza, no a los pobres, combatir al sistema que la provoca. La radicalidad nada tiene que ver con el extremismo o la violencia, la radicalidad de la que hacemos gala los revolucionarios salvadoreños consiste en comprender y analizar la realidad y apostar sin ambigüedades y sin complejos por la transformación revolucionaria.

Somos anti sistema porque desde nuestra perspectiva de izquierda revolucionaria nos situamos en una posición alternativa al sistema capitalista, que en la etapa actual del sistema ha adoptado el neoliberalismo como el modelo económico, político y social, que busca refuncionalizar el sistema capitalista para que no muera. Actualmente el debate dentro de la Izquierda en El Salvador y otras regiones del mundo se ubica, entre los revolucionarios que sustentan su actuar político a partir del materialismo histórico y científico, que seguimos sosteniendo que el socialismo es la alternativa al capitalismo salvaje, que ha hecho más pobres a los pobres y exageradamente ricos a unos pocos; y el reformismo en sus distintas variantes, que los medios de comunicación llaman “renovadores” o “izquierda moderna”, o de la tercera vía, reformista de izquierda. Los verdaderos  revolucionarios, apostamos por la transformación radical de la sociedad, desde el carácter de clase del partido de vanguardia de la revolución socialista, el carácter de clase de la lucha del pueblo y del proyecto que impulsamos.

Porque abrazamos la causa socialista, y seguimos creyendo como Rosa Luxemburgo, que la alternativa es socialismo o barbarie.Sólo el socialismo es el camino a una sociedad mundial sin clases. Pero el socialismo que pregonamos lo diferenciamos de las experiencias negativas que se han vivido en el siglo XX y siglo XXI para el movimiento proletario campesino: el socialismo de estado que se separa de las masas, la tercera vía, y la socialdemocracia, las cuales nada tienen que ver con el socialismo del que hablaron Marx, Engels y Lenin.

Nos proponemos un socialismo nuestro, muy salvadoreño, que resuelva los problemas del pueblo, que no intente siquiera copiar ninguno de los procesos existentes, pero que aprovechando las experiencias, aplique creadoramente todo aquello, desarrollado en los diferentes modelos de socialismo o procesos que han trabajado por instaurar el socialismo, los cuales se han dado en la historia entre el siglo XX y el siglo XXI, experiencias  que sirvan para avanzar hacia el proyecto deseado: el proyecto del pueblo salvadoreño que se viene construyendo por los campesinos, los obreros e intelectuales revolucionarios, desde 1830 con Anastasio Aquino, 1932 con el levantamiento campesino, acompañado por militantes comunistas y todas las luchas intermedias entre dichas fechas y las luchas que se dan de carácter popular y político militar revolucionarias hasta 1992 cuando se firman los Acuerdos de Paz, y la lucha política revolucionaria en el marco de la democracia burguesa hasta el presente.

Porque estamos en plena disposición para el combate por una verdadera ética revolucionaria: que denuncia y combate el oportunismo, el reformismo, la corrupción, el clientelismo electorero y a los “diz-que revolucionarios” de doble moral que con un discurso de Izquierda son absorbidos por la democracia burguesa, dejando de lado la lucha de clases proletaria-campesina de la historia salvadoreña, y al final defendiendo el proyecto del enemigo de clases (la burguesía) del pueblo salvadoreño.

No nos perdonan que nos sigamos considerando Izquierda revolucionaria. Y es que en nuestro ideario no dice que aspiramos a conciliar con el capitalismo, o a co-gobernar con ellos, no limitamos la actividad de nuestra política a la búsqueda de votos ni estamos enfermos de institucionalismo parlamentario, no obstante nos aprovechemos de dichos espacios para acumular poder proletario-campesino y seguir haciendo avanzar la revolución popular. El cáncer que representa el capitalismo no se puede curar con aspirinas. El capitalismo se encuentra en una fase agónica, y estamos dispuestos a empujarlo hasta su muerte y construir sobre sus cenizas un sistema de justicia social y verdadera democracia y poder popular, que dé origen al proceso de creación de un Estado sin clases y ese sistema no es otro que el Socialismo, lo cual requiere iniciar de manera transparente el proceso de transición hacia el Socialismo salvadoreño.

Estamos orgullosos de nuestro pasado y nos proponemos el rescate de nuestra memoria histórica. Miles de mujeres y hombres revolucionarios, han regado con su sangre los campos de  nuestro país y de otras latitudes y no debemos permitir que el enemigo con todos los medios a su alcance convierta esa historia en algo que debemos olvidar y menos que conviertan a los héroes en villanos y a los asesinos de este pueblo en salvadores de la patria.

Somos luchadores políticos y sociales y reivindicamos las luchas obreras y campesinas, cualidad que siempre ha caracterizado a la izquierda marxista y leninista. La lucha de clases no ha desaparecido porque siguen existiendo las clases sociales. Por ello los revolucionarios salvadoreños estamos donde están las clases mas desposeídas, las acompañamos en sus reivindicaciones diarias, interpretamos sus luchas y las hacemos nuestras, y construimos en ellas un fuerte raigambre popular que nos convierte en el partido del pueblo.

Nos llaman aliados del proyecto revolucionario socialista del Comandante Chávez y Fidel Castro, el pueblo cubano y el pueblo bolivariano, porque por principio somos solidarios e internacionalistas. No renunciamos a defender incluso con nuestras vidas la Revolución Cubana y la Revolución Bolivariana de Venezuela como lo expresara uno de nuestro líderes históricos, Schafik Hándal, porque creemos en ellas y porque sus procesos, a pesar del bloqueo, la guerra económica, las amenazas de invasión y las constantes amenazas contra sus pueblos y sus dirigentes, del Imperialismo Estadunidense y sus lacayos internos, siguen luchando por salir adelante  y consolidar sus procesos revolucionarios.

No renunciamos al internacionalismo proletario, que significa acompañar a los pueblos en lucha, de la misma manera que ellos dieron y continúan dando su solidaridad revolucionaria hasta el presente, acompañando la lucha revolucionaria del pueblo salvadoreño. Los trabajadores del mundo tienen los mismos problemas de pobreza, exclusión, desempleo y precariedad sean del país que sean. No negamos que existen peculiaridades nacionales y diferencias entre cada país. Los que dirigen el capitalismo mundial, su economía, su política, y la sociedad están organizados internacionalmente. Por lo tanto, así como el enemigo de clase está organizado a escala internacional, la clase obrera y campesina debe retomar el internacionalismo proletario, para luchar para la construcción del poder popular.

Nos dicen Marxistas porque seguimos considerando que las enseñanzas de los teóricos del comunismo científico siguen siendo válidas. Desde luego pensamos que es necesario volver a las fuentes de la teoría revolucionaria, releer a éstos pero con ojos latinoamericanos y caribeños para que esta misma lectura nos permita ver a Latinoamérica del siglo XXI con ojos de Marx, pero pensando en que su aplicación debe ser creativa, entendiendo como Lenin que el Marxismo es una guía para la acción, y que éste debe ser convertido en una teoría viva, lo que nos lleva a la búsqueda de su enriquecimiento con ideas nuevas y al estudio de otros contemporáneos, a vincularnos a las clases trabajadoras, a crear conciencia de clase, a interpretar sus luchas y a correr con ellos los mismos riesgos que trae consigo la lucha revolucionaria.

Nos dicen violentos porque seguimos en disposición combativa para ejecutar las tareas que la situación demande y estamos preparados a utilizar todas las formas de lucha posibles. Estamos dispuestos a no permitir que la historia nos rebase, que las luchas populares no nos sorprendan con su accionar y no nos encontremos en el lugar preciso para acompañar sus luchas para transformar esta sociedad y hacer avanzar la revolución proletaria-campesina.

Estamos en primera línea para contrarrestar a los medios de desinformación del sistema. Porque no cedemos ni un ápice en la lucha ideológica. Los plumíferos y lacayos del sistema no paran de certificar la defunción del comunismo y el fin de la historia. Ellos son los primeros en darse cuenta de que eso no es cierto y nos persiguen como a enemigos mortales, y con ese objeto el capital con sus limosnas lo compra y manipula todo: periodistas, políticos, medios de comunicación, etc. Contra todo eso luchamos sin descanso.

Porque como en el pasado, estamos dispuestos a nadar contra las corrientes social oportunistas promovidas por el sistema capitalista, contra todo lo que envilece al ser humano y lo convierte en mercancía. Tenemos muy alta nuestra autoestima revolucionaria, nos sentimos orgullosos de ser revolucionarios como parte del más alto eslabón de la especie humana como decía el Che. Y nos resistirnos a las pretensiones de la derecha de hacernos olvidar nuestro lenguaje revolucionario, nuestros principios y nuestra disposición a la lucha por el Socialismo. Por todo ello, a los revolucionarios del FMLN, la  derecha nos sigue llamando comunistas, pues bien, si eso es así, seguimos siendo comunistas y qué…

Nos llaman ortodoxos porque seguimos fieles al proyecto histórico, el mismo por el que murieron tantas personas, ser ortodoxo no es ser acientífico en las luchas revolucionarias como ya lo expresamos anteriormente, por eso hablamos de construir un socialismo salvadoreño, manteniendo los principios de los intereses del proletariado y campesinado, así como de los sectores medios y de las empresas dispuestas a luchar por sacar a nuestro país de esta crisis de violencia criminal, crisis económica y crisis social, que además la derecha las magnifica a través de sus medios de comunicación amarillistas.

Dicen además que somos intransigentes porque día con día denunciamos la injusticia, la falta de democracia, la anulación de los Acuerdos de Paz, la violación de los derechos humanos, y, porque no renunciamos a nuestros principios.

Tesis básicas o ruta crítica para hablar de socialismo y su transición

(En El Salvador y otros países de América Latina)

No puede existir el socialismo en el capitalismo – en su estadio actual neoliberalismo-.

-No puede haber democracia socialista en el marco de la democracia burguesa.

-El poder de la burguesía no puede coexistir con el poder popular, uno de los dos tiene que desaparecer.

-El estado burgués tiene que ser destruido para que exista el estado socialista.

-La transición del capitalismo al socialismo exige la eliminación creciente de la mercancía trabajo, lo que implica la sustitución de las relaciones sociales de producción capitalista por las relaciones sociales de producción socialistas, donde el capital pierde el patrimonio de la propiedad de los medios de producción y esta propiedad pasa a las empresas sociales y al estado o propiedad del pueblo, desarrollando las capacidades individuales de la creación e iniciativa solidaria.

-La lógica de la acumulación, en la transición al socialismo, está regida por la generación de excedente, para la satisfacción de las necesidades del pueblo y el desarrollo de las fuerzas productivas en una dinámica que éstas logren la mayor generación de excedentes o riqueza posible.

-La centralización y concentración del capital privado desaparece dando paso a la concentración y la centralización del capital de la empresa social y del estado o pueblo.

-La socialización del desarrollo del conocimiento y su utilización deja de ser privado y se transforma en una riqueza fundamental del pueblo.

-La lógica del mercado como la forma de acceder a los bienes y servicios, para satisfacer las necesidades del pueblo, se sustituye por la regla de cada quien según sus capacidades y a cada quien según sus necesidades.

-Para que se dé un proceso real de transición al socialismo, se tiene que procurar un proceso de lo simple a lo complejo, que crecientemente sustituya las leyes del capitalismo en lo económico y el poder, por el poder socialista del pueblo y las leyes de la economía socialista.

-El economicismo y el populismo de izquierda pseudo socialista debe ser derrotado, así como el revisionismo marxista.

-La lucha ideológica y la formación marxista-leninista del pueblo es un requisito para la construcción del socialismo y viabilidad de su transición, esto solo es posible en un marco de la lucha de clases y una lucha ideológica abierta de la vanguardia de la revolución y las organizaciones proletarias, el pueblo no puede decir que quiere socialismo si no lo conoce, si no lo entiende, si no ha desarrollado un pensamiento con carácter de clase proletaria que sólo lo consigue en la lucha, hablar de socialismo sin los principios anteriores no es realista.

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