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Andalucía :: 16/11/2014

La utilización del Pueblo Andaluz en el proceso soberanista catalán

Ángel Lozano
Las derechas siempre fueron expertas en confrontar a ambos pueblos en defensa de sus intereses particulares

  No sería lo mismo de estar ante un proceso soberanista en Eukal Herria; o de ser el pueblo Gallego o cualquier otro de los pueblos que conforman este estado el que estuviera inmerso en un proceso sin aparente retorno camino a su independencia. Pero se trata de Cataluña, y nadie puede negar los lazos que unen a Cataluña y Andalucía durante décadas, relaciones que levantaron pasiones tanto a favor como en contra a ambos lados; de amor y de odio. Desde las cartas que Blas Infante escribiera en solidaridad a presos políticos catalanes, hasta el hecho migratorio andaluz. Y sin lugar a dudas fue este último hecho, la migración en masa del pueblo andaluz a Cataluña el que más unió a ambos pueblos. Se dice que los primeros movimientos migratorios hacía Cataluña empezaron ya en los años 20 y 40 del siglo pasado y perduró hasta últimos de los 80, siendo las década de los 60 y 70 las de mayor actividad; se calcula que durante los años sesenta cerca de un millón de andaluces y andaluzas, familias enteras, víctimas del éxodo económico forzoso emigraron a Cataluña huyendo de la miseria y la falta de futuro a la que siempre condenaron a nuestro pueblo buscando el pan y el trabajo que se les negaba en su tierra. Durante los años 90, debido a la coyuntura capitalista de altibajos económicos y sobretodo a la especulación urbanística, el pueblo trabajador andaluz encontró alivio temporal en las cifras de desempleo por un tiempo, esto permitió que la emigración se estancara temporalmente y que incluso muchos andaluces y andaluzas pudiéramos volver a nuestra tierra, pero la mayoría se quedaron allí. La crisis capitalista actual, otra de tantas, vuelve a condenar a Andalucía con cifras desesperadas de desempleo y falta de futuro amenazando con un nuevo éxodo forzoso de la población más joven de Andalucía, teniendo de nuevo a Cataluña como uno de sus principales destinos.

Los lazos de unión son evidentes, son centenares las casas culturales y asociaciones andaluzas de todo tipo repartidas por la geografía catalana, en Andalucía la mayoría tenemos a un familiar o amigo que vive o ha vivido en Cataluña cuando no hemos sido víctimas directas de la emigración forzosa. Este hecho establece una serie de lazos culturales y sociales entre ambos pueblos que irremediablemente hacen que el pueblo andaluz tanto en la diáspora como en su tierra de origen establezca unos sentimientos particulares, encontrados, de rechazo o de apoyo hacia el proceso soberanista que se desarrolla en Cataluña y a la vez es manipulado para defensa de todo tipo de intereses políticos, por desgracia siempre ajenos a los suyos tanto como pueblo como clase trabajadora.

 Ejemplos de la utilización de nuestro pueblo.

Las derechas siempre fueron expertas en confrontar a ambos pueblos en defensa de sus intereses particulares, y cuando hablo de las derechas me refiero tanto a la derecha burguesa catalana como a la derecha burguesa españolista. Quizá esto no lo esperaba nadie según el título del artículo, pero mi intención no solo era denunciar la utilización del pueblo andaluz para los intereses políticos del españolismo, si no también su utilización por parte de la derecha burguesa catalana que en su afán de ocultar el discurso soberanista de las izquierdas catalanas que pone en peligro sus intereses a fomentado un populismo barato propagando la imagen de un pueblo andaluz subsidiado, analfabeto e incapaz de sí mismo que se gasta el dinero de sus impuestos en el bar de la esquina. Conocidas son ya las desafortunadas palabras de Jordi Pujol cuando habló de la falta de mentalidad del hombre andaluz hace ya años.

Ocurre que de cuando en cuando el españolismo aprovecha la xenofobia antiandaluza de la burguesía catalana para arengar a nuestro pueblo en contra del catalanismo, pero sin embargo desde Madrid y el españolismo en general nunca se puso coto a dicho discurso xenófobo respecto al pueblo andaluz, sino al contrario, la burguesía españolista lo apoya y refrenda a la mínima oportunidad fomentando aún más esa imagen de pueblo subsidiado e incapaz. Tan dañinas son las famosas palabras del Jordi Pujol sobre la falta de mentalidad del hombre andaluz como lo fueron aquellas del hijo de la duquesa de Alba cuando dijo algo así como que en Andalucía la juventud no tenía ganas de trabajar.

El objetivo de dicho discurso tanto para uno como para otros es el mismo, ocultar la condición económico-colonial de Andalucía como suministradora de materia prima y mano de obra barata para las industrias y medios de producción en manos tanto de la burguesía catalana como de la españolista a cambio de acumular los peores índices de desempleo y pobreza de cuya responsabilidad intentan eludir. El pueblo andaluz es pobre porque es vago e ignorante, o en el mejor de los casos porque siempre vota a los mismos, pero no porque sea expoliado y engañado. Esa idea por desgracia parece haber calado hondo en nuestro pueblo.

 Pero sigamos con los múltiples ejemplos de utilización del pueblo andaluz en el conflicto España-Cataluña con la inestimable colaboración de los medios de comunicación.

Hace unas semanas, en el programa “Salvados” de Jordi Évole, el bufón de la corte, buscando audiencia a través del morbo y la confrontación, puso al líder catalán de ERC, Oriol Junqueras, frente a una familia muy española para hablar sobre el debate independentista. ¿Y de donde era esa familia? Pues de Sevilla, andaluza, una rebuscada españolista y patética castellanohablante familia sevillana de bien. ¿Y porque no una familia del centro de Castilla y del estado donde se supone emana la esencia de España? ¿Por que no de cualquier otra parte? No, había que reforzar la españolidad del pueblo andaluz, había que confrontar dos pueblo, había que utilizar a la diáspora andaluza en Cataluña como caballo de trolla del españolismo.

 Continúo. Como seguro se habrán dado cuenta, Cataluña es el tema favorito de nuestra “flamante” y nunca votada presidenta de la Junta, Susana Díaz. A nuestra “querida” presidenta parece gustarle hablar más de Cataluña que de los mas de un millón y pico de parados en Andalucía o de los ERE´S fraudulentos.

Uno de sus mayores y mas descarados despropósitos en busca de rédito personal y de los intereses de su partido fue su visita durante este año a Cataluña. Parece que nuestra “querida” presidenta no tiene suficiente con gobernar la comunidad con los mayores indices de desempleo y pobreza de Europa que decidió marchar a dar lecciones de política por las cataluñas. Acusa de forma cínica a los nacionalismos (supongo que también al español) de crear confrontación social cuando en su visita por tierras catalanas fue ella quien interpretó al peligroso juego de alentar a la comunidad de andaluces emigrados en Cataluña por la unidad de España en contra del pueblo catalán. Esa unidad patria por la que no pocas veces nuestra “querida” presidenta a prestado a Andalucía en su defensa sin ningún reparo.

“Querida” presidenta, yo me preocuparía mas por que de Andalucía no emigrara más gente huyendo del desempleo que de los que ya emigraron. “Querida” presidenta no fue el independentismo quien separo familias, fue la eterna miseria de Andalucía las que les obligó a emigrar de su tierra dejando a su gente. “Querida” presidenta, puede que los jóvenes de hoy anden por la calle mensajeando en móviles de última generación, pero los índices de bienestar de la Andalucía de hoy cada día distan menos de la Andalucía de maletas de cartón en las estaciones camino de Barcelona.

Pero suma y sigue, y en estas no podía faltar el PP. El mes pasado durante una reunión interparlamentaria del PP y con graves casos de corrupción como hilo musical, el secretario general del PP en Andalucía, Juan Manuel Moreno, dijo claramente: “Ni Andalucía ni los andaluces van a permitir ninguna ruptura de la nación española” ….. Con dos cojones.

No hubiera sido lo mismo que lo hubiera dicho el del PP de Castilla León, o el del PP de Cantabria, o tan siquiera el de Murcia. No. Miles de familias andaluzas tenían que escucharlo alto y claro a la hora de comer a través incluso de Canal Sur pese a la consabida afinidad de dicho medio con el PSOE; “Ni Andalucía ni los andaluces van a permitir ninguna ruptura de la nación española”.

Había que refrendar el españolismo de los andaluces, había que seguir enfrentando dos pueblos, había que armar de argumentazos a ese nutrido ejército engominado de camisas “espanolo” que por desgracia pueblan nuestra geografía andaluza.

Pero todavía hay más, y las que vendrán.

La última de nuevo de los grandes expertos en utilizar a la comunidad andaluza en Cataluña y que tantos réditos electorales les a dado, el PSOE. Su nuevo secretario general Pedro Sánchez; natural de Madrid y reconocido amigo de Jorge Javier Vazquez y la Belén Esteban; justo un día antes de la consulta soberanista del 9N hizo un llamamiento al pueblo catalán para que se quedara en España: “Tenemos que decir alto y claro desde Sevilla, que os queremos, Cataluña, Que queremos una Cataluña en la vanguardia de España”.

Y claro como no, tenía que ser desde Sevilla, desde Andalucía. Había que apelar una vez más a los sentimientos de la comunidad andaluza en Cataluña; tenia que ser frente a cientos de andaluces y andaluzas; tenía que ser con el PSOE andaluz; y tenía que ser con esa imagen que plagó los medios de comunicación un día antes de la consulta donde se podía leer claramente al fondo la sugerente consigna: “Andalucía, la fuerza que nos une”.

 Fuera bromas, afortunadamente esta panda de energúmenos y sus consignas se deslegitiman a cada día que pasa y a cada caso de corrupción que les enmierda, pero los medios de comunicación a su servicio siguen condicionando estados de opinión en la sociedad, y todo esto no hace si no demostrar mi sospecha de la utilización del pueblo andaluz como moneda de cambio del españolismo y demuestra como intencionadamente el pueblo andaluz es desposeído de su identidad, de su cultura, de su historia y negado como pueblo. Algo de lo que tan partícipe a sido la derecha españolista mas rancia como las izquierdas estatalistas por muy republicana que fuera su bandera, con el infantil y banal argumento de que los nacionalismos (menos el español claro) son un invento de las burguesía locales contra la clase trabajadora. Andalucía siempre lo último, o si acaso para rascar algunos votos.

Que no haya una respuesta firme desde nuestro pueblo al respecto, que se nos utilice de forma tan gratuita y fácil sin temor a represalias solo constata la debilidad de la identidad nacional andaluza y el inexistente poder político del pueblo andaluz.
Debilidad que es aprovechada para manejar a nuestro pueblo según intereses ajenos a los nuestros, para seguir expoliándonos y explotándonos sin pudor.

 Los resultados:

Entre la comunidad emigrante andaluza en Cataluña.

Por supuesto hay de todo, diferenciándose claro está las posturas a favor y en contra de la independencia, pero ambos víctimas de ese estado de opinión implantado que a conseguido dividir el mundo entre españoles y catalanes, no caben terceras o cuartas opciones.

Los contrarios a la independencia, renegados de Cataluña, temerosos del proceso independentista y convertidos en defensores de la unidad española, olvidados por completo de su origen andaluz y de las razones de su marcha, vuelven al pueblo (Andalucía) como suelen decir ellos, con la rojigualda por delante, repartiendo carnets de españolismo y advirtiendo que de independizarse Cataluña volverán, al pueblo. Como si Andalucía estuviera ahora en condiciones de recibir a nadie... más bien al contrario.

Luego por supuesto están los mucho andaluces y andaluzas emigradas defensoras del derecho a decidir en Cataluña. Este verano muchos no volvieron por el pueblo. También son víctimas de este juego que ha dividido a la sociedad (incluso a la andaluza) entre españoles y catalanes, por tanto temen represalias, o en el peor de los casos reniegan de su tierra entendiéndola irremediablemente como parte de España. A estos últimos solo me gustaría decir una cosa, si han sido capaces de llegar a la conclusión allí del derecho a decidir del pueblo catalán, que no se olviden de su tierra, de por que marcharon de aquí, y de que esas son precisamente las razones por las que en Andalucía también se necesita luchar por nuestro derecho a decidir.

Entre la sociedad andaluza en Andalucía.

Sin generalizar, mayoritariamente en contra de la independencia catalana, reconozcámoslo, fruto precisamente de toda esa manipulación mediática y de la falta de conciencia nacional de nuestro pueblo; siendo solo partidaria de la independencia o al menos de su derecho a decidir el sector de la población andaluza más politizado.

Los medios de comunicación se han afano en que el proceso catalán parezca un invento de Artur Mas. Nada mas lejos de la realidad. CiU, aunque sí nacionalista, nunca fue independentista.

¿Como puede la muchas veces tercera fuerza más votada del estado, representando solo una parte del mismo, pretender separarse de ese estado, de ese chollo que le permitía pactar tanto con PP como con PSOE? ¿Como van a querer quedarse solos sin sus aliados de la burguesía española (PP-PSOE) con quienes tantas veces han pactado intereses comunes?

CiU se ha visto obligada a ser independentista para no perder votos y poder político y aún así las encuestas la dan a la baja. En Cataluña en estos momentos manda el pueblo, no Artur Mas, al menos en lo referente al proceso soberanista.

Por ello mismo no se puede culpar al pueblo andaluz en su mayoría de no sentir simpatía alguna por un proceso que según los medios es liderado por Artur Mas y la derecha catalana.
Esa misma burguesía catalana que tanto a expoliado, explotado e insultado al pueblo andaluz. Esa burguesía que tanto provecho ha sacado expoliando los recursos naturales de nuestra tierra, que tanto a explotado a nuestro pueblo en la emigración, esa misma burguesía catalana que además se atreve a insultarnos. No se puede culpar al pueblo andaluz de no sentir simpatía por ellos. Yo tampoco la tengo.

 Pero si me gustaría hacer un llamamiento a nuestro pueblo, independientemente de su afinidad política mas o menos nacionalista o independentista. Que demostremos una vez más que somos un pueblo tolerante y comprensivo, mayoritariamente de izquierdas según se dice a veces. Que no nos dejemos utilizar por intereses ajenos a los nuestros. Que comprendamos que al margen de esa corrupta y degenerada derecha burguesa catalana hay un pueblo, el pueblo trabajador catalán, ese que tantas jornadas de explotación bajo el mismo patrón compartió con el emigrado andaluz fraguando míticas relaciones de amistad y compañerismo. Ese pueblo catalán que admira la Andalucía luchadora y su cultura milenaria. Que comprendamos que el pueblo trabajador catalán, como ojalá algún día el andaluz, esta en todo derecho de defender su derecho a decir sobre su economía, su política, su futuro y su liberación.

 Ángel Lozano

Militante de Nación Andaluza

 

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