“Primero los de casa”, la nueva campaña xenófoba de la extrema derecha en Sevilla

Diversos colectivos sociales y asociaciones de inmigrantes de San Juan de Aznalfarache, población cercana a Sevilla,  han denunciado la campaña xenófoba que, bajo el slogan “primero los de casa”, viene desarrollando en dicha localidad el nuevo movimiento de la extrema derecha española denominado Partido por la Libertad (PxL).

Como su nombre revela, la campaña “primero los de casa” se inscribe dentro de la política adoptada por la el neofascismo español, a imitación de otros europeos, de intentar provocar el enfrentamiento interracial culpabilizando a los inmigrantes de las carencias que sufre la población autóctona, como consecuencia del paro y los recortes sociales provocados por el Capital para aumentar beneficios, único y verdadero culpable de la situación, y exigiendo la prioridad para estos últimos a la hora de la recepción de cualquier tipo de ayuda por parte de las distintas administraciones.

En este sentido, los promotores de la campaña reclaman que se “prime a los oriundos de la localidad frente a los inmigrantes” en todas las políticas municipales de “empleo, ayuda social, acceso a vivienda oficial o prestación o ayuda económica”, al tiempo que se critica al Ayuntamiento el que “anteponga esas ayudas a familias inmigrantes que llevan poco tiempo empadronados y pasen por delante de las sanjuaneras a la hora de recibir ayudas”.

Esta campaña no es la única ni la primera que organiza este reducido pero activo grupo en esta población del Ajarafe sevillano. Ya anteriormente ha realizado otras, a semejanza de las llevada a cabo por grupos afines en otros puntos del estado, dentro de este mismo contexto xenófobo, como las del reparto de alimentos “sólo a españoles” o la de juguetes en las pasadas festividades navideñas sólo a “familias españolas”.

No es casual que el PxL haya centrado sus actividades xenófobas en San Juan de Aznalfarache. Se trata de una localidad muy cercana a Sevilla, que por ello constituye una ciudad dormitorio de la misma, con altos índices de paro y una mayoría social de clase trabajadora, y que además cuenta con el más nutrido colectivo de inmigrantes de la provincia, el cual suma cerca de un 13% de sus 22.000 habitantes.

Tras este partido y esta campaña, como tras todas las movidas que realizan en Sevilla y sus poblaciones cercanas la extrema derecha de nuevo cuño, se encuentra un mismo personaje, el abogado Ángel Luis Bordas, antiguo militante de Democracia Nacional (se presento por esta formación a las europeas de 1999) y actual delegado en la ciudad del PxL, que ha logrado construir en los últimos años todo un entramado de asociaciones pantalla, unas de carácter aparentemente social, otras cultural y algunas hasta vecinal, a través de las cuales la extrema derecha local se infiltra en el tejido social y logra cierto peso y presencia en determinados ambientes y barrios de la periferia.

Mediante este conglomerado asociativo se presentan ante el vecindario y diversos sectores sociales como apolíticos y supuestos defensores de sus intereses, logrando así expandir sus ideas, organizar sus campañas e incluso obtener financiación para sus actividades por parte del Ayuntamiento de Sevilla, gobernado por el PP. Lo más sorprende y preocupantes es que todo ello sucede ante la impasibilidad, cuando no incluso el apoyo, de la izquierda oficial.

Como ejemplo de esto último, de la pasividad e incluso el apoyo de la izquierda del régimen, tenéis la incomprensible y vergonzosa actitud de los representantes del PSOE e Izquierda Unida (IU) en el Distrito Municipal Norte de Sevilla, apoyando a Bordas y la asociación vecinal creada por él en la barriada de San Jerónimo, apoyando una campaña en la que se presentaban como supuestas víctimas del acoso de la “extrema izquierda” y el movimiento antifascista. Ver la noticia que publicamos en su día al respecto:http://laotraandalucia.org/node/2083

En cuanto a la financiación municipal tenéis el ejemplo de la organización de las celebraciones del 12 de Octubre, “Día de la Hispanidad”, continuación de la festividad fascista del “Día de la Raza” establecida por el franquismo en 1940 y mantenida, tras sólo suavizar su denominación, por esta supuesta democracia. Desde hace unos años la denominada Plataforma 12 de Octubre, otra de estas asociaciones pantalla, organiza actos públicos en conmemoración de dicha fecha en una céntrica plaza de la ciudad subvencionados por el Ayuntamiento.

Por cierto que esta plataforma forma parte de la Coordinadora de Asociaciones Independientes de Sevilla (CAIS), en las que se agrupan a muchas de estas asociaciones aparentemente “apolíticas”, de ahí lo de “independientes”, y que es igualmente receptora de generosas subvenciones y ayudas municipales, que posteriormente trasvasa a las mismas, como en el caso de la mencionada plataforma. Hay que subrayar que ninguna de estas subvenciones y ayudas ha contado con la oposición o tan siquiera la crítica del PSOE ni de IU.

En cuanto a sus éxitos en la infiltración en el tejido social de ciertas zonas  y la puesta en práctica de campañas vecinales con claros tintes xenófobos, podemos citar, como más conocidas, las mantenidas contra la construcción de sendas mezquitas en las barriadas de Los bermejales y San Jerónimo. En ambos casos se jugó un inteligente  doble juego, mientras oficialmente se argumentaban las prioridades de suelo para beneficios sociales de sus habitantes por parte de las asociaciones, paralelamente se organizaban campañas para lograr el rechazo de la población a su construcción recurriendo al temor  al peligro islámico, logrando así atraer a parte del vecindario hacia sus postulados xenófobos.

De todo esto se deduce no sólo que la extrema derecha se está logrando enraizar en determinados sectores y lugares de la ciudad, con las indeseables consecuencias que esto puede conllevar a medio y largo plazo, de continuar y aumentar, sino que gran parte de la responsabilidad de que este hecho se esté produciendo recae en la colaboración de los “demócratas” del PP y, ante todo, de la irresponsable actitud de inacción y el mirar para otro lado, cuando no incluso la colaboración expresa, por parte del PSOE e Izquierda Unida. Menos discursos acerca del peligroso avance de la extrema derecha y más actuar para imposibilitarlo.