Crónica de la manifestación del 8 de marzo
Hoy ha sido un día especial. Y aunque debemos mantener la lucha de las mujeres y no dejarla de lado el resto de los 364 días, podemos decir que el día de hoy ha sido un día repleto de fuerza, ánimo y mucha ilusión. Ha sido un día por el que miles de compañeras en todo el Estado español y en todo el mundo han luchado y han trabajado sin cesar.
>Hemos podido ver a lo largo de la manifestación de hoy miles de mujeres de diferentes partes y organizaciones, de diferentes países, con diferentes mensajes y sin embargo todas transmitían claramente lo mismo: luchar por la liberación de las mujeres.
Con el color morado y las batukadas de fondo, hemos visto diferentes pancartas, todas muy trabajadas, y diferentes gritos. “Contra el patriarcado y el capital, feminismo radical”, “patriarcado asesino”, “machete al machote”, “contra el patriarcado y el capital, lucha obrera y feminista”, “la revolución será feminista o no será”, “patriarcado capital, alianza criminal”, “ante la duda, tú la viuda”, “no a la ley del aborto” eran algunos de los mensajes que se han podido escuchar esta mañana en las calles de Madrid. También hemos visto mujeres de otros países: mujeres de Sudamérica con banderas chilenas, mapuches, o mujeres de África, Éstas últimas reclamando la libertad de Victoria Ingabire, presa política de Ruanda.
Mención especial merece la pancarta “las mujeres decimos NO A LA GUERRA IMPERIALISTA”, ya que no podemos olvidar que las agresiones del occidente imperialista a otros países caen con mayor dureza sobe las mujeres de los pueblos agredidos.
Banderas LGTB+ y carteles reclamando derechos para este colectivo han sido otras de las cosas que nos ha dejado este 8 de marzo, recordándonos que el patriarcado tiene un componente heteronormativo contra el que hay que posicionarse. Muchos de los carteles rezaban por un aborto libre y gratuito para todas las mujeres, en contra del feminicidio y la violencia de género, contra la desigualdad de sueldos entre hombre y mujer, y a favor de una educación igualitaria y de calidad para hombres y mujeres. También por los derechos de las mujeres con discapacidad mental, que no olvidemos que si las mujeres son un colectivo en desigualdad, mucho más lo son aquellas con problemas físicos y psíquicos. Hasta hemos podido ver un paso procesional con forma de vagina (bastante trabajado, por cierto).
En general ha habido una sensación genial de compañerismo, de unión y de cohesión de todas las mujeres en un ambiente ameno pero combativo, sin olvidar por qué salimos a las calles, por qué la lucha ocupa los 365 días del año, por qué necesitamos hacernos visibles y alzar nuestra voz para que sea oída. No debemos olvidar a lo que son expuestas las mujeres día a día: abuso sexual, agresiones físicas, verbales, psicológicas, discriminación educativa, salarial, tráfico de niñas, explotación, sexualización de sus cuerpos, estándares absurdos de belleza, micromachismos y un larguísimo etcétera.
Por tanto y como conclusión, hoy como ayer y como mañana, las mujeres revolucionarias debemos seguir luchando por la igualdad, por nuestros derechos, por hacernos oír. Porque no somos sumisas, sino rebeldes, porque no nos van a callar, porque no nos vamos a conformar con un sistema ni capitalista ni patriarcal, asesino y criminal, y porque la revolución será feminista o no será.