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Estado español :: 29/05/2003

Elecciones 25M: La izquierda radical avanza por su apoyo a la abstención y al voto ilegal

La Haine.

Pasen y vean. La función acaba de empezar y acabar

Una vez más el pueblo ha hablado, convenientemente informado de los numerosos peligros que le acechan: vascos asesinos que bajan como hordas salvajes desde el Norte, apestosos marroquíes ilegales que pueden robarnos mientras paseamos con nuestras familias, fanáticos islamistas que asesinan en masa, mujeres apaleadas a manos de sus maridos, puestos de trabajo inseguros y en peligro, extrañas enfermedades mortales... Miedo. Es el Miedo el aceite que permite que todo funcione como debe; el que hace que las personas, temblando, abracen a sus verdugos buscando la seguridad que ofrecen sus mazmorras, protegidas por la dureza de sus leyes, por su represiva aplicación y por la crudeza con que las hacen prevalecer.

Gracias al derecho que tienen los ricos para usar su dinero y su Poder en su sistema capitalista, pueden explicarnos todas estas cosas todo el tiempo, en todas partes, en todos los medios informativos. Así, en el momento preciso, nos ofrecen el vistoso abanico de soluciones para los problemas amplificados que han fabricado, máscara de las infelicidades que provocan y ocultan en lo profundo nuestras mentes. Así podemos escoger, entre las opciones legalizadas, la izquierda o la derecha de un mismo cuerpo, ambas al servicio de una única cabeza que las controla para que se muevan coordinadamente. ¡Viva el Mal!¡Viva el Capital! son las palabras que grita ese monstruo mientras alternativamente sube el brazo izquierdo y baja el derecho, sube el derecho y baja el izquierdo...

Casi todos han triunfado en las elecciones del 25 de mayo

El PP respira tranquilo después de que los resultados hayan avalado definitivamente su política de leyes represivas, ilegalizaciones y guerras de estos últimos años, amén de no haber perdido demasiados votos. La corriente ultraconservadora se ha impuesto en la derecha claramente a la pura capitalista. El servicio y la sincronía de los poderes del estado a las decisiones del líder es total, y ese será el mecanismo a usar para sacar adelante cualquier tipo de medida que provoque cualquier tipo de protesta. Las pequeñas vacilaciones, teatrales, ante movilizaciones como la huelga del 20J probablemente no volverán a producirse en el futuro pues ha quedado claro que "la firmeza" es el camino a seguir, tan fuerte como importante sea el rechazo popular.

El PSOE se alegra de estar encaminando su particular "cambio tranquilo" y haber arañado algunos votos al PP, menos de los que les habría gustado, pero suficientes como para sonreir y esperanzarse de cara a una futura vuelta a la cima del poder político, posiblemente de la mano del Señor X (más conocido como Felipe González).

El PNV presume de haberse "consolidado como la primera fuerza política en las tres provincias que conforman la comunidad autónoma vasca (Alava, Guipúzcoa y Vizcaya)", a costa de haber sido cómplice pasivo de la ilegalización de Batasuna y responsable directo, junto a EA e IU, de haber cumplido las leyes fascistas de Madrid, enviando a la Ertzaintza a destruir papeletas, prohibir manifestaciones, apalear y detener a ciudadanos vascos, y velar porque los abertzales desobedientes no les roben demasiados votos.

Estos son, como no podía ser de otra manera, los grandes vencedores de las elecciones 25M, la derecha españolista y la derecha vasca. Asi lo están diciendo en sus medios de comunicación y así lo repetirán durante los próximos años para legitimar sus políticas reaccionarias.

La izquierda moderada del movimiento antiglobalización y antiguerra se lamenta

Hay quienes se están lamentando desconsoladamente. La izquierda moderada del movimiento antiglobalización y antiguerra, aquellos que se llenaron de medallas el pasado 15 de febrero y gritaron "se tiene que notar a la hora de votar", se llevan las manos a la cabeza. "España es un país de obreros de derechas. No se puede estar más ciego", claman.

La estrategia de esta izquierda moderada era "echar al PP fortaleciendo una posible coalición IU-PSOE", y les salió la jugada realmente mal porque, aunque lo intentan a toda costa, el voto a IU no cuenta con el apoyo de los grandes medios de comunicación y el poder económico, elementos indispensables para ganar unas elecciones. La aproximación ideológica del discurso de IU al del PSOE hace el resto.

Los que realmente están ciegos aquí son ellos, los socialdemócratas de variados colores, que creyeron que las elecciones eran una oportunidad para el cambio real.

"Si votar cambiara algo, sería ilegal"

Tras el 25M el PP ha legitimado su política en relación a la catástrofe del Prestige en Galiza, sus ilegalizaciones, sus decretazos laborales, sus torturas en dependencias policiales El PP retrocede un poco y el PSOE avanza otro poco, y todo sigue como estaba: borrón y cuenta nueva.

La socialdemocracia española continua en su línea oportunista haciendo política electoral y no social, por eso se ha visibilizado un batacazo de aquellos izquierdistas que han apostado por la opción IU-PSOE.

La izquierda moderada legitimó, con su llamado a la participación, unas elecciones desarrolladas en un panorama de ilegalización y persecución política de cientos de candidaturas independentistas vascas, sin posibilidad alguna de llevar a cabo una campaña electoral normalizada, sin acceso a los espacios gratuitos que ofrecen los medidos de comunicación corporativos, sin otra información sobre los actos desarrollados que la relativa a la materia represiva y sin que sus papeletas estuvieran accesibles en los colegios electorales donde sólo se ofrecían las de sus competidores. Incluso la Junta Electoral Central llegó a prohibir exhibir la consigna "no a la guerra" a la hora de votar, con la absurda excusa de ser un "lema o mensaje con connotaciones políticas".

Llamaron a participar en una democracia criminal y se suicidaron. Creyeron en el poder. Creyeron que el stablishment estaba distraido, que las elecciones son una grieta inevitable para legitimar la democracia. Creyeron que los que mandan a sangre y fuego iban a regalarle al pueblo su dimisión.

Y ahora se lamentan.

La izquierda radical se apunta un tanto

En este contexto sólo había dos opciones para la izquierda radical: la abstención o el voto nulo. Eran las dos únicas formas posibles de negar activamente la legitimidad de las elecciones.

Mientras las cifras de abstención radiadas por los propios medios corporativos nos hablan de un 46,5 % de ciudadanos en edad de votar que no pasó por los colegios electorales, en Euskal Herria sur se contabilizaron 168.000 votos a las plataformas ilegalizadas, votos estimados nulos. A esta cifra sin precedentes habría que sumarle los miles de votos nulos que ha habido en el resto del Estado; votos nulos muchos de ellos solidarios con la izquierda vasca y otros de boikot al fraude electoral.

Para los medios del poder no votar, votar AuB o meter en la urna una pegatina con la imagen de los muertos en Irak o Nunca Mais no existe, no sucedió. Dijeron que "la normalidad caracterizó la jornada". Sin embargo se sucedieron miles de altercados, desde votar con fotos, romper papeletas frente a la mesa electoral, "asaltos" a interventores del PP... Pareciera que la construcción social de la realidad comienza y termina en los medios: "los media justifican los fines".

Y para algunos romper ese bucle perverso es "hacerles el juego", ya que sólo salimos como "violentos". Pero la izquierda anticapitalista debemos usar todas las herramientas a nuestro alcance para resaltar que en estas elecciones efectivamente han destacado la desobediencia y la solidaridad internacionalista.

A modo de conclusión: Es hora de implicarnos en el conflicto vasco

En el sur de Euskal Herria la izquierda abertzale es otro de los grandes vencedores, ocultado por los medios. Esto demuestra que la "desaparición" que el PP buscaba no es más que algo virtual. Un cambio político profundo en Euskal Herria nunca llegará desde el respeto a la legalidad y las instituciones, por tanto el pueblo vasco en lucha continúa con las mismas posibilidades de avanzar hacia la liberación nacional y social.

Desde la izquierda radical del Estado español debemos seguir trabajando por desarrollar formas organizativas autónomas, horizontales y de base, planteando la lucha al margen de las estructuras establecidas, de donde tarde o temprano nos acaban echando. Pero además debemos despojarnos de nuestros miedos e implicarnos más en el propio conflicto vasco no sólo por solidaridad con la tenaz lucha de la izquierda abertzale, sino porque las contradicciones que dicho conflicto está generando afectan a todo el Estado: torturas, ilegalizaciones, recorte de libertades, etc.

Garzón empezó llevándose a los vascos y a muchos no les importó porque no lo eran. Ahora Garzón mira a Catalunya y se lleva a militantes libertarios y disidentes. Quizá a muchos no les importe porque tampoco son catalanes.

De lo que estamos seguros es de que a esos indiferentes, o no se los llevarán nunca porque no serán ni militantes ni de izquierdas, o cuando se los lleven, que es lo más probable, no sabrán por qué, y además ya será tarde...

www.lahaine.org - 29/05/03

 

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