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Estado español :: 10/10/2015

Frente a la mesa. En nombre de ¿qué dios?

Fermin Gongeta

Ni Yahvé, ni Alá, ni el mismo Dios gobiernan el mundo. A los dioses les han creado y elegido los más poderosos del mundo, a través de los tiempos, para que, a través del miedo, puedan impunemente destruir a los más débiles. (Karbuts dic 2010)

Me encuentro sentado frente a la mesa de un enorme despacho. Ella, la mesa, también es grandiosa. Y más aún lo es la que  está de cara a los ventanales. Como el triple de esta en la que apoyo mis codos.
La más grande es para cuando me reúno con gente de los ministerios, sobre todo el del interior y el de justicia. Reconozco que quien más acude a mi despacho es el presidente del gobierno, del partido político que está en el poder. Callado queda dicho que es de derechas. Faltaría más. Son los que quieren organizar al pueblo en nombre de su dios y en beneficio propio.

En este momento, la tarde está lo suficientemente avanzada como para que no espere visita alguna… Por fin he tomado la pluma y el cuaderno. Ha pasado mucho tiempo desde que lo hice por última vez. Puede que se trate de un intento de sincerarme conmigo mismo. Pero únicamente lo sabré al final. Sé que todo ha comenzado con las palabras de desprecio de mi hijo Andrés hacia las labores que realizo en lo que se llama Audiencia Nacional. 
Fue creada el año 77. Muchos autores, y yo mismo sin escribirlo, reconocemos que esta Audiencia Nacional no es más que la sucesora de Tribunal de Orden Público de la época franquista “para juzgar delitos de terrorismo y otros de ámbito estatal”
Es cierto que no puedo quejarme de haber conseguido el puesto que ocupo como juez dentro de esta Audiencia, o mejor dicho Auditorio, lugar donde se oye, más que escucha, pero sobre todo en el que se decide sobre la vida de las personas, donde se las condena a graves penas. 
-Confundís todo. –Me ha dicho mi hijo- Vosotros no os limitáis a escuchar, sino que condenáis. Sí. Escuchas a quienes están en el poder, a quienes entran por tus puertas traseras. Pero a quienes entran custodiados, por la puerta delantera, a esos les condenáis irremisiblemente. 
(Y mientras Andrés hablaba mirando fijamente a su padre, su corazón le decía: “Ese es mi padre” “Mi vida procede de él; la carne que cubre mis huesos es suya, el pan con que me alimento viene de esos horrores” (R.L.Stevenson)
    En mi despacho tengo la puerta de entrada, la que da al pasillo, por donde entran los detenidos con la policía. Y en ocasiones algún abogado. Pero a mi espalda, a derecha e izquierda hay sendas puertas. Por una de ellas, muchas veces sin llamar entra el presidente del partido en el poder. De derechas, claro. Si no lo es por las siglas, lo es de posicionamiento político frente a todo lo que le lleve la contraria. 
Grita exasperado.
-Quieren destruir la Patria. La que tanto costó a Franco librarla de incrédulos y paganos. A esos cuatro tienes que condenarlos a la perpetua… Que todos esos malhechores sepan lo que somos capaces de hacer. 
Se sienta. Rojo de cólera. Porque ante mí se atreve a decir lo que no es capaz de manifestar en público. Conoce mis pensamientos, pero también sabe que es el miedo el que me está haciendo obedecer. Es duro enfrentarse a quien se cree enviado por Dios, Alá, o Jehová. 

Por la otra puerta acostumbraba a entrar el  ministro de justicia o del interior.
Son  ministros de castigo. Colocados en esos puestos, al igual que yo mismo, por el enviado de dios, el Presidente del Partido en el Poder.
Hoy han venido a lo mismo, a forzarme para que condene a los cuatro detenidos. Me exigen que les imponga cadena perpetua.
Estos mismos ministros han vuelto al de un rato, acompañados de policías y guardias, y les dicen que hablen, y tiran sobre mi mesa papeles condenatorios, y recortes de periódicos, y manifestaciones, confesiones que los mismos guardias dicen haber escuchado y transcrito. 
El ministro del interior me ha traído una página con el artículo tres del código civil: “Las normas se interpretarán según el sentido propio, de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas”
-Lo cual, continua gritando el ministro, nos permite tener en cuenta otros criterios, especialmente el teleológico, tendencial o finalista.
Es en ese instante cuando me viene a la memoria las palabras que mi hijo Andrés me ha lanzado esta mañana: “Si juzgar es pecado, y está prohibido por la ley de los dioses, ¿Cómo mi padre se ha convertido en Juez? ¿Cómo puede hacer negocio del pecado? ¿Porque era distinguido llamarse juez? Lee tu evangelio, padre, tú que eres católico, el de Lucas y el de Mateo… no juzguéis y no seréis juzgados; pues con el juicio que juzgáis seréis juzgados, y con la medida que medís, se os medirá a vosotros”
El ministro se marchaba para salir con su habitual portazo; pero en esta ocasión acercó su apestosa boca a mi oído, para indicarme: 
-Si esto no sale bien, ya sabes lo que te espera…

-Tú, papá, conoces de sobra que estos, los cuatro detenidos, sí, los de ETA, fueron a dialogar con el Gobierno, y se habían puesto de acuerdo para hacerlo en Oslo.
-¿Y?
- Que el gobierno al que representas no acudió a la cita. Simplemente se puso de acuerdo para saber quiénes iban a ir; conocer a los responsables de ETA que en aquel momento estaban dispuestos a dialogar. A estos mismos, el gobierno de Oslo les mandó luego que salieran del país. Pero todo esto estaba previsto. ¿Por qué no les detuvieron entonces? –Mi hijo baja la voz, como si estuviera agotado- Tu gobierno  los ha tenido como rehenes, durante todo este tiempo. Sabía perfectamente, a cada instante, dónde se encontraban. Los han detenido cuando a tus grandes jefes les ha parecido que eso le podría producir más votos en las elecciones. 
Y termina entregándome un papel con estas anotaciones.

La policía francesa atribuyó el año 2005 a Ramón Sagarzazu, labores de preparación de las negociaciones entre ETA y el Gobierno Español. 
Iratxe Sorzabal, junto a Josu Urrutikoetxea y David Pla, participó en las negociaciones de PAZ de Oslo.
También les sitúan como las voces que leyeron el comunicado del cese definitivo de la violencia el 20 de octubre del 2011.  (El Mundo – EFE – Noticias de Navarra)
    Según El Confidencial, Iratxe, Josu y David estuvieron en Oslo desde principios del 2012, esperando a los negociadores del gobierno español, que nunca llegaron. Por eso precisamente el gobierno de Noruega les mandó salir del país. 
    Noruega desmiente que el Gobierno Español haya mantenido contactos en Oslo con ETA (20 minutos.es)

    Esta misma tarde se han abierto súbitamente las dos puertas detrás de mi mesa de despacho, la de los ministros y la del presidente del gobierno, acompañados de policías y guardias.
    Con qué indignación y desprecio me han citado –claro que leyendo páginas escritas por sus lacayos- todo tipo de leyes, argumentos y sentencias. 
Justo me había dado tiempo para guardar en el cajón las páginas de los diarios que, sacados por internet, me había dejado mi hijo Andrés.
    Es claro que no creen ni en su propio dios, del que alardean, sino que buscan únicamente sus intereses personales, ganar las elecciones próximas; y para ello, quieren condenar precisamente a los más fáciles de encontrar, a quienes han buscado la paz y el consenso a cara descubierta. Sí, desde el cinco de septiembre de 1987 en Argel.
 Lo tengo claro. Hoy mismo dejo la judicatura española.

¿Será un ejemplo para jueces, la actitud del padre de Andrés?

6 de octubre del 2015

 

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