EEUU y la OTAN pierden la iniciativa en Siria

La intervención rusa en Siria no solo está desafiando su influencia, sino mostrando superioridad sobre la fuerza militar estadounidense y de la OTAN.

En Siria, las fuerzas rusas están mostrando un formidable avance en la guerra electrónica que tomó por sorpresa al Pentágono y la OTAN y que es silenciada en la mayoría de los medios de comunicación. Moscú ha probado sus sistemas de guerra electrónica para plataformas móviles y fijas. Sus sistemas de contramedidas electrónicas interfieren y bloquean los sistemas de radares, de comunicación, satelitales y de armas guiadas por señales electromagnéticas como misiles y drones. Uno de estos sistemas, es la plataforma Richag-AV montada en helicópteros, fabricada por las empresas del Consorcio de Tecnologías Radioelectrónicas (KRET en ruso) formado en 2009, como parte de la Corporación Estatal Rostec (Poctx en ruso), con 97 institutos de investigación científica, oficinas de diseño y fábricas en 28 regiones de Rusia.

Así, Rusia ha creado en Siria regiones en las que se aplica la estrategia llamada A2/AD (Anti-access/Area-denial; Anti-acceso/Area denegada). De esta manera dificulta el abastecimiento de los terroristas por parte de Occidente y sus aliados regionales, y también evita que EEUU y la OTAN imponga en forma unilateral una zona de exclusión aérea, como hicieron en Libia.

En realidad, la publicitada ineficacia de los ataques 'suaves' (de EEUU) no fue exactamente un fracaso, sino que iba en el camino correcto a ser todo un éxito geopolítico atlantista. Hasta que comenzó la ofensiva militar rusa se estaba avanzando hacia la destrucción en el mediano, largo plazo, no de los terroristas y del Daesh, sino de la propia estructura estatal de la República Arabe de Siria y su fragmentación, lo que requiere que el gobierno central colapse o al menos pierda autoridad y control sobre partes relevantes del territorio sirio.

Tampoco es novedad las oleadas de refugiados hacia Europa. En 2011, poco antes del bombardeo de la OTAN a Libia, cuando Gaddafi era demonizado en manera furibunda como un dictador sanguinario por las usinas occidentales de información, [el líder libio] advirtió '...En Libia, a los largo de 2.000 kilómetros de costa mediterránea, todo está estable. Además, somos una puerta hacia Occidente, a través de la cual millones de africanos tratan de ingresar a Europa. Si la situación se vuelve inestable, se establecerá al Qaeda. Libia se transformará en un segundo Afganistán: millones de inmigrantes se dirigirán a Europa, lo cual repercutirá en toda la región del Mediterráneo...' Así hoy, al drama de casi un millón de refugiados que huyen despavoridos de Siria e Irak, se suman los de Libia y Afganistán.

Es que Siria también está en el camino hacia el gigante continental ruso, que se remonta a Afganistán hacia fines de los 80's contra la Unión Soviética, y se reactiva en el nuevo milenio con la hoja de ruta hacia Irán aún vigente, denunciada por el general Wesley Clark '...atacar y destruir los gobiernos en 7 países en el lapso de 5 años'. Ya fue aplicada en Irak, Somalia, Sudán, Libia, y hoy Siria (restan Irán y Líbano) en la configuración para un Nuevo Oriente Medio y su proyección hacia el Cáucaso.

Después del colapso de la Unión Soviética y el fracaso de Washington para configurar un mundo unipolar, su destino manifiesto imperialista le impidió evaluar lo suficiente la proyección como rivales de China con un desarrollo preponderantemente económico, y de Rusia en lo técnico-militar. Así, tuvo que reorientar rápidamente su geopolítica directamente hacia esas potencias, lo que se aceleró en 2010 en Siria cuando Rusia frustró sus planes de ataque junto con la OTAN, y cuya respuesta no tardó en materializarse fogoneando el conflicto en Ucrania. Pero también tuvo allí un serio revés, la sorpresa de Crimea donde Moscú marcó una línea roja. Justamente los puntos de apoyo estratégicos de Rusia nada menos que en el Mediterráneo, están en su flota naval del Mar Negro con su apostadero y a través del estrecho del Bósforo el acceso hacia el Mediterráneo, donde Rusia tiene en Siria bases militares. No fue menor el lanzamiento desde el mar Caspio por la armada r usa de 26 misiles crucero de precisión y largo alcance 3M14.

Como lo manifestó su gobierno, una de las causas de la intervención de Rusia en Siria es que la hoja de ruta de Washington y sus socios en Oriente Medio pasa por difundir la inestabilidad hacia la región del Cáucaso y Asia Central. Hace poco, los ataques aéreos de Rusia abatieron a al-Shishani uno de los principales jefes militares del Daesh en Siria. Originario de la república rusa de Chechenia, había sido entrenado por las fuerzas norteamericanas cuando habitaba en Georgia...

Es más, con la pérdida de iniciativa y de superioridad militar en Siria, Washington necesita amplificar los frentes de conflicto a Moscú lo que aumenta la probabilidad de revueltas inminentes en las ex-repúblicas soviéticas, en Europa Oriental, en el Artico y otros puntos inesperados pero sensibles para Rusia.

La Haine