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El posible sabotaje de Casa por casa, ¿estrategia para referendo revocatorio?
La estrategia de las colas cumplidas hasta ahora y que siguen su irrefrenable marcha les dio excelentes resultados electorales a sus diseñadores, a sus inductores, en el flamante 6D.
Por esa razón, es perfectamente inferible que la conducta parlamentaria, saboteadora, diatribosa y hasta ridícula en la ganada Asamblea Nacional, al parecer -hipótesis mía- no ha pasado de ser un bote de humo, un verdadero trapo rojo, aunque no rojito. Distractor de un liderazgo, como el nuestro, que practica mucho la política del "dimes y diretes" ante cualquier pendejada o payasada que se le ocurra al liderazgo de la IV República (la de derecha).
Se trataría, más bien, de una bien orquestada estrategia que respondería al mismo formato e intencionalidad que tan sañudamente reedita ahora la misma oposición para seguir ganando adeptos disgustados con el gobierno de cara a ganar el referendo que ya han ido adelantando como proyecto. Esto es más grave de lo que muchos puedan imaginar.
Sugerimos minimizar la guardia parlanchina en materia de propaganda televisiva y periodística que nos muestre reparto de unas bolsas de comida y de unos camiones que no están llegando llenos de comida a todas partes con la simultaneidad que el caso amerita.
Ese efluvio propagandístico -más verbo que acciones- en lugar de sembrar esperanzas de que esta guerra pasará, lo que está consiguiendo es más disgustados.
Porque esa propaganda lo que logar es enardecer más a los chavistas que ven que a su casa no llega nada, no con la equidad geográfica que se necesita porque el bachaquero no es puntual, ni "sólo mata indigentes"; es total, llega a cada rincón y casa venezolana y colombiana. Por lo demás, los consumidores afectados no son sólo los de pobreza extrema que es hacia donde Min Alimentación, al parecer, está dirigiendo preponderadamente el improvisado plan CLAP.
¡Cuidado! con repartir sólo a los más indigentes porque el grueso de quienes votaron para castigar la ineficacia gubernamental en materia de colas no son precisamente los de pobreza extrema. A buenos entendedores, pocas palabras.
