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Mundo :: 16/11/2014

Entre la necesidad y el acoso del Estado y sus poderes

Irma Leites
Niños que corren por la vereda, entre las aguas servidas que salen del juzgado de Atlántida, jóvenes con pancartas, docentes, artesanos, constructores

Obreros del día a día, herborísteros, resistentes que no quisieron caer en los suburbios amontonados de los cantegriles (hoy llamados asentamientos) a los cuales la miseria te conduce como a un corral, andan manifestándose contra esta nueva injusticia.

Zafaron del corral, razón de más para ser perseguidos. Por quienes se consideran dueños de la tierra, una tierra que nunca habitaron y tal vez nunca habitaran. Una tierra que venderán o no, una tierra para lucrar, concentrar o extranjerizar.

Una tierra que otros núcleos humanos rescataron para levantar con chapas, barro, maderas o ladrillos donde cobijar la vida que se inicia.
Niños recién nacidos a los cuales les quieren legar el sonido de los pájaros, el nombre de los árboles. La solidaridad de re enseñar lo que cada uno aprendió.
La sabiduría de alimentarnos y mirar entorno lo que crece y nutre.
No hay góndolas mercantiles entre las acacias y los pinos. Hay chalanas queriendo partir. Y eso para este momento histórico es un gran pecado.
La zona del Remanso, Pinamar, La Cumbre de Neptunia, Solymar son terruños en disputa. Entre dos maneras de ver el mundo.

Una manera: la de las multinacionales del veneno alimenticio que tenemos hoy. La de las pastillas con las que adormecen y suicidan a miles. O la de los burdos propietarios empecinados en herencias o compras inútiles. Amparados eso sí, en esas mayorías que creen que la tierra debe ser de alguien, la mentalidad propietarista que condena a los libres que ponen por encima de regimentaciones estatales, las necesidades humanas.

Los “dueños” no se llevaran la tierra a sus tumbas. Sus tumbas ni siquiera serán en la tierra, irán al cemento. ¿Quieren otros shopping? ¿Quieren otras torres residenciales para ricos? ¿O quieren un escarmiento para los que osaron escapar de los hacinados suburbios montevideanos?
Todo eso quieren, ya que siempre quieren más. Son ellos los que denuncian. Y conducen a comisarías, allanan y atropellan y torturan.

No se paran ante nada. El maltrato policial desde siempre aplicado a los más indefensos. Pero se equivocaron, una vez más, aún con lenguaje de señas el muchacho al que los policías golpearon y desnudaron por horas en una comisaría gritó la verdad con sus manos y gestos. Se atrevió

La otra manera: la de los denominados “usurpadores”. Usurpar es sinónimo de bandoleros, ladrones, vencedores. En verdad son todo eso, en un sentido liberador. Los acusan de usurpar porque para todos los poderes que defienden la propiedad privada de la tierra usurpar es un delito. Pero el sentido –no judicial- el origen etimológico los absuelve. No se puede usurpar lo que no es de nadie. Entonces la idea del delito se desarticula. Es un derecho primario adquirido, por satisfacer una necesidad que no la satisfizo el Estado, ni la intendencia local. Entonces es un derecho conquistado con esfuerzo y mucho costo y dolor social

Son un paisaje humano que busca arraigarse para no agudizar la violencia social de ser parias porque unos pocos se apropian y concentran los territorios para desmantelar en beneficio del capital y sus planes. Obviamente la franja costera, las ventanas de la tierra, el mar, el centro de las ciudades no son zonas para pobres. El proyecto del capital no nos incluye cerca de sus barrios privados. O si nos “toleran” es con uniformes de sirvientes, con garitas de vigilantes para cuidar sus riquezas.

Porque no pueden prescindir de nosotros. Pero sin duda, no es el rol que aceptamos los oprimidos, conscientes de la opresión. La acción y resistencia son derechos hoy, no una promesa prolongada sin tiempos.

Esta geografía humana no cabe en las patéticas campañas electorales. Entonces una vez más aparece la necesidad de avanzar en la decisión de luchar, de resistir y defender lo que se construye fuera del oportunismo electoral.

Los vecinos plantean: “¡Ni un desalojo! Denunciamos y repudiamos el atropello policial vivido en las últimas semanas por parte de la seccional 19 de Médanos de Solymar, allanando violentamente y de forma irregular (sin orden del juez y por la noche) la ocupación del Km. 27.200 como también la detención y tortura (verbal y física), el acoso en la movilización del día 19 de Septiembre, las intimaciones a desalojar sin órdenes del juez por parte de la seccional 22 de Salinas, dejando claro una clara estigmatización hacia los ocupantes por parte de las fuerzas policiales y ordenes del Estado. ¡Ante el atropello, más solidaridad, más resistencia! ¡Tocan a uno, tocan a todos!”

Tierra para quien la habita para quien la cuida, para ellos, para ellas. Tierra que no es de nadie. Tierra que tiene que ver con la libertad de construir un sitio donde vivir. Detrás de los gritos de: La tierra no se vende la tierra se defiende, está la angustia de perderlo todo y la voluntad de pelearla.

Se inició la persecución de quienes pusieron sus miradas, sus esfuerzos, sus noches y días en levantar un sitio diferente donde vivir, se puso en marcha, el operativo mediático-policial-judicial-. En el juzgado de Atlántida se llevaron a cabo las citaciones a los ocupantes de tierras. Tardes enteras indagando algo tan elemental

¡Qué difícil saber porqué la gente ocupa! Vaya que duda más infantílica. La tranquilidad y status quo de Atlántida alterada por bicicletas, niños sin ropas de marcas, y parejas de jóvenes con bebes en los brazos, custodiada por blindados policiales y tiras vigilaron nutridas concentraciones. Resistiendo, compartiendo frutas, mate y agua.

Fuera de la ley de los poderosos, bajo la indiscutible necesidad de defender el derecho a ocupar habitar cuidar y vivir mejor los ocupantes de la costa están señalando un camino. Las miradas y orejas dirigidas a la campaña electoral invisibilizaron estas luchas y la criminalización está en marcha.

Si alguno de los jueces y fiscales que oyen los relatos actuaran con “justa balanza humana”, solo podrían dar por concluida la investigación e indagar los atropellos policiales. Pero, seguro la justicia no es la que está juzgando, los derechos están ausentes de los patéticos juzgados ordenados y dirigidos por leyes y códigos e intereses y presiones para seguir manteniendo el orden injusto.

La movilización, esta semana, se trasladó a las puertas de la Suprema Corte de Justicia, cuya fachada ajustándose a la campaña electoral no luce vallada como hacía más de dos años. Allí retumbaron las consignas contra los grandes propietarios y su uso: Tierra para quien la habita. Tierra para quien la cuida. Tierra para todos. Tierra para todas. Tierra y libertad.

Esta situación en la costa de Canelones tiene que ver con los propósitos del capital, es una muestra más. Los tentáculos de los planes imperiales, avanzan. Silenciosamente. La Regasificadora, el puerto Moon, puerto de Puntas de Sayago, los marines y Comando Sur impartiendo “formación” a los milicos uruguayos en Durazno, en Santa Catalina (bajo la cortina de humo electoral), el fracking, el puerto de Aguas profundas para habilitar la circulación de la 4ta Flota, es parte del gran paquete.

Ya se puede ver el tendido de redes de fibra óptica, la búsqueda de petróleo y gas natural, el uso de explosivos, junto con el dragado del Río de la Platauna fila de barcos, que a veces van del Chuy al puerto de Buenos Aires con los motores prendidos, “calientan aguas” esperando entrar a puerto,es parte del daño “colateral”. La matriz capitalista se reacomoda para concretar el puerto de gran calado en la costa uruguaya. En este marco se redirigen los grandes navíos mercantes al puerto argentino. Los motores ahuyentan peces, y condenan a los pequeños pescadores artesanales, y nada ni nadie detiene el desastre. Lo que se está descaradamente planificando es la represión.

Esta en nosotros abrir los ojos, escuchar bien y reaccionar. Mujica no lo oculta, fue a buscar fondos –la negociación con Vilma en Brasil- tuvo que ver con los grandes megaproyectos y así lo dijo.
Antes de dejar su banda presidencial, le deja encaminado el proyecto a Tabaré, el masón, con nombre de indio y líder del programa recolonizador. Asegurando la salida de los minerales cuando Aratirí u otra multinacional profundicen el robo y la destrucción. Junto con la forestación las pasteras, la soja, los agrotóxicos, son partes de un gran paquete que sucesivamente gobierno tras gobierno van implantando. Y sin duda los saqueadores saben que no pueden evitar la reacción de los habitantes de los territorios que ellos invaden y arrasan

Hay necesidades insatisfechas y aún hay esperanza. Una esperanza verdadera, vinculada a lo que se sueña. Enlazada a la pelea que se desarrolla en pos de ella y a la resistencia que concretamos. Y crecer, generalizar los conflictos, vincularlos

El silencio, el ninguneo se acentúan en medio del humo electoral.
Pero hay otros paradigmas en disputa. Hay un abajo que se mueve y vale pensar y mirar hacia la cumbre y no quedarnos en el legitimado anfiteatro de las urnas.
¿Acaso no es cierto que si algo cambiara a través de ellas estarían prohibidas?
¿Acaso no sería hora que dejara de ser obligatorio el voto?
¿Acaso no disciplina la amenaza de represalias económicas y jurídicas del Estado?
Se vienen 5 años más de proyectos que tendrán el aval social. Ese consenso urnario, que señala como único camino la conciliación, pone en la mira y condena las futuras luchas emancipadoras, tal cual sucedió antes.
Nos queda la palabra, la acción, volver a la crítica para volver a luchar mejor… Mirar abajo, sin que nos dirijan qué ver. Construir abajo, sin que nos quiten la autonomía y libertad

En fin me quedo forjando en el llano y pensando en esas cumbres a las que debemos llegar cuanto antes…

Nov.2014

 

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