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Asia, Asia :: 23/12/2016

Operación Tormenta 333

Argelio García
La URSS, en una de las operaciones especiales más exitosas de la historia, puso fin al reinado de terror del dictador Amín que oprimía al pueblo de Afganistán

El 27 de diciembre de 1979 se inició la misión que iniciaría la liberación de Afganistán:

1. El terror de Amín

Jafizulá Amín era mano de derecha del presidente de Afganistán Mohammed Taraki. Ambicioso de poder, ordenó su asesinato en 1978 disfrazandolo de muerte natural para no despertar la ira de la URSS.

Todas las medidas implantadas por Taraki como la emancipación de la mujer y la propiedad comunal de la tierra fueron abolidas. Poco a poco empezaron a producirse revueltas entre la población, harta del mal gobierno de Amín, y levantamientos de los leales al antiguo presidente que sospechaban que este había sido asesinado. La respuesta del dictador fue brutal, miles de personas fueron asesinadas y perseguidas por cuestionar su mandato. El caos se estaba apoderando del país.

La Unión Soviética temía que el conflicto pudiera extenderse a sus fronteras y tomó medidas enviando tropas de élite Spetsnaz y del KGB a la zona para estabilizar la situación. Lo que descubrieron era peor de lo que imaginaban…

No sólo Amín había matado al legítimo presidente del país sino que tenía contactos con la CIA para establecer una base aérea en Kandahar (la segunda ciudad más grande de Afganistán) y recibir contingentes de tropas de EEUU, lo que era una amenaza importante para la seguridad de la URSS.

El Politburó (el consejo de gobierno de la URSS), presidido por Leonid Ilich Brézhnev, tomó la decisión de deponer a Amín y poner fin a su reinado de terror. La misión sería llevada a cabo por las fuerzas especiales Alfa, Cénit y una división de élite de los Spetsnaz conocida como “Batallón Musulmán” ya que todos sus miembros eran de Asia Central y de religión islámica.

2. Muro de Hierro

Amín podría ser un dictador sanguinario pero estúpido no era. Residía junto con su familia en el palacio de Taj-Beg, una formidable fortaleza enclavada en lo alto de una montaña a 16 Km de Kabul. Sólo se podía acceder a través de una senda empinada y serpenteante, tan estrecha que sólo podían circular dos coches al mismo tiempo.

Dos tanques T-54 estaban enclavados en lo alto del palacio y dominaban las alturas con sus cañones y ametralladoras junto con 3 divisiones de infantería. El único acceso al palacio estaba protegido por 7 puestos de ametralladoras, lanzagranadas y armas ligeras custodiados por cientos de soldados.

Por dentro del palacio, la guardia personal de Amín, compuesta por 300 hombres procedentes de su tribu y leales hasta la médula, vigilaban en todo momento a su jefe. En total contando el interior y el exterior del palacio había 2500 soldados.

3. Comienza la tempestad

A las 14:00 Amín celebra un almuerzo con su familia, los miembros de su gabinete y sus consejeros soviéticos, varios de ellos miembros del KGB, que secretamente echan un veneno aturdidor en la bebida para incapacitar al dictador y a sus secuaces antes del ataque.

El plan tiene parcialmente éxito y Amín y varios comandantes quedan incapacitados pero debido a un fallo de planificación, el médico soviético de Amín que no estaba al tanto del ataque, lo reanima y consigue que recupere el conocimiento.

Ante tal circunstancia se decide apresurar el operativo y a las 19:15, una fuerte explosión sacude Kabul, todas las comunicaciones han sido cortadas inutilizando la radio y el télefono. A las 19:30, los miembros del batallón musulmán que se habían ganado la confianza de Amín, vuelven sus armas contra las divisiones afganas en un ataque de una gran osadía, usando cañones antiaéreos Shilka contra el enemigo y causando casi 200 bajas en pocos instantes.

Inmediatamente los grupos de asalto Spetsnaz Alfa y Cénit irrumpen en el palacio con 4 BMP [vehículo de combate de infantería] y se lanzan sobre la guardia personal de Amín. Se produce un auténtico mar de fuego, planta por planta armados con rifles de asalto y granadas van limpiando de enemigos, buscando al dictador.

En el perímetro exterior las bajas afganas son tan cuantiosas que la mayor parte de las divisiones deciden rendirse ante los soviéticos. En 33 minutos, a las 19:48, se da por concluida la operación. En total 1700 afganos se rindieron, 300 murieron y el resto huyó a las montañas.

Las pérdidas soviéticas fueron mínimas, 5 miembros del grupo de asalto Alfa, 2 de ellos por “fuego amigo” y 6 miembros del batallón musulmán que perecieron en el exterior. Por tanto la operación fue un éxito rotundo.

Ensangrentado y aturdido por los efectos del veneno Amín no podía dar crédito a lo que pasaba.  Pero ya era demasiado tarde para poder huir. En sus últimos momentos vistiendo una camisa Adidas y empuñando un arma fue localizado, a las 19:45, y abatido por los miembros del Grupo Alfa. Afganistán por fin era libre.

4. Gloria de la URSS

La Operación Tormenta 333 es considerada como uno de los hitos más grandes en la historia de las misiones especiales. Siendo superados en una proporción de 4 a 1 y en un terreno desfavorable consiguieron vencer teniendo un porcentaje de bajas mínimo y en un tiempo récord.

Más de 300 miembros del KGB junto con el batallón especial musulmán fueron condecorados. Los comandantes de la operación Vasily Kolesnik, E.G.Kozlov y V.F.Karpuhin, G.I.Boyarinov, este último a título póstumo, recibieron la orden de héroe de la URSS por el éxito de la misión. A día de hoy en academias militares de todo el mundo como West Point de EEUU se estudia esta operación como ejemplo de asalto a una posición fortificada.

https://mundo.sputniknews.com. Extractado por La Haine

 

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