Puerto Rico: De capuchas y pasamontañas

Desde la caperuza, del cuento de la Caperucita Roja, el pasamontañas del mítico Comandante Marcos, de los zapatistas en México, hasta fuerzas especiales de la policía llevan alguna prenda que les cubra su identidad. Tampoco podemos olvidar al famoso Zorro del cine, ni al exgobernador Pedro Rosselló que salió vestido de Pedro Navaja para esquivar la prensa.

Después de la marcha del primero de mayo, las capuchas tomaron una relevancia inusitada en Puerto Rico. Los manifestantes encapuchados son bienvenidos en Venezuela, si están en contra de Nicolás Maduro Moros. No son bien vistos en diferentes partes de EEUU si son negros, que están indignados con las muertes continuas que produce la policía. La capucha es un significante múltiple y oneroso para el orden.

Sin entrar en cinismos de moda, me atrevo a preguntar el por qué del escándalo por una cristalería desmerecida. ¿No es más violento u opresivo llevar un pueblo a la indigencia y al hambre por imposición colonial?. Nos es más indignante no saber de los encapuchados que están detrás de la deuda ilegal. Esos que provocaron la quiebra. Por qué no auditamos, para empezar a quitar los antifaces de muchos señores y señoras de renombre. Busquemos el rostro verdadero de esta crisis financiera y social que vive nuestra patria.

Hay que preguntarle al gobernador de Puerto Rico por quién dará la pelea en este novel escenario. El pueblo griego fue sacrificado por los poderes financieros y el apetito de los bancos. Su gobierno capituló y traicionó a su gente. La mafia transnacional del capital se cubre con la caperuza de la buena gobernanza y el reajuste económico, para no enseñarnos la dentadura del saqueo y la explotación.

Y como coda sin capucha, exhortamos al Sr. Richard L. Carrión Rexach (presidente de un emporio bancario puertorriqueño) a que se dé una vuelta por los sectores marginales de nuestro país, para que vea los destrozos graves y costosos que ha provocado el sistema colonial. Son 119 años de colonialismo norteamericano sobre los boricuas caribeños. Ahí es donde nos duele la patria.

CALPU