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Bolivia, Bolivia :: 25/02/2016

Se refuerza la lucha, asegura Evo

Ángel Guerra Cabrera

El no ganó por un margen muy estrecho en el referendo convocado por la Asamblea del Estado Plurinacional de Bolivia sobre introducir la modificación constitucional que hubiese permitido extender el derecho del presidente y vicepresidente a la repostulación para el periodo 2020-2025. ¿En cuántos países el gobierno consulta a la población las grandes decisiones políticas? ¿En cuántos existe el derecho a someter a referendo revocatorio los cargos de elección popular?

Seguramente no en el señalado como ejemplo de democracia por los papagayos mediáticos y en donde gobierna el dinero, como han reconocido -palabras más o menos- el expresidente Jimmy Carter y el actual precandidato demócrata Bernie Sanders.

Al margen de los análisis sobre las causas del resultado electoral, que, incluyendo eventuales errores gubernamentales, se realizarán en asambleas locales del MAS y de los movimientos sociales, Evo Morales ha adelantado ideas valiosas en una conferencia de prensa, que fue una cátedra de alta política revolucionaria.

El líder indígena, cuyo trabajo como presidente es aprobado por más del 50 por ciento de la población, expresó lo meritorio de que a 10 años de gestión gubernamental y pese a una guerra sucia de racismo, mentiras y calumnias vertidas en los medios de comunicación nacionales e internacionales y mediante miles de anónimos en las redes sociales, el MAS conserve un voto “duro” de virtualmente 50 por ciento del padrón. En este sentido, cabe señalar que en el contexto de la guerra permanente del imperialismo y la derecha internacional contra los gobiernos progresistas latino-caribeños, la arremetida en los últimos meses de la CIA y sus ONG de fachada contra Bolivia para evitar el triunfo en el referendo, ha establecido una marca, incluido el gasto de ríos de dinero.

Evo añadió que el pueblo boliviano nunca olvidará cuánto ha ganado en libertad, soberanía, independencia y bienestar en estos años y que nunca votará por el regreso al neoliberalismo. Lo que viene es una lucha más fuerte y con más unidad en torno a la Agenda Patriótica 2025, que no es para nosotros sino para las generaciones futuras y permitirá la industrialización, la creación de la infraestructura económica, la liquidación del racismo, el abatimiento de la pobreza y los servicios públicos de calidad para toda la población, entre ellos la educación y la salud públicas, gratuitas y universales.

Cabe recordar, que de ser uno de los países que siempre ocupaba el sótano de la pobreza en nuestra región, Bolivia ha pasado a ser reconocida por los organismos de la ONU como un país con notables avances económicos, sociales y culturales. Ha logrado una tasa de crecimiento económico de 5.1 entre 2006 y 2014, entre las más altas de la región en medio de la crisis capitalista internacional. Pero con un énfasis en redistribuir hacia abajo, que según cifras de CEPAL, ha hecho disminuir la pobreza en 32 por ciento en la última década, el índice más positivo de Suramérica. Un país anteriormente pedigüeño ha elevado sus reservas internacionales a 60 por ciento del PIB.

Evo es un excepcional líder político de masas con un aval de lucha muy reconocido y una entrega sin reservas a sus responsabilidades como jefe de Estado. No es casual que llegara a la presidencia con 54 por ciento de los votos, ganara con 67 el referendo revocatorio en 2008, fuera reelecto con 64 en 2009 y refrendara su mandato con 60 por ciento en 2014.

En 2009 fue aprobada con 60 por ciento la nueva Constitución boliviana, llamada a convertir al país en una verdadera democracia plurinacional con una sociedad ajena al consumismo y una sólida y floreciente economía basada en el buen vivir andino. Como es evidente, Evo y Álvaro tienen un buen clima para realizar un gran gobierno en los 4 años que les quedan.

El Estado Plurinacional de Bolivia, con logros brillantes, puede realizar una valiosa aportación al impostergable debate para mejorar la gestión de los gobiernos revolucionarios y progresistas actuales y por venir. Las derrotas electorales sufridas en los últimos tiempos en Venezuela y Argentina y este primer revés electoral del MAS en 10 años no pueden verse como fin de ningún ciclo, pura elucubración de la derecha con eco en sectores de izquierda.

Las revoluciones no son un paseo por un jardín. No pueden librarse sino en décadas, y más, de los seculares vicios del régimen anterior y deben desenvolverse bajo un asedio sin tregua del imperialismo y la derecha.

La Jornada

 

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