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Argentina :: 30/06/2005

Argentina: A la zaga de la burguesia inconsecuente, o a la cabeza... [Aportes para instalar el debate]

M. Nicos
"El revolucionario acepta las reformas con el fin de aprovecharlas como una pantalla para intensificar la labor ilegal encaminada a la preparación revolucionaria de las masas para el derrocamiento de la burguesía"

. Introduccion

Existe hoy en la Argentina un gran numero de organizaciones de izquierda: Agrupaciones, Movimientos, Partidos políticos, etc. sin embargo de todo ese gran espectro que existe, expresado en decenas de siglas y nombres, solo se destacan unos cuantos, entre ellos el Partido Comunista; A finales del año pasado (2004) el PC se lanzo a una construcción, que desde ese momento, ha traído mas dudas que certezas. En sintonía con el triunfo del Frente Amplio en el Uruguay, el PC se ha dispuesto a construir un frente de centroizquierda, con la aspiración de reeditar la experiencia Uruguaya.

Lo que sigue a continuación es un intento de instalar el debate sobre esta nueva táctica del Partido Comunista, que si bien tiene sus contradicciones, nadie puede negar que se trata de un proyecto de gran seriedad.

. El peso del factor electoral

Las organizaciones de Izquierda tienen sin duda posiciones muy distintas con respecto a las elecciones, sin embargo se nota un gran interés cuando llegan estos procesos, quizás incluso, algunas organizaciones presenten demasiado interés, y se confundan su verdadera función en la lucha de clases. Así, en realidad las elecciones deberían tomarse como punto de llegada, dentro de un proceso de acumulación, y no como punto de partida, creyendo en la idea de construir "poder popular" desde el gobierno, cuando incluso en el caso de que dicha coalición electoral triunfe en las urnas, no tendría el poder necesario, para imponer medidas "propias" al régimen imperante ya que la convicción del "pueblo" que la ha llevado al "poder", solo ha sido a través del voto.

La capacidad de incidir, de conducir y de construir en el pueblo una subjetividad revolucionaria, no puede estar ligada a una estrategia cortoplacista, de carácter reformista. La apreciación táctica de una coalición de centroizquierda como alianza electoral es comprensible; convertirla en un horizonte estratégico es insostenible, más en el caso de que las fuerzas de izquierda intervinientes en dicha coalición no tengan más que floridas consignas y pura fraseología para imponer sus posiciones políticas. Salvo que alguien se le ocurra que el debate teórico decisivo realmente se de en una mesa de café o en un despacho legislativo.

El encuentro de Rosario se adapta ergonómicamente a la estrategia del PC. El ideal frenteamplista y el concepto de "poder popular" son propios de una estrategia que tiene como fin una mejor administración de los recursos económicos, políticos y sociales del país, y que tienen su máxima expresión en dirigentes como Carlos Heller del banco Credicoop, Eduardo Bussi de la Federación agraria, Víctor de Genaro de la CTA, etc. Una parte de la burguesía y pequeña burguesía, en bancarrota desde hace tiempo, y que han demostrado ser inconsecuentes no solo con objetivos revolucionarios si no hasta con objetivos reformistas, inclusive los propios objetivos que este supuesto frente pretende reivindicar.

El planteo seria en ese caso, establecer hasta dónde objetivamente estarían dispuestas a llegar estas fracciones en el camino de la liberación nacional y social que tanto esgrime el PC. Esto no quiere decir que halla que estar "en absoluto en contra de las reformas, de los compromisos y de los acuerdos, esto es completamente falso". En algunos momentos y en determinadas condiciones los compromisos y acuerdos con fuerzas inconsecuentes con la revolución, no son solamente necesarios sino imprescindibles. El problema seria analizar si estamos en uno de esos momentos, y si estamos en condiciones de dirigir la política de un frente cuyas ambiciones no parecen ser las nuestras.

La burguesía inconsecuente "jamás podrá ser un seguro y fiel partidario del poder absoluto del pueblo, siempre tomara con una mano la constitución (para sí misma) y con la otra le quitara al pueblo los derechos u obstaculizara la ampliación de los derechos del pueblo". De lo que se trata, no es de los acuerdos y compromisos de por sí (fetichizándolos), sino en realidad el uso que se hace de ellos, la acumulación que se hace de ellos y hasta donde llegará el acuerdo o compromiso.

. La unidad de la izquierda, y el frente

(...)"dicho frente opositor y alternativo deberá contar a la izquierda como uno de sus actores principales, pero esta visto que no se puede esperar la unidad de las izquierdas para comenzar a construir el frente". ¡Esperar, debemos esperar pacientemente la unidad de las fuerzas de izquierda!. Esta falsa convicción se apoya en una errónea concepción de la política, creer que la unidad depende en ultima instancia de acuerdos superestructurales. Ahora bien, como está visto que con la izquierda sectaria y dogmática no podemos esperar la unidad, optemos por una alianza mucho más amplia, con sectores de centro y centro izquierda, antes que nos quedemos solos, antes que se nos pase la hora y nos quedemos como quien dice: sin el pan y sin la torta.

En resumen, este es el planteo, el cual carece por completo de argumentos (serios), ya que ambas opciones están sujetas a un denominador común: la necesidad de crecer como organización, tanto cualitativamente como cuantitativamente, de "aprender a preparar la revolución", es decir a " ejercer la dirección" de la lucha de clases del proletariado, o lo que es lo mismo: aprender a conducir a los diversos sectores de las clases explotadas y oprimidas, sin cuya participación ninguna revolución seria posible.

Así se construye la unidad, elaborando una estrategia revolucionaria, teniendo una línea política y un programa claro que se haga carne de las aspiraciones de nuestro pueblo, y tácticas acertadas para cada situación. Si logramos estos pasos, los demás se van a plegar a nuestra política, ya que "no basta con rotularse vanguardia, destacamento avanzado" -ni con creer que tenemos la línea correcta, sino que- "es preciso obrar de tal manera que todos los destacamentos vean y estén obligados a reconocer que marchamos en primera fila."

. Método de lucha predominante

Este proyecto de amplio carácter pequeño burgués que toma forma en el encuentro de Rosario, pasa por alto completamente la lucha de calles. Si analizamos la composición social y política de quienes y qué fuerzas integran dicho encuentro, nos daremos cuenta en seguida de hacia dónde apunta tal construcción, ya que desde su concepción hasta su creación están impregnados de tantos vicios propios de la pequeña burguesía, siempre vacilante e inconclusa por su naturaleza inconsistente, con una fe irracional en las libertades democráticas y en la lucha por obtener mejoras progresivas en las condiciones de opresión y explotación. Incluso hay algunos sectores con la fuerte creencia de que en esa progresiva acumulación dentro de los márgenes institucionales, se puede ir evolucionando hasta llegar a una suerte de socialismo concensuado con las clases dominantes. He aquí el principal método de lucha de la pequeña burguesía, la lucha parlamentaria, la lucha institucional y todo tipo de método o táctica que suplante a las masas en la calle, por petitorios, plebiscitos, etc.

Este es el principal método de lucha de la pequeña burguesía, sin embargo, ahora parece que también lo es para una parte de la izquierda. Esto no seria mayor problema si fuera una cuestión táctica, pero no lo es, o por lo menos eso indica la realidad, ya que el mismo Lenin instó a utilizar la táctica parlamentaria, cuando el partido bolchevique formó parte de la Duma de Estado. Claro que "había que abordarla de una manera crítica a la experiencia parlamentaria de los partidos socialistas de Europa occidental, la razón de ello consistía en que, en la labor de estos, predominaba el oportunismo", Sin hacerse ninguna ilusión acerca del carácter de dicha institución sabían que podían sacarle provecho, ya que tanto la campaña electoral para la Duma de estado, como la tribuna de esta ultima brindaban ciertas posibilidades para hacer propaganda, denunciando a la autocracia y a la burguesía liberal, y al mismo tiempo dar educación a las amplias masas. Sin embargo, mientras aprendían a utilizar las posibilidades legales, nunca dejaron de desarrollar sus organizaciones clandestinas. Siguieron acumulando una enorme experiencia en el trabajo ilegal, he aquí la importancia estratégica de saber conjugar las formas legales e ilegales del trabajo del partido entre las masas. "El revolucionario acepta las reformas con el fin de utilizarlas, como medios para combinar la labor legal con la ilegal, con el fin de aprovecharlas como una pantalla para intensificar la labor ilegal encaminada a la preparación revolucionaria de las masas para el derrocamiento de la burguesía"(...) "el reformista, por el contrario acepta las reformas, con el fin de renunciar a toda labor ilegal, con el fin de minar la obra de preparación de las masas para la revolución y echarse a dormir a la sombra de las reformas 'otorgadas' desde arriba"

. Justificaciones del pacifismo

Claro que este doble concepto de lucha legal e ilegal, es fuertemente resistido por una gran parte de la izquierda, entre ellos el partido comunista, que ha sido absorbido por la lógica democratizante del reformismo pequeño burgués, que plantea que en estos tiempos de democracia no es necesaria tamaña combinación de métodos, sino que debemos utilizar y focalizarnos sobre todas las libertades que nos han "concedido". La misma "libertad democrática" que ejecuto a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, hace dos años y medio, la libertad de los mas de 6.000 procesados y mas de 30 presos políticos, ¿a esa libertad se refieren?.

A pesar de que los partidos comunistas y obreros de distintos países tienen naturalmente que trabajar en condiciones muy disímiles, y en función de determinadas coyunturas, la correlación entre la labor legal y la clandestina se manifiesta de modos diferentes. Sin embargo, sean cuales fueren aquellas, los principios leninistas de la combinación del trabajo legal con el clandestino abren un ancho campo para su aplicación independientemente del tiempo y el espacio en el que se las apliquen, requiriendo tan solo que el partido siempre mantenga su carácter consecuentemente revolucionario y combativo, y que esté en todo momento vinculado a las masas, conjugando hábilmente las formas de lucha a tono con la situación concreta.

Por eso, es una falacia "actualizar o intentar revisar" la teoría del partido, como lo describe Patricio Etchegaray (Sec. Gral. del Partido Comunista) cuando afirma que han "revalorado el enfoque leninista del partido y su núcleo, la organización celular, porque nos permite organizarnos en la profundidad del sujeto pueblo, porque es la forma más apta de construir poder popular, y esto constituye una actualización del enfoque leninista" -de la teoría del Partido- "Probablemente en la Rusia zarista de 1902 la organización celular se justificaba en el tema de la lucha con la Ojrana" -policía política del zarismo- "igual que lo fue para nosotros durante nuestra decena de años en la clandestinidad, pero hoy no es así, la organización en células resultó ser la que más se adapta a la construcción de bases de poder popular, y por eso las células no se definen desde lo organizativo, si conspirativa o no, sino desde la iniciativa política para contactar el proyecto con el pueblo".

Precisamente, allí se encuentra uno de los ejes que marcan la diferencia: la iniciativa política. La clandestinidad del PC en la década de los setenta surgió como una consecuencia sujeta a una actitud netamente defensiva, casi instintiva; en cambio, la clandestinidad del partido bolchevique estaba ligada a una estrategia insurreccional de la toma del poder. Su carácter no era solo defensivo, como consecuencia de la persecución de la policía política, sino también (y en mayor grado) de ofensiva, partiendo de una acumulación de fuerzas estratégicas para la revolución. Este no es un detalle menor, ya que responde a una concepción dialéctica de la lucha de clases y no a una visión etapista de la misma, dividiendo de una manera mecanicista las diferentes fases de lucha, que desde luego existen, pero interrelacionadas entre sí. Ya que si es verdad que no existen las condiciones objetivas para tomar la ofensiva (frase bastante acuñada por los pacifista de izquierda), siempre van a existir las condiciones objetivas necesarias para intentar crear otras nuevas, más favorables a la revolución...

Si no me equivoco, esa es precisamente la tarea del partido.

(*)El titulo hace alusión a un articulo escrito por V.I.Lenin en Noviembre de 1905, titulado: A la zaga de la burguesía monárquica, o a la cabeza del proletariado y el campesinado revolucionario.

Notas

1) Encuentro nacional por una soberanía popular y nacional.
2) J. Stalin, Cuestiones del leninismo.
3) V.I. Lenin, A la zaga de la burguesía monárquica, o a la cabeza del proletariado y campesinado revolucionario
4) Tesis del Comité Central al 23º Congreso del PCA
5)V.I.lenin, En defensa de la táctica de la internacional comunista
6) V.I.lenin, Que hacer
7) Inst. de Ciencias sociales (U.R.R.S), Experiencia histórica del PCUS
8) J.Stalin, Op cit
9) Tesis del Comité Central al 23º Congreso del PCA

 

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