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Europa :: 29/05/2016

De las plazas al bloqueo de refinerías en Francia

Geoffroy Clavel
Los bloqueos de las refinerías y gasolineras están consiguiendo lo que las huelgas dek transporte y las manifestaciones no lograron

Es decir, amenazar con perturbar de forma duradera el buen funcionamiento del país con el fin de paralizar la reforma laboral de la ministra de Empleo, Myriam El Khomri, que pretende aprobar el Gobierno de François Hollande.

Las movilizaciones contra este polémico proyecto de ley llevan sucediéndose desde marzo; en abril comenzaron las jornadas de huelga y surgió el movimiento Nuit Debout. Las manifestaciones contaban con el apoyo de una gran parte de la población, pero todo quedó sobre el papel. En cambio, los parones en las refinerías y los bloqueos de depósitos de carburante han logrado suspender la actividad de las ocho refinerías de Francia y han dejado sin carburante al 20% de las gasolineras del país. Es ahora cuando el panorama —y la población— se han revolucionado por completo.

El primer ministro, Manuel Valls, ha denunciado este lunes durante una visita a Jerusalén el “chantaje” de una parte de la Confederación General del Trabajo (CGT) y ha asegurado que se desbloquearán las reservas de combustible. “Apelo a los franceses a que no cedan al pánico”, dijo Valls en un intento por que los conductores no se precipiten a las estaciones de servicio para anticiparse a una eventual escasez de reservas.

El pánico podría actuar como efecto dominó y precipitar la tan temida sequía de combustible.

Pese a las protestas del Ejecutivo, que jura que de momento no existe tal carencia, los primeros resultados están ahí: 1500 de las 12.000 estaciones de servicio que hay en Francia han interrumpido parcial o totalmente su suministro, según el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies. Varios departamentos ya han empezado a racionar la distribución de combustible, lo que no ha hecho más que alimentar la psicosis mediática, tal y como atestiguan las portadas de la prensa cotidiana regional de este lunes.

Francia: hacia la huelga general

Hoy hace 87 días que en París y en las principales ciudades de Francia cientos de miles de manifestantes autoconvocados –anteayer, 400 000- ocupan de noche calles y plazas para discutir qué hacer. La Francia de los trabajadores se encamina hacia una huelga general “indefinida”.

Ese movimiento Nuit Debout (Noche de Pie) comienza a confluir con los sindicatos no sólo porque en la parisina Place de la République habló el secretario de la CGT prometiendo extender el movimiento sino también porque lentamente crece el porcentaje de obreros (llega ahora al 20 por ciento) en esa plaza y, sobre todo, porque las huelgas obreras pasan a primer plano.

El 25 y el 26 estaban paradas todas las refinerías de combustibles de Francia, más de un décimo de las gasolinerías (estaciones de servicio), estarán en huelga los puertos, los ferroviarios y los trabajadores del control aéreo.

Con los servicios de transporte urbano reducidos a casi nada y sin trenes, barcos o aviones y con manifestaciones en ambos días (en preparación de una manifestación estatal el 8 de junio después de un paro también estatal el 2 de junio) la Francia de los trabajadores se encamina hacia una huelga general “reconducible”, “indefinida”.

El gobierno reprime salvajemente, como en la refinería marsellesa de Fos sur Mer que desocupó tras dos horas de dura lucha con varios heridos, y prolonga el Estado de emergencia hasta julio con el pretexto ridículo de la seguridad para el Tour de France y la Copa europea de Fútbol. Marine Le Pen, por la extrema derecha, lo apoya y pide la prohibición de todas las manifestaciones.

El gobierno y la derecha no vacilan así en suprimir las libertades de informar, de hacer huelgas, de manifestar, de ocupar el terreno público. Incluso el primero, con su ataque policial a los piquetes obreros que rodeaban las refinerías impidiendo la distribución de combustible, consiguió que los obreros de éstas las ocupasen y se declarasen en huelga, impidiendo así la producción de carburante.

El rechazo al proyecto de ley del trabajo sale así del terreno sindical y politizándose entra en el de la defensa de los derechos democráticos en el mismo momento en que François Hollande busca su reelección. El Partido Socialista se suicida y probablemente se romperá en cuanto estallen una huelga tras otra en esta estación turística y electoral. La unidad obrera es casi total y comienza a cimentarse la unidad obrero-estudiantil.

El gobierno francés reconoció que está utilizando las reservas estratégicas de carburantes para tratar de garantizar el aprovisionamiento frente a las huelgas y bloqueos en refinerías y depósitos petrolíferos contra su reforma laboral, que han agotado los tanques de centenares de estaciones de servicio en todo el país.

El secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, explicó que se ha extraído el equivalente de tres días de consumo de esas reservas estratégicas, que son de 115 días, pero insistió en que no hay riesgo de agotamiento.

Vidalies, en declaraciones a los medios al término del Consejo de Ministros, se esforzó en señalar que se están utilizando esas reservas “de forma marginal”, al tiempo que reconoció que la situación en las gasolineras había empeorado en la región de París, donde un 40 por ciento se habían quedado sin carburante, mientras en el oeste del país ha “mejorado”.

En total, son más de 4 mil las estaciones de servicio en las que se había agotado total o parcialmente la nafta, lo que equivale a un tercio de las estaciones que hay en Francia, informó el funcionario.

El primer ministro Manuel Valls afirmó hoy ante la prensa que van a continuar las operaciones policiales para levantar los bloqueos, de los que se habían llevado a cabo once hasta esta mañana.

Valls reafirmó su posición de que no se retirará el proyecto de ley de reforma laboral, ni se modificará sus artículos más polémicos y calificó a la Confederación General del Trabajo  como “una organización minoritaria que quiere hacer plegar al gobierno”.

“La CGT no dicta la ley en este país”, advirtió el primer ministro, que argumentó que si bien “el derecho de huelga y de manifestación son derechos absolutos, esta radicalización (…) es inaceptable”.

Ante las perturbaciones que la escasez de carburante está empezando a causar en varios sectores económicos, y ante el riesgo de que las protestas se extiendan a la electricidad -hay una convocatoria de huelga desde hoy en, al menos, una central nuclear-, las organizaciones patronales reclamaron al gobierno que garantice la libertad de circular y trabajar. Más allá del sector petrolero, el paro en los ferrocarriles hoy tuvo un seguimiento inferior al de la semana pasada. Mañana habrá una nueva movilización nacional en decenas de ciudades de todo el país.

En un comunicado conjunto, seis organizaciones empresariales señalaron que “frente a esta situación, corresponde al Estado velar por el respeto del derecho y tomar las medidas que garanticen el interés general, la libertad de trabajar y de circular libremente”.

En paralelo, el Senado francés aprobó la ley antiterrorista solicitada por el presidente francés tras los actos terroristas del 13 de noviembre. La normativa dará a la justicia competencias de excepción como ordenar detenciones hasta por cuatro horas en casos de controles de identidad “si su conducta resulta sospechosa de extremismo”. La Fiscalía también podrá ordenar allanamientos e interrogatorios con condciones más flexibles.

Anred

 

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