El “imperialismo democrático” británico

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Dentro de pocos días se celebrará un referéndum de autodeterminación en Escocia gracias al buen talante democrático de Gran Bretaña que con honorosa y majestuosa gracia siempre ha antepuesto la libertad de los pueblos a cualquier otra consideración. Bueno, ¿no siempre no?. Pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Según algunos, éste parece que es el argumento principal para entender lo que dentro de pocos días va a suceder. El PNV además de creer ésto, afirma que el camino a recorrer en Euskal Herria debe ser similar al escocés. Muchos abertzales independentistas le contestan que eso no es posible porque el estado español al contrario de Gran Bretaña no es honoroso y majestuoso en su gracia con los pueblos. Hay otros que incluso creen a pie juntillas que el nacionalismo escocés fruto de un contundente proceso de liberación y una inigualable inteligencia negociadora consiguió quebrar los intereses ingleses.

Y buscan y rebuscan sin encontrar donde están las claves mágicas de semejante hazaña. No faltan tampoco los incansables pseudoeuropeístas, que por alguna extraña razón, piensan que la UE es sinónimo de Europa, y que no es un grupo de mercaderes troikanos sino una hermandad desprendida para la armonía y el buen vivir del conjunto de la población europea y especialmente de su clase trabajadora y de los pueblos sin estado.

Sin embargo, queridos amigos y amigas, qué queréis que os diga pero nunca me he tragado ninguna de estas versiones. Y es que esta situación en Gran Bretaña no es fruto de la bondad democrática del estado británico sino entre otras cosas, de la antigua campaña militar del IRA y la lucha del republicanismo irlandés que en su día abrió espacios de resistencia suficientes como para alcanzar determinados acuerdos que a lo largo del tiempo, se han traducido en opciones para otras naciones como Escocia que han sabido aprovecharlas. Un estado imperialista, y Gran Bretaña lo es, nunca, en ningún momento tiene ninguna vara de medir basada en la justicia sino en lo geoestratégico, en el interés, el desinterés o en el verse forzado. Y eso es lo que se va conjugando con el tiempo. La UE, al ser otro ente imperialista, tres cuartas partes de lo mismo.

Gran Bretaña puede ser muchas cosas pero calculadora y paciente en determinados momentos parece que bastante. Desde luego que ha tenido tiempo para aprender de partes de su historia. Irlanda del sur tiene una brutal dependencia. Irlanda del norte va para dos décadas desde los acuerdos y continúa bajo ocupación británica y posiblemente una Escocia sin soberanía económica e integrada en las estructuras del capital puede seguir siendo rentable y dependiente por mucha independencia formal que haya si los sires se lo montan bien. La UE es experta en tragarse soberanías. Y cada vez avanzará más en ese sentido. Ya lo está haciendo. Esto nos recuerda que sin avances hacia la transformación social y el socialismo no solo la justicia social queda tocada sino que la propia independencia lo hace.

En cualquier caso, Escocia como nación que es y desde una perspectiva democrática cristalina, que ejerza su autodeterminación independientemente de su resultado es algo que solo puede molestar al fascista mas recalcitrante. Además, que opte por la independencia no solo sería bueno para Escocia sino para todos los pueblos del mundo. Y es que los referéndum de autodeterminación son las vías mas civilizadas para el entendimiento entre pueblos. Que esa independencia sea real dependerá del resultado de los avances en la lucha de clases. Pues Escocia no es de sus clase altas sino de los trabajadores. Y para que avance esa lucha de clases un punto de partida irrenunciable es el acabar con el imperialismo británico.

Imperialismo británico  pasado y presente que son palabras mayores pues su legado de terror, su desprecio asesino a los pueblos , se ha hecho y hace notar por casi todo el mundo. Vaya pues la mayor de la solidaridad a todos los pueblos que tuvieron, han tenido y siguen teniendo que luchar contra ello o seguir lidiando con las consecuencias de su paso. Y que se salde una muy pequeña parte de esa deuda histórica del salvajismo imperialista inglés con un Sí en el referéndum.