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Colombia, Anti Patriarcado :: 17/01/2017

El régimen de Santos lanza acusaciones falsas contra el ELN

M.S.A.
Entrevista con las comandantes Consuelo, Silvana y María Helena, portavoces de la delegación de paz del ELN

Después de un mes de negociaciones, las delegaciones del gobierno y del ELN anunciaron desde Quito la suspensión temporal de la mesa de diálogo y quedaron emplazados para encontrarse el día 10 de enero. Para aclarar estas cuestiones, ver las propuestas sobre la importancia de la mujer, establecer una visión de género sobre las negociaciones de paz y aclarar la influencia femenina en la guerrilla, hemos entrevistado a las comandantes Consuelo, Silvana y María Helena, portavoces de la delegación de paz del ELN.

En la fase previa, las dos delegaciones se acusaron mutuamente de incumplir los acuerdos y mientras el gobierno de Colombia ponía como requisito la liberación del congresista Odín Sánchez, el ELN argumentaba que ya había realizado las liberaciones pactadas y que el propio gobierno debía liberar a dos guerrilleros que actuarían como intermediarios en los diálogos.

Tras la entrevista realizada por los portavoces masculinos de la delegación del ELN, los comandantes Aureliano y Bernardo, se apunta a que dos de los principales escollos del debate son la liberación de ambos guerrilleros, así como la implantación de un cese al fuego bilateral, reivindicación de la guerrilla, frente a la postura del gobierno que parece preferir llevar a cabo los diálogos en medio del conflicto armado.

El primer punto que llama la atención es la participación de la mujer en la guerrilla. ¿Nos podrían explicar cuál es el rol y la importancia de la mujer en el ELN?

Consuelo: Hay que comenzar diciendo que el ELN es una organización político-militar que promueve la participación de la mujer en igualdad de derechos y condiciones. En este contexto, las mujeres desarrollamos varios roles, el papel militar, el papel político-administrativo, de hecho hacemos todas las funciones de la vida guerrillera. Las militantes de las ciudades cumplen un papel muy destacado en labores de conducción y organización política. Nos gustaría destacar que, en Colombia, se está llevando a cabo un proceso de empoderamiento de las mujeres en el papel de liderazgos de organizaciones sociales, de derechos humanos. Las mujeres campesinas, afro, indígenas están jugando un rol muy importante en la defensa de los territorios. Igualmente, las mujeres urbanas, en las comunas, vienen desarrollando papeles fundamentales organizativos y de desarrollo cultural.

Mire, déjeme decirle, a modo de ejemplo que, en mi caso concreto, me ha tocado dirigir estructuras donde la gran mayoría de las integrantes eran mujeres. Eso en la organización no ha dolido y pudimos llevar a cabo nuestras tareas completamente.

Entonces, escuchándola, ¿podemos atrevernos a afirmar que en el ELN no hay machismo?

Consuelo: Bueno, ¿y dónde no? Vivimos en una sociedad machista, entonces, como en el resto de Colombia, en el ELN vivimos las mismas contradicciones y las mismas secuelas del machismo. El ELN es parte de esta sociedad, las personas militantes provenimos de esa forma de pensar y de sentir, pero, asumiéndolo, igual en el ELN hay normas que regulan una participación en igualdad de condiciones. Vivimos en una sociedad patriarcal que nos genera dificultades a las mujeres, pero yo como mujer siento que en el ELN hacemos todo lo posible por superarlo y que la participación e importancia de la mujer no se vea limitada por ningún aspecto.

Uno de los aspectos más controvertidos de la mujer en la guerrilla, ¿puede ser la maternidad?

María Helena: Lógico. Como le hemos dicho, no podemos obviar la circunstancia de que somos una organización político-militar. Todos los temas afectivos y sexuales se deben manejar con cuidado y respeto, de modo que no generen conflictos dentro de las estructuras. Ahí también hay mucho trabajo de las mujeres. Y en el tema de la maternidad en la organización se intenta integrar de la mejor forma que podemos. Cuando una compañera decide tener un bebé se buscan las condiciones de seguridad para el embarazo, y luego, bueno, hay compañeras que deciden ser madres fuera de la guerrilla y otras compañeras que prefieren permanecer en la guerrilla y se buscan soluciones para que puedan estar cerca de sus hijos. Como bien apunta, no es fácil, pero desde luego los esfuerzos del ELN por compatibilizar esas dos realidades tan aparentemente opuestas son enormes. Estas condiciones las genera la guerra, pero eso no quiere decir que las guerrilleras no podamos ser madres o que regalemos a nuestros hijos e hijas, como a veces dicen.

Entrando en la situación actual de la mesa exploratoria, una de las dificultades que parece que han tenido ha sido la liberación de las personas secuestradas. ¿Tiene el ELN voluntad de liberar a las personas que mantiene retenidas?

Silvana: En el contexto de lo que significa la paz y las transformaciones para la paz en un país esto se tendrá que hacer. Deberemos hacerlo y tenemos toda la voluntad, pero venimos de un conflicto de cincuenta años y creemos que ahora no es el momento de definir tiempos sino un proceso de ganar confianzas, de compromisos que hemos adquirido como organización con la paz. Desde esa perspectiva, entendemos que los mismos pasos que se nos piden deben pedirse también a la otra parte, al gobierno, para que cada parte asuma las consecuencias de sus actos. Por eso hemos planteado un acuerdo bilateral de alto el fuego que nos permita entendernos en estas cuestiones relacionadas con la guerra, que genere confianzas y arregle el camino para esas liberaciones, pero el gobierno nunca atiende a esa petición y mantiene presos a los dos compañeros que tenía el compromiso de liberar. Entendemos que para avanzar en la paz hay que crear un ambiente de paz y también de confianza.

Uno de los puntos controvertidos del acuerdo alcanzado entre las FARC y el gobierno ha sido el tema de la igualdad de género. Tal es así, que fue una de las razones esgrimidas por grupos religiosos, durante el plebiscito, para criticar dichos acuerdos y, tras el resultado, representantes de estos grupos se reunieron con las FARC para modificar el acuerdo en ese aspecto. Con esta experiencia, ¿cuál es la perspectiva del ELN en la agenda de negociación respecto a la igualdad de género?

Silvana: En la agenda pactada no existe un punto que se denomine “igualdad de género”. Lo que sí está en la agenda son los derechos vulnerados de la mujer y de la comunidad LGTBI. Por lo tanto, nuestra posición inicial es que estos derechos se materialicen y se ejerzan. La paz para nosotras es diversidad, por lo que la participación de todos y todas es fundamental en la construcción de una nueva sociedad que parta del contexto actual. En puntos concretos como el aborto, por ejemplo, nosotras dentro del ELN practicamos una política de derecho a decidir si se tienen o no hijos, y esta es la postura que vamos a defender en el debate social.

María Helena: También, otro apunte a modo de ejemplo, el ELN tiene un frente donde hay un número significativo de integrantes LGTBI que pueden realizar sus tareas con todo el respeto por la propia visión que tienen tanto de su cuerpo como de su sexualidad.

Tras las firmas preliminares en Caracas no se puede decir que hay mucha sintonía entre ustedes y la delegación del gobierno. Estuvieron negociando noviembre y diciembre y el inicio de la mesa de paz fue aplazado en diversas ocasiones, de modo que al final no se llevó a cabo. ¿Cuáles son las principales dificultades, tal como ustedes lo sienten, para establecer los diálogos de paz?

Consuelo: En esta situación podemos decir que lo que principalmente afecta a la mesa exploratoria es que hay una falta de confianza entre las partes que permita avanzar en una solución dialogada en las discrepancias que hay respecto a los temas de la agenda. Destacamos que la propuesta de agenda que pactamos tiene seis puntos, cuya principal fortaleza es la participación de la sociedad en la solución política del conflicto que vive Colombia.

El ELN viene trabajando dentro del marco de esa agenda y cumplimos con los acuerdos hechos entre las partes. Ya se hicieron las dos liberaciones pactadas en marzo durante los acuerdos de Venezuela, sin embargo el gobierno, en una lectura particular de la condición de delito político, no desea indultar a los dos compañeros que se acordaron.

Como he dicho antes, en la actualidad es necesario que ambas partes ganen confianza, pero resulta complicado cuando, por ejemplo, vemos cómo se acusa al ELN desde el estado de estar en relación con bandas criminales a sueldo de empresas. La última acusación falsa ha sido que andamos con la banda de “los monos”, y que han detenido a su jefe que trabajaba para el ELN. En realidad ese señor y esa banda trabajan para la empresa que gestiona una mina, y por eso asesinaron a varios dirigentes sociales que se oponían a la explotación por motivos medioambientales. Nosotras negamos la relación de forma categórica tanto con ese señor como con la banda de “los monos”, y además creemos que esas acusaciones sin pruebas ni fuentes no ayudan realmente a consolidar un ambiente de paz.

La ONU afirma que de los aproximadamente siete millones de personas desplazadas en cinco décadas de conflicto armado en Colombia, cuatro millones son mujeres. Ustedes como mujeres y combatientes, ¿cuál creen que ha sido el papel de la mujer en el conflicto colombiano?

María Helena: Efectivamente, en Colombia la gran mayoría de víctimas tienen rostro de mujer. Han sido marcadas sus vidas y sus cuerpos también. Los cuerpos de las mujeres han sido empleados como botín de guerra y también como arma para generar temor. Durante muchos años no se ha tenido en cuenta nuestra voz, es por eso que nuestra participación en la mesa de diálogos es muy importante. También consideramos un deber del ELN generar espacios de participación donde se posicione a la mujer como sujeto político de derecho. Consideramos una obligación de nosotras, las guerrilleras elenas, generar las condiciones para que la mujer sea protagonista de sus decisiones y de su vida, tanto dentro de la sociedad colombiana como en la mesa de diálogos.

Entonces, como uno de los colectivos más agredidos, ¿cuál es el futuro de la mujer colombiana en el posconflicto?

Consuelo: Lo primero que podemos decir es que no sabemos si va a haber posconflicto. Nosotras estamos trabajando precisamente para que se produzca ese posconflicto tras una solución dialogada y pacífica. Si llegase el caso, el papel de la mujer sería el mismo que ya está desempeñando. En la actualidad las mujeres son el pilar de la construcción de la paz: piezas fundamentales en la defensa de los derechos humanos y primeras en ayudar a una sociedad más justa. Pero, de forma personal, creo que una de las tareas que deben emprender las mujeres es la de sacar la violencia de la política. Es decir, la mujer ha sido el ser más golpeado de la guerra, por lo tanto está llamada a asegurarse de que las formas políticas cambien hacia espacios con más respeto, más dialogantes, más cuidadosos de la otra, donde lo político respete lo personal, donde se debatan ideas y propuestas. Como mujeres debemos cambiar las condiciones que permiten que se nos ultraje y viole en los conflictos, y para eso hay que ser capaces de transformar el modo en que se perciben esos conflictos.

colombiainforma.info. Extractado por La Haine

 

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