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Medio Oriente :: 30/01/2005

¿Elecciones? en Iraq: ¿Contar los votos o contar los muertos?

Elson Concepción Pérez
Por toda esta inmundicia que caracteriza la política exterior de Estados Unidos es que resulta tan difícil digerir que a esta farsa del domingo se le llame elecciones, y mucho menos que le pongan el apellido de democráticas. De cualquier forma, ¿por qué votarán (los iraquíes que lo hagan) este domingo?

El último número de la revista norteamericana Times, de este 27 de enero, publicó que la Administración de Bush preparó un plan para que la CIA prestase apoyo a algún candidato proclive a Washington para las elecciones del 30 de enero en Iraq, pero que se descartó por el rechazo expresado por varios congresistas cuando el proyecto llegó a esa instancia.

No obstante, dice la publicación, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quedó "desencajada" al conocer la operación y tuvo una áspera discusión por teléfono con la hasta ahora Consejera de Seguridad Nacional promovida a Secretaria de Estado, Condoleezza Rice.

El portavoz de Rice trató de explicar el asunto al afirmar que " a Estados Unidos le preocupa si los candidatos competirán en igualdad de condiciones", y por ello "se ha planteado cómo debe actuarse".

Como, para buen entendedor con pocas palabras bastan, queda claro -clarísimo- que tanto Bush como Rice han propiciado planes para que sean los candidatos de interés para la Administración norteamericana quienes tengan mayores posibilidades de ascender al poder en Iraq.

Por toda esta inmundicia que caracteriza la política exterior de Estados Unidos es que resulta tan difícil digerir que a esta farsa del domingo se le llame elecciones, y mucho menos que le pongan el apellido de democráticas.

En Iraq, donde no hay tiempo ni para enterrar los muertos de cada día desde que se produjera la invasión y ocupación yanki, con sus aliados británicos y algunas que otras tropas enviadas por un puñado de gobiernos que para nada tuvieron en cuenta la opinión contraria de sus pueblos, no se puede, siquiera, aceptar que unos comicios impuestos y organizados por la potencia que los masacra, sean una realidad y no un simple show propagandístico.

De cualquier forma, ¿por qué votarán (los iraquíes que lo hagan) este domingo?

Se aspira a que sean elegidos 275 miembros de la Asamblea Nacional transitoria (en Iraq todo es transitorio, menos la ocupación), mientras que en la región kurda también votarán por su Asamblea Nacional, y en cada provincia (de las que puedan realizar comicios) se votará por los miembros de los consejos regionales.

La Asamblea debe ser quien elija a un Gobierno y tendrá poder ¿? para legislar.

Esta escogerá entre sus miembros a un presidente y dos diputados, quienes a su vez elegirán a un primer ministro, que también ha de ser miembro de la Asamblea.

La otra tarea de la Asamblea sería la de elaborar un anteproyecto de nueva Constitución para el 15 de agosto, el cual se dice será sometido a referendo antes del 15 de octubre del 2005.

Si la nueva Constitución es aprobada, se convocarán elecciones antes del 15 de diciembre del 2005, de manera que el flamante Gobierno constitucional tomaría el poder nunca antes del 31 de diciembre de ese mismo año.

Ese es el plan (yo diría el cebo), al menos en los papeles, aunque la realidad iraquí dice otra cosa.

El ejército estadounidense ha aumentando sus tropas de 135 000 a 150 000, pero gran parte de las tareas de protección en los centros de votación estará en manos de las fuerzas de seguridad iraquíes, como para que sean estas las que pongan los muertos ante los reiterados ataques de la resistencia opuesta a esta farsa electoral.

La inseguridad y el caos reinantes en el país han imposibilitado, tanto el registro de electores, como que se conozcan los listados de los candidatos o se les pueda ver en arengas electoreras como ha recomendado Estados Unidos.

Hasta el primer ministro interino iraquí, Iyad Allawi, admitió que la violencia impedirá que ciertas "bolsas de población" puedan votar.

Este hecho, por sí solo, cuestiona toda validez de los comicios.

Además, el registro electoral que se ha utilizado es el del censo del programa de Naciones Unidas "Petróleo por alimentos", basado en listas preparadas en los años noventa, no actualizadas.

En este contexto, más de 100 partidos o grupos políticos se registraron para las elecciones. De ellos, los chiitas, que conforman la mayoría de la población iraquí, con un 65%, lo que de antemano, le favorece, sea cual fuese la cantidad de votantes.

Los sunitas, que constituyen el 20% de la población, no participarán en los comicios y, además, han anunciado los boicotearán.

Los partidos chiitas se han agrupado bajo una lista llamada Alianza Iraquí Unida, mientras que los kurdos, que durante años han disfrutado de una relativa autonomía en el Norte de Iraq, apoyarán con toda probabilidad a sus principales partidos, como el Democrático Kurdo y la Unión Patriótica del Kurdistán.

En cuanto a los chiitas son fuertes candidatos el partido Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Iraq, al’Dawa Islámica y el Congreso Nacional Iraquí, este último un grupo fundado en el exilio y liderado por el ex aliado de Estados Unidos, Ahmed Chalabi.

La ausencia de representantes sunitas parece ser una de las más grandes dificultades, adicional a la ocupación militar, que se les presenta a los organizadores norteamericanos de la farsa electoral.

También acuden candidatos individuales que hayan recogido no menos de 500 firmas, lo que es una forma más de atomizar el espectro político de la nación del Golfo, con la filosofía imperial de divide y vencerás.

Un aspecto que debe tenerse en cuenta una vez conocidos los "ganadores" de estas "elecciones" tan peculiares, es si las nuevas autoridades cumplirán con lo que establece la Resolución 1546 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en cuanto a que el mandato de las tropas extranjeras en Iraq cesará una vez que un Gobierno plenamente constitucional tome posesión (lo cual está previsto que suceda, de acuerdo con el plan antes explicado, hacia finales del año 2005).

De cualquier modo -y de ahí el interés especial de la Administración norteamericana de que "ganen" los más cercanos a sus posiciones-, las nuevas autoridades iraquíes podrían entonces solicitar que las tropas extranjeras permanezcan en el país.

Conclusión: farsa mayor solo podría encontrarse en el estado norteamericano de la Florida, en noviembre del año 2000.

Fuente: Granma

 

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