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Colombia, Colombia :: 17/02/2015

La II Bienal internacional de muralismo en Cali

Juana Bastidas

Partido Comunista Clandestino Colombiano, región suroccidente. 12 febrero 2015

El arte urbano es una de las formas más usuales de resistencia, que consiste en transformar un espacio público, como la calle, en una obra de arte, a través de éste el artista establece una comunicación con el transeúnte, deja huella en el espacio público y trasgrede las formas de comunicación formal que tienden a adormecer y manipular ideológicamente a la sociedad. Esta intervención del espacio público descontextualiza las piezas artísticas desde el museo o la institucionalidad y contribuye a que el mensaje o la intención del artista se transmitan de una manera más directa.
Dentro de las diversas formas de expresión visual artística encontramos el grafiti, el esténcil o el muralismo y muchos de ellos suelen ser un medio de resistencia enmarcado en un contexto político e ideológico que implica un quehacer más popular y suele ser tildado por los aparatos de dominación ideológica y represivos del Estado como “ilegales” o “vandálicos”, por ello quienes lo practican suelen ser víctimas de represión y en algunos casos de la muerte tal como le sucedió al grafitero Diego Felipe Becerra quien fue asesinado por agentes de la Policía en Bogotá en el año 2011 y quien fue acusado infamemente por sus homicidas de ser un ladrón para justificar su vil asesinato.
Pese a lo anterior y porque “si los medios callan la popular raya” y si “los medios son del capital, las paredes son nuestras”, el arte urbano celebra la expresión callejera, la creatividad como un discurso libre y el arte fuera de los espacios institucionales, los artistas conciben el espacio público como un lienzo enorme en donde pueden darle voz a quienes no la tienen, donde se puede informar, criticar, denunciar, visibilizar diversas problemáticas sociales y expresar las opiniones e ideas colectivas, en ese sentido la calle se convierte en un escenario de lucha y resistencia a las imágenes oficiales que nos permite plasmar imágenes propias y colectivas que realmente nos representen más allá de lo que los grandes medios de comunicación nos muestran o nos quieren vender como “nuestro”.
“La Bienal Internacional de Muralismo y Arte Público es un evento del Museo Libre de Arte Público de Colombia con periodicidad bianual que se desarrolla en la ciudad de Cali, con una duración de 10 días, en los cuales se realizan intervenciones simultáneas en diferentes lugares de la ciudad con un enfoque turístico y social, donde se realiza la creación de obras de arte, conferencias y exposiciones abiertas al público de forma gratuita, integrando al sector privado, publico, instituciones educativas y culturales, y a la comunidad”.
A la fecha se han realizado dos versiones de este evento en Cali, en 2012 - 2014 respectivamente y ha suscitado un sin de críticas e inconformidades en los artistas y colectivos que de forma desinteresada desde tiempo atrás le vienen apostando al arte urbano con fines sociales y políticos en la ciudad y la región. No es para menos dado que el evento tiene como “objetivo principal el embellecimiento de la ciudad” aunque se nos quiera vender la falsa idea de que es una propuesta para “la reparación del tejido social” y adicional a esto es organizado por Museo Libre de Arte Público de Colombia, que de libre y público tiene poco nada dado que es una organización privada al servicio de los interés gubernamentales y de la clase dominante.
La forma como se construye y se ejecuta el proyecto de la Bienal es excluyente, dado que atendiendo a sus objetivos meramente estéticos y turísticos pretende llenar las calles de “artistas” de todo el mundo que vienen a lucrarse, a pintar escoltados por la policía en espacios autorizados por la alcaldía, a comer empanadas en el obelisco, a posar para las cámaras un rato e irse. De una u otra manera este evento se aprovecha del proceso adelantado por años por los artistas urbanos y populares en Cali, dejando a esos artistas, a los de a pie y a los “nadie” por fuera de la rosca.
Algunas de las razones por las que se critica la Bienal de Muralismo Internacional en Cali son: • Surge del desconocimiento profundo que tienen sus organizadores sobre las diversas expresiones visuales urbanas como el grafiti, el mural y el arte público en Cali, junto con sus dinámicas, historia, actores y gestores. Y en ese orden de ideas no parte de un estado del arte aterrizado, por lo cual deslegitima la lucha y resistencia que de forma justa y desinteresada los artistas urbanos y populares de la ciudad constantemente han asumido en pro de la defensa del movimiento del arte público con fines no sólo estéticos sino también sociales y políticos.
• Las dinámicas de la bienal van en contra de la esencia del arte urbano dado que privatiza los espacios públicos, además el evento es poco justo y equitativo puesto que se le da mayor relevancia a los artistas extranjeros en relación a los artistas locales y el discurso de la reparación del tejido social se queda en el papel porque no existe una socialización del evento con la comunidad caleña sobre las temáticas del mismo, los artistas participantes, la relevancia o el mensaje que se busca transmitir con las piezas a pintar y los espacios a intervenir. La comunidad participa como simple espectadora y no asume un rol activo y participativo en la gestión o ejecución del evento.
• Además atendiendo a los intereses gubernamentales y no a los intereses de los artistas o colectivos que aspiran a participar, en la Bienal se coartan la libertad de expresión en relación a las temáticas específicas y contenido de las piezas a realizar, deslegitimando así la esencia de la expresión urbana y popular que busca subvertir las ideas impuestas por la clase dominante.
La respuesta a eventos como la Bienal por parte de los artistas y diversos colectivos que enfocan su trabajo en el arte urbano y popular no sólo en Cali sino en nuestro país, no debe ser otra que la organización y unidad como gremio reconociendo que el arte urbano y sus diversas prácticas son inminentemente políticas-sociales y no solo artísticas y estéticas, puesto que en él importan las imágenes pero también las ideas y el contenido del mensaje que se transmite.
Además se requiere continuar fortaleciendo los procesos que se vienen gestando para ganar espacios y contribuir a que el arte urbano y popular se visualice y posicione sin que éste pierda su esencia de lucha, resistencia y rebeldía. Es necesario además trascender al protagonismo del artista y usar el arte urbano como una herramienta valiosa en los procesos de transformaciones sociales perdurables, involucrando de forma activa y participativa a la comunidad.

www.mbsuroccidentedecolombia.org

 

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