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Argentina :: 15/01/2014

Murió Juan Gelman, poeta y guerrillero

La Haine / Agencias
El poeta, guerrillero, traductor y periodista argentino había nacido en Buenos Aires el 3 de mayo de 1930. Expulsado del PC y admirador de Cuba

Por su actividad profesional y política Gelman vivió en el exilio entre 1975 y 1988, residiendo alternativamente en Roma, Madrid, Managua, París, Nueva York y México, donde murió.

Su itinerario periodístico arrancó en 'Orientación', semanario del Partido Comunista Argentina (PCA); continuó en el diario 'La Hora' hasta que en 1962 entró en 'Xinhua', la agencia china de noticias. En la revista 'Confirmado', a la que ingresó en 1966, se encargaba de la sección de libros. Después seguirían la sección internacional de 'Panorama' y director del suplemento cultural de 'La Opinión', periódico seudo-izquierdista que terminó apoyando a la dictadura (1971-1973). Fue secretario de redacción de 'Crisis', revista política (1973-1974) y jefe de redacción de 'Noticias', diario de Montoneros (1974). Los últimos años escribió una colaboración semanal para el oficialista 'Página/12'.

Tercer hijo de una familia de inmigrantes ucranianos, Gelman nació en Buenos Aires el 3 de mayo de 1930. No sobraba dinero en esa familia, pero se ahorraba de a centavitos para ir al Colón una vez al año. Su hermano mayor, Boris, le recitaba versos de Pushkin en ruso. Lo llevaba a un rincón apartado y Gelman, a sus siete años, caía rendido por el ritmo y la musiquita de aquellas palabras que no entendía en absoluto. A los nueve años decidió escribir poemas a una vecina dos años mayor. Al principio le mandaba versos de Almafuerte, como si fueran propios, pero la indiferencia de la nena lo obligó a dar un paso más. Entonces probó escribir él mismo; tampoco obtuvo respuesta. Ella siguió por su camino; él se quedó con la poesía. Y sus lectores del mundo, claro, agradecidos de la reticencia de la vecinita. Probó varios trabajos, pero eligió el oficio de periodista para ganarse la vida. Lejos de despreciar la faena periodística, Gelman lo entendía como un género literario “que se escribe bien o se escribe mal”.

Muy joven se acercó al ambiente de la militancia en el PC, de donde surgió el grupo 'El pan duro', integrado por Gelman, José Luis Mangieri, Héctor Negro y Juana Bignozzi, todos por entonces poetas desconocidos. Eran tiempos difíciles para publicar y peor aún cuando se trata de poesía, “esa Cenicienta de la literatura que apenas ocupa rinconcitos en los catálogos de las grandes editoriales”. Los miembros del grupo decidieron autofinanciar sus propias ediciones: venían bonos de diez pesos, que era lo que podía costar un ejemplar. Hacían recitales, fiestas populares en clubes como Vélez Sarsfield y a medida que reunían el dinero elegían por votación el orden de los libros a publicar. Así apareció 'Violín y otras cuestiones', su primer libro de poesía, publicado en 1956, prologado por Raúl González Tuñón.

En la década del ‘60 sus ideas se radicalizarían y se alejaría del PC, partido que luego lo expulsó de sus filas. “Fue el momento de la Revolución cubana y un grupo de nosotros sostenía que ese hecho era una línea divisoria”, explicó. En el PC “se hablaba de llegar al socialismo por la vía pacífica; nosotros vimos en Cuba otro tipo de posibilidades.”

En 1968, durante la dictadura militar autodenominada Revolución Argentina (1966-1973), Gelman se integró a la organización guerrillera recién formada Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), de orientación guevarista, que realizaban acciones militares y políticas contra ese régimen. A fines de 1973 pasó a integrar la organización guerrillera Montoneros, de orientación peronista socialdemócrata, a raíz de su fusión con las FAR.

Esa organización apoyó a los gobiernos peronistas de Cámpora (1973), muy progresista y del cual participaron, y el del propio Perón (1973-1974), pero continuó con las acciones armadas, como por ejemplo el ajusticiamiento del sindicalista José Ignacio Rucci para obligar a Perón a cumplir las promesas que hiciera en el exilio a la Juventud Peronista. Finalmente Montoneros decidió su retorno a la clandestinidad, ante la imposibilidad de participar en igualdad de condiciones en el movimiento peronista. En todo ese período Gelman dirigió el periódico de la organización 'Noticias' y desempeñó un papel relevante en la acción cultural y de comunicación de la organización.

En 1975 Montoneros lo envió al exterior para denunciar internacionalmente la violación de derechos humanos en la Argentina de la Triple A, durante el gobierno de Isabel Perón (1974-1976). En esa misión se encontraba cuando se produjo el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 que inició la dictadura militar (1976-1983), e impuso un régimen de terrorismo de estado que causó la desaparición de 30.000 personas. El poeta, por entonces ya exiliado y trabajando como traductor de la Unesco, volvió clandestinamente al país en 1978, con el objetivo de que un puñado de periodistas pudiera ver lo que estaba pasando en la Argentina del Mundial de fútbol, el terror de la dictadura cívico-militar.

Las gestiones de Gelman lograron el primer repudio publicado en 1976 en el diario 'Le Monde' a la dictadura argentina realizado por varios jefes de gobierno y de la oposición europeos, entre ellos François Mitterrand de Francia y Olof Palme de Suecia. En 1977 adhirió al recientemente creado Movimiento Peronista Montonero, otro de los intentos de la dirección de Montoneros por aparentar que seguían siendo fuertes, cuando sólo lo eran en el exilio. Ya con graves disidencias con su orientación, en 1979 lo abandonó por estar en desacuerdo con el verticalismo militarista de la organización y con las negociaciones que su dirección había entablado en Francia con el miembro de la Junta Militar Almirante Emilio Massera, uno de los más sanguinarios y responsable de miles de desapariciones.

Esto ocurría al mismo tiempo que la dirección enviaba militantes de vuelta a la Argentina en el marco de lo que denominaron Contraofensiva, de resultados desastrosos. Gelman expuso sus argumentos en una carta dirigida a su amigo Rodolfo Puigross, “esa locura de la contraofensiva militar, que condujo a la muerte a las mayoría de la gente que participó en ella”; y en un artículo publicado en 'Le Monde' en febrero de 1979. A raíz de ello Montoneros acusó a Gelman de traición y lo condenó a muerte.

El 24 de agosto de 1976 su hija Nora Eva (llamada así en homenaje a Evita Perón) e hijo Marcelo fueron secuestrado por los militares en Buenos Aires, junto a su nuera María Claudia García Iruretagoyena, los tres militantes también de la organización Montoneros. Claudia tenía 19 años y estaba embarazada de siete meses. La pareja fue llevada al centro clandestino de detención “Automotores Orletti”, una sede del Plan Cóndor.

Los restos de Marcelo fueron encontrados en 1989. De María Claudia se supo que fue trasladada por oficiales de la Fuerza Aérea uruguaya al local del Servicio de Información de Defensa (SID) de Montevideo. María Claudia y su hija recién nacida Macarena estuvieron juntas hasta aproximadamente diciembre de 1976 en esa dependencia. Los represores dejaron el 14 de enero de 1977 a la beba en una cesta en la puerta de la casa de la familia del expolicía Angel Tauriño. Cuando Gelman se enteró de que tenía una nieta, lanzó una búsqueda incansable para hallarla, apoyado por organizaciones de DDHH, escritores, artistas e intelectuales. En 2000 finalmente se reunió con su ella, María Macarena Gelman García.

Después de la ruptura con Montoneros, durante siete años no escribió ni publicó. Regresaría al ruedo con 'Hechos y relaciones', texto en donde emerge el dolor en carne viva del exilio y las muertes. En 1989 el criminal económico Carlos Menem firmó el indulto a los pocos militares que habían sido enjuiciados por el genocidio, utilizando como excusa que abarcaba también a los guerrilleros. Gelman objetó la medida a través de una nota pública: “Me están canjeando por los secuestradores de mis hijos y de otros miles de muchachos que ahora son mis hijos”, se quejó.

En 1997 ganó el Premio Nacional de Poesía en Argentina; el Juan Rulfo en 2000; en 2004 el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde; en 2005 los premios Iberoamericano Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía. En 2007 ganó el Premio Cervantes, que aceptó pese a que se lo entregó el rey Juan Carlos, que había mantenido excelentes relaciones con los secuestradores de sus hijos.

De su producción poética se destacan Violín y otras cuestiones, El juego en que andamos, Velorio del solo, Gotán, Sefiní o Cólera Buey, así como Los poemas de Sidney West, Traducciones, Fábulas, Relaciones, Hechos y relaciones o Si tan dulcemente. Escribe Exilio en colaboración con Osvaldo Bayer. Citas y comentarios, Hacia el sur, Composiciones, Carta a mi madre y País que fue será, forman parte de su obra.

 

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