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EE.UU., Asia :: 05/11/2015

Obama plantea la posibilidad de un conflicto mundial (5/8 y 6/8)

Michel Collon
EL régimen de EEUU se niega a aceptar un mundo multipolar, multiplican las guerras e intentan socavar la economía rusa

5/8: Brzezinski quería «dividir a Rusia en tres»

«China y Rusia seguramente no van a mantener las sanciones (contra Irán) durante otros diez o quince años para cumplir con lo que impone el Congreso (de EEUU).» De ahora en adelante Obama considera imposible actuar sin tomar en cuenta a Beijin y Moscú.

¿La mentalidad de los belicistas que exigen intervenciones militares? Obama la resume con ironía: «No deberíamos preocuparnos por lo que piensa el resto del mundo, ya que una vez que actuemos cada uno va a alinearse». Pero no dice que han cambiado los tiempos, los EEUU tienen que adaptarse e hilar más fino.

No siempre ha hablado así Washington. En 1997, su gran estratega Brzezinski presionaba para que se debilitase a Moscú lo antes posible. «Si Rusia rompe con el Oeste y construye una entidad dinámica, capaz de iniciativas propias ; si (...) forja una alianza con China, entonces resultará terriblemente debilitada la posición norteamericana en Europa».

Traducción en lenguaje imperialista claro: una Rusia incapaz de iniciativas propias sería una colonia. De hecho, Brzezinski quería dividirla en tres: «Una Rusia europea, una república de Siberia y una república extremo-oriental.»

En aquella época lo comentábamos asi: «Separar Asia central y el Cáucaso de Moscú, es permitir a las multinacionales norteamericanas controlar a su antojo el petróleo, el gas y los minerales» (Casualidad por supuesto, Brzezinski fue contratado por una filial de BP).

En Rusia algunos pensaban: «Ahora que nos hemos pasado al capitalismo, nos tratarán como amigos». Pero las grandes potencias no tienen amigos, solamente intereses. Para los EEUU, una Rusia incluso capitalista no podía ser un aliado respetado, solamente una presa en la guerra global de recolonización del mundo iniciada en 1991 (el ataque contra Irak era una advertencia para el mundo entero).

Washington aplicó pues el plan Brzezinski con la mayor energía:

1. Infiltrar la economía rusa.
2. Controlar su política.
3. Cercar y neutralizar su ejército.

Una auténtica guerra no declarada: infiltraciones en las compañías rusas, apoyo a los secesionistas terroristas del Cáucaso, cambios de régimen en Cáucaso y en Asia central, financiación de 1500 ONGs anti-Kremlin, diabolización mediática de Putin, multiplicación de bases en el Este de Europa (pese a las promesas hechas en el momento de la caída del Muro), «escudos antimisiles» para impedir cualquier réplica rusa a un ataque, golpe de estado de la CIA en Ucrania, entre otras cosas para expulsar a la armada rusa del Mar Negro...

Pero fracasó el plan Brzezinski. Colocando sus intereses antes que los de las multinacionales norteamericanas, Moscú se alió con Beijing para crear en 2001 la Organización para la Cooperación de Shanghai. Otros socios: las repúblicas de Asia central ricas en petróleo y gas, que de ese modo escaparon de la codicia y de las bases militares norteamericanas. Maniobras militares conjuntas ruso-chinas que ya tuvieron lugar desde 2005; coordinación frente a los movimientos terroristas manipulados por la CIA; India y Pakistán que pronto pasan a ser socios; Irán y Afganistán «observadores» interesados...

Asia se le escapa a Washington. El polo Beijing-Moscú que tanto temían Brzezinski y Kissinger pronto se fue ampliando con los BRICS (Brasil, India, Suráfrica) y representa por fin una alternativa para los países más pequeños del Sur, asfixiados por Occidente.

Hoy, ya no queda duda: dado que los EEUU se niegan a aceptar un mundo multipolar, multiplican las guerras e intentan socavar la economía rusa, el interés de Moscú es evidente: darle la espalda al dólar y aliarse al yuan, darle la espalda a Wall Street y mirar hacia las bolsas de Hong Kong y Shanghai, vender gas ya no solamente a Europa sino también a China. Y proveer a los chinos con el sistema de defensa aérea S-400 y dentro de poco S-500 que les permitirá hacer frente a las amenazas que representan los misiles norteamericanos. (15)

Y...¿qué es de Europa en este gran tablero?

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6/8: ¿Europa seguirá a los EE.UU. hasta el mismo infierno?

Obama previene a los neoconservadores que se oponen al acuerdo con Irán: «Nuestros aliados más cercanos en Europa (ya no aceptan) las sanciones. Una guerra reforzaría a Irán y aislaría a los EEUU»(1).

Un alto diplomático lo confirma: «Si el Congreso estadounidense rechaza el acuerdo, sería una pesadilla y una catástrofe.»(2)

¡Por supuesto! Inmediatamente después del acuerdo, las empresas alemanas se precipitaron a Teherán para firmar los contratos que estaban bloqueados por Washington ¡desde hace varios años! En realidad, el principio que «las grandes potencias no tienen principios, sino solo intereses» también se aplica a las alianzas: una amistad eterna puede rápidamente convertirse en un agudo conflicto.

Para controlar Eurasia, Brzezinzki proponía en 1997 controlar bien a Europa: «La cuestión central para los EEUU es la construcción de una Europa basada en las relaciones franco-alemanas, viable, ligada a los EEUU y que expanda el sistema internacional de cooperación democrática del cual depende el ejercicio de la hegemonía global de los EEUU».(3)

«Democrática» significando «sometida a los EEUU», Brzezinzki utliza a Europa para evitar una alianza Berlin–Moscú. Siendo Rusia un socio geográficamente «natural» de las empresas alemanes, la política de los EE.UU. sembrará la cizaña. Ucrania sirvió para eso. Cuando la UE obtuvo un acuerdo en Kiev entre todas las partes sobre las elecciones anticipadas, Washington planificó un golpe de Estado el día siguiente ¡apoyándose sobre grupos neonazis! La enviada especial de los EEUU, Nuland, lo resume con clase «Fuck the EU!» (¡Qué se joda la Unión Europea!)

¿Es esto nuevo? No, desde el año 1997, Brzezinzki anunciaba: «Europa debe ser un trampolin para que el desarrollo de la democracia prosiga en Eurasia. Entre 2005 y 2010, Ucrania debe estar lista para discutir seriamente con la OTAN.»

Brzezinzki quería centrar Europa sobre un eje París–Berlín–Varsovia–Kiev. Contra Moscú.
Temía que la unificación europea fracasara (¿nos acercamos a eso?), y que Berlín optase por el Este. «Las tres grandes prioridades se resumirían así: evitar la conspiraciones entre los vasallos (sic) y mantenerlos en un estado de dependencia (...), cultivar la docilidad (sic) de los súbditos protegidos ; impedir a los bárbaros que formen coaliciones ofensivas»(4).

¿Una estrategia desfasada? No. Recientemente, el influyente analista estadounidense Georges Friedmann, a quien le preguntaron «¿Daesh es una amenaza para los EEUU?», respondió de manera asombrosa: «No es una amenaza existencial. Debemos tratarla de manera apropiada, pero tenemos otros intereses en nuestra política internacional. El principal interés (…) es la relación entre Alemania y Rusia, porque si se asocian podrían llegar a ser una amenaza para nosotros. Nuestro principal objetivo es que nunca se produzca eso.»(5)

Para evitar que las empresas europeas se orienten hacia la Nueva Ruta de la Seda propuesta por Pekín, la clave está en impedir cualquier entendimiento entre Berlín y Moscú. Y alejar Europa de la energía rusa. Bueno, detrás de las sonrisas oficiales en televisión, los «amigos» occidentales no se quieren tanto. El espionaje de la NSA lo confirmó: no hay amigos en cuanto a los negocios.

La relación EEUU–UE tiene dos aspectos: unidad y rivalidad. Las empresas multinacionales europeas necesitan a los EE.UU. como gendarme para aterrorizar a los países del Tercer mundo y para alejarlos de China. Pero las empresas multinacionales estadounidenses aprovechan cada guerra para robar cuotas de mercado de sus rivales europeos. Y Washington es muy talentoso para hacer pagar las guerras a sus «amigos», que sirven solamente a sus propios intereses, en detrimento de los de sus «amigos».

En realidad, detrás del enemigo directo y oficial, cada guerra tiene un segundo nivel de conflicto. En 1991, Bush ataca Irak también para debilitar los contratos franceses y rusos. En Yugoslavia, Clinton quiere neutralizar a Francia y sobre todo bloquear la formación de un euro-ejército. En Libia, Obama (con Sarkozy) debilita los contratos franceses e italianos firmados con Gaddafi. En Siria, Obama (con Hollande) trabaja una vez más contra Alemania. Igual en Ucrania. Y todas estas guerras estadounidenses ocasionan situaciones de caos que repercuten sobre la «amiga» Europa (crisis migratoria, atentados terroristas, pérdidas de socios económicos).

A plazo, la OTAN es un suicidio para Europa. ¿Esta va a seguir a los EEUU hasta el infierno? El futuro del mundo depende de esa respuesta.

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Sigue en: «It’s the economy stupid!»

1) www.washingtonpost.com/news/...

2) Politico.com, 6 de agosto 2015.

3) El grand tablero mundial, p. 103, 107, 108.

4) El grand tablero mundial, p. 68.

5) Conferencia en el Chicago Council, 4 febrero, traducción francesa por Arrêt sur info, https://youtu.be/u1a0FD6iiek (a partir de 2’)

Traducción por Sylvie Carrasco y Rémi Gromelle para Investig’Action. Revisada por La Haine

 

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