Principal
España | País Vasco | Internacional
Pensamiento autónomo
Antimúsica
La haine
Buscar
Antimúsica

Bob Marley, rey de la música y enemigo público no declarado

Antidepresivo natural, droga impune a la persecución política, un misterio para las mentes pacatas: ¿De qué materia está dotada la música de Bob Marley que fascina? Es una delicia sumamente adictiva y es también el síntoma de una íntima alegría contestaria.

Aun en la mañana más tercamente nublada, el prodigio de que salga el sol se logra poniendo en el aparato reproductor un disco de Bob Marley. Magia. Helo ahí, ha salido el sol, por obra y gracia de la música en la mente con todo y sus colores intensamente rastas. Ese sonar de cadencias, esa caricia repetida que es el beat del reggae no suena a otra cosa que a rojo intenso, como verdes son las voces de las bellas que hacen coro y negro el esplendor del bajo, y amarillos los rebotes ardientes de la batería. Aspire hondo, jálele, respire de profundis. Y disfrute.

Dependiendo de la sensibilidad en turno, el viaje es más largo o más corto. Lo cierto es que se trata de algo irresistible. Lo mismo el villamelón que el más exquisito de los melómanos, nadie puede sustraerse de esa droga natural, que eleva y enaltece. Cura. Es la música de maese Marley.

¿Otro sorbo de agua tibia? La cualidad contestataria de la música del jamaiquino está en su arrastre rítmico, en su imán de paisaje acústico, en su magnetismo elemental, pero también en su tremendo contenido. Sus letras están preñadas de rebelión, protesta, llamamiento a la revuelta. Una linda manera de sanar el malestar en la cultura.

¿Pruebas? Al igual que Lennon, Marley fue un blanco preferido de la CIA. Si alguno quiere seguir la línea de investigación del asesinato de John Lennon como un crimen de Estado, en el caso de Marley se trata de una muerte natural. Cáncer. Pero el atentado ocurrió en la vida real: la madrugada del 20 de diciembre de 1976, pistoleros irrumpieron en la casa del artista, quien sobrevivió y hubo de exiliarse en Londres. Como respuesta, el mundo tuvo otra de las obras maestras de Nesta Robert Marley: su disco Exodus, que es igual que exilio.

Cantaba Marley en su rola Rat Race: "rastaman don´t work for the shit system or CIA" (los rastas no trabajamos para el sistema de mierda ni para la CIA). La metáfora se la tomaron muy a pecho los resguardadores del orden establecido. Bob Marley se convertiría en perseguido político soterrado; un enemigo público número uno no declarado. Al igual que Lennon, un convocador de rebeldías que no necesita tomar las armas, sino, como Gandhi, como muchos escritores, como muchos otros artistas, su bandera es la verdad, la resistencia, su "peligrosa" capacidad de darle voz a quienes sufren en silencio.

El sistema absorbe, alarga sus engranes y busca asimilar, neutralizar, tomar la bandera del contrario para hacerla inofensiva. No es común que alguien a quien le guste el reggae ande por ahí diciendo soy globalifóbico, apostólico y rastafariano. No se trata de eso. Pero el germen está ahí. La buenaondez es sello distintivo del melómano genuino, y en el caso de la música de Marley, es una respuesta al misterio de su encanto. Ciertamente, el sistema contra el que luchó ha intentado asimilarlo, la mercadotecnia sirve de vehículo a su música, y toda una parafernalia de vendimia está en aumento. Nadie en su sano juicio diría que Imagine, de John Lennon, o Redemption song, de Bob Marley, son equivalentes a La Internacional, himno de la izquierda. De la misma forma que nadie en sus cabales aceptaría la validez del viejo estigma, la leyenda negra que asocia rock con sexo, drogas y alcohol. Chale.

La saludable adicción que produce la música de Marley es tan sobria como el estado de éxtasis que logra el escucha cuando suena la versión instrumental de Duppy Conqueror, un canto espiritual por excelencia. El uso ritual, cultural de la dulce mota, los churrotes que se fumaba Marley, semejantes a los dreadlocks de los marginados rastas de la Jaimaca de su tiempo, son muy su decisión personal. Cualquiera, con la suficiente sensibilidad y oídos en perfecto funcionamiento, es capaz de llegar a estados de éxtasis orgásmicos y cósmicos por igual con un adagio de Mahler que con un break de bajo, rasgar del beat del reggae en guitarreo y la bataca percutiendo relámpagos en cámara lentísima, que pasa a mil por hora. Sin necesidad de nada más. Ninguna droga es necesaria cuando el placer es tan inmenso.

Estudios médicos han avanzado en la mesuración de las respuestas sicosomáticas a los estímulos sonoros. Así como los pachecones, a los que les gusta la mota, a todos aquellos que han decidido asumir socialmente sus preferencias de todo tipo, son de alguna forma señalados, los melómanos que han avanzado en el placer con música también son vistos así como medio de reojo, con un dejo al mismo tiempo de admiración que envidia. Tan fácil que es poner un disco de Bob Marley, de preferencia la versión instrumental de One love, y nada más, para ponerse iguales. Lo demás, ya cada quien sabrá.

Así como Gustav Mahler revolucionó el sentido estético del pensamiento centroeuropeo, primero, y planetario, después, en lo que hoy se acepta como el sentido mahleriano de la existencia, el maestro Marley ha hecho también escuela. No sólo secuelas. Entre los muchos buenos ejemplos, elijamos uno entrañable: la maestrísima Lauryn Hill se ha metido hasta el tuétano, caballito de Troya, en el sistema ganando premios Grammy y trepándose al star system con un mensaje posmarleryano sensacional.

Casada con uno de los integrantes de la familia Marley, Lauryn Hill formó parte de ese grupazo hoy extinto llamado The Fugees, juego de palabras que a su vez juegan con la metáfora: refugiados. En sus canciones, los Fugees hablan de la sociedad dominante como un campo de concentración donde los seres libres viven en la resistencia. Y quiénes, sino los mismos por los que luchaba Marley, son esos seres libres: los negros, las mujeres, los pobres, los desposeídos, los discriminados. El disco solista de Lauryn, con el que les metió el golazo a los comerciantes de la música y sus protectores, los vigilantes del status quo, toma su nombre de un libro fundacional de los movimientos de liberación en Estados Unidos y que habla de los primeros llamados a la resistencia y a la lucha, contra la discriminación, primero racial, y después, de todo tipo. El movimiento de los Panteras Negras es otro de los antecedentes culturales de la música de Lauryn Hill, claro producto marleryano, que hace esquina con Hip Hop. Nacido del ska, el steady rock, el rock, la música negra de Estados Unidos y la de los confines más oscuros y brillantes del planeta, el pensamiento musical de Marley se transfiguró en lo que hoy el mundo reconoce como reggae, término sobre cuyo origen se debate de manera similar a como se hace con la palabra jazz, una de cuyas acepciones cabe en la del reggae: jazz, originalmente "jasm", viene de orgasmo. El consenso abrumador asocia la misma metáfora a los placeres y el éxtasis que despierta el reggae.

La discusión acerca del término reggae incluye la rola sesentaiochera de los Toots and the Maytals Do the reggay (con y griega). También se acepta que provenga del nombre de una tribu bantú, Regga, que habitaba las orillas del Lago Tanganyka. Hay quienes aseguran que en realidad se trata de una corrupción (sic) de la palabra "streggae", que en el slang de Kingston denomina a las putas.

El rey de la música

El rey Marley terminaba esas discusiones diciendo algo equivalente a "no se anden con mamadas, la palabra tiene origen español y significa el rey de la música". A lo cual el guitarrista reggaecero de Paul Simon, el maestrísimo Hux Brown, remataba con un irrebatible: "el reggae es la mismísima descripción de cómo suena su beat, su alma progenitora, su cadencia". Ni hablar Hux Brown, traes guitarra.

Las secuelas paradisiacas marleysianas, su escuela, se cuela en una banda sinfín de grabaciones, remasterizaciones y glosarios varios de entre los cuales son imprescindibles el que produjo Bill Laswell, de título explícito: Dreams of freddom. Ambient translations of Bob Marley in Dub (Island Records, 1997), o bien el delicioso Chant down Babylon (Tuff Gong, 1999) con Lauryn Hill, Erykah Badu y Busta Rhymes, entre otros seguidores que lo glosan y los también imprescindibles volúmenes Tribute to Bob Marley, grabados en París en 1994, con los increíbles The Aggrovators, Pluto, Chinna, Augustus Pablo y los mismísimos The Upsetters, entre otros discípulos, compañeros de ruta, continuadores de una música paisaje, una forma de placer supremo, una droga formidable y sana sana, colita de rana...

Hace 20 años ya que partió al exilio final

Hoy hace 20 años, el espíritu de Bob Marley se volatizó en el hospital Cedars de Lebanon, en Miami. El Mesías del raggae había muerto víctima de cáncer de pulmón y tumor cerebral.

Era una época políticamente dura en la isla caribeña. Marley estaba en la lista de "los más vigilados" de la CIA, y el entonces embajador estadounidense en Jamaica confesó al gobierno de ese país que Estados Unidos temía que el músico pudiera convertirse en un desestabilizador social en todo el Caribe. Marley criticaba a los dos partidos que se peleaban el poder. Un día en su casa, en la que ensayaban los Wailers, se oyeron disparos. Era un atentado perpetrado por siete hombres. Rita, su esposa, recibió una bala cerca de la cabeza; Marley, una en el brazo, pero nadie resultó gravemente lesionado.

Líder social

Dos semanas después de que el PNP ganara las elecciones, Bob ya había salido de su terruño y volado hacia Nassau, en donde permaneció 16 meses en exilio político. En julio de 1977, luego de consolidarse como líder espiritual y social por muchas partes de Europa y Africa, Marley se lesionó la uña de un pie en un partido de futbol; le diagnosticaron cáncer en el dedo gordo. Un especialista londinense sugirió que había esperanza si se amputaba parte de ese pie. Durante los meses siguientes ofreció algunos de sus mejores conciertos.

Su pensamiento divagaba

En la gira Survival (1979), Marley vivía con dolores, su apariencia se transformaba en la de una calaca parada, y su pensamiento -como dicen los que estaban cerca de él- divagaba continuamente. Según la revista Melody Maker (que siguió los pasos del jamaiquino desde un inicio), lo describió como "un ser paranoico, ido y con síntomas de monomanía". Cuentan que cuando visitó Nueva York, y mientras hacía ejercicio en el Central Park, en septiembre de 1980, se desmayó, y un neurólogo de la Gran Manzana le diagnosticó un tumor en el cerebro; el cáncer se le había esparcido por todo el cuerpo. Ese año todavía subió al escenario en Pittsburgh, el 23 de septiembre; sería la última vez que lo haría.

Según un texto de Nigel Williamson, de Uncut, el propósito de mantener en secreto la enfermedad era negociar con Polygram un contrato de 10 millones de dólares, pero esta compañía canceló el bisne cuando supo que Bob estaba paralítico de la cintura para abajo. Así, enfermo, fue reconocido en su país con la Orden del Mérito, dado por su enemigo político Edwars Seaga (a quien Marley llamaba CIAega). El reconocimiento lo recibió Ziggy, su hijo mayor, porque Bob ya no podía levantarse de su cama del nosocomio de Miami, en donde feneció. Sus restos regresaron a Jamaica, y fueron depositados en un mausoleo cerca de la casa que habitó de niño. El lugar fue iluminado con un resplandor púrpura que emanaban los cálices de ganja-kaya-mota de los fumadores que vigilaron toda la noche la partida del profeta del reggae.

Puso al reggae, la mariguana y la filosofía rastafari en el mapa mundial

Bob Marley fue la primera super estrella de rock del tercer mundo. Puso el reggae, la mariguana y la filosofía rastafari en el mapa mundial.

La historia comienza en Trenchtown -bueno, tendría que ser en Nine Mile, sitio donde nació, que fue su paraíso inspirador durante su corta carrera-, en donde el adolecente Robert Nesta Marley conoce a Neville O'Riley Livingstone, conocido como Bunny, con quien compartía la misma ideología. Sus primera influencias llegaron con la música de Ray Charles, Curtis Mayfield y Brook Benton. Luego se encuentran con Peter McIntosh, otro joven con ambiciones musicales.

En el año 62, Bob audiciona con el showman Lesliue Kong, a quien deja impresionado por su amplitud vocal y quien lo lleva a su estudio para grabar el que sería el primer sencillo: Judge not. Al descubrir su telento, decide invitar a Bunny a Peter (McIn) Tosh para formar The Wailing Wailers. Se unió después un rastafari de nombre Alvin Patterson, quien condujo a la nueva banda a Clement Dodd, que en el verano de 1963 decidió grabar al grupo con el primer sencillo: Simmer down, que de inmediato se colocó en primer lugar de las listas de Jamaica. Se unieron a la banda Junior Braihwaite, Beverly Kelso y Cherry Smith.

Luego de permancer en Estados Unidos unos meses, Marley regresa a Jamaica y reagrupa a la banda con Bunny y Tosh; ahora se llamaría sólo The Wailers. Rita, su mujer comenzó a cantar con ellos. El boom del ska fenecía y en su lugar se escuchaba el rock steady. Wailers crean el sello Wail N Soul. Luego del éxito de Stir it up se unen el productor Lee Perry, de donde nacen los tracks Soul rebel, Duddy Conqueror 440 years, que definieron el destino del reggae.

Marley conoce a Chris Blackwell, de Island Records (que tenía a Traffic, Jethro Tull, King Crimson) que de inmediato firma al grupo. Surge el álbum Catch a fire, "un nuevo estilo de música jamaiquina, un nuevo sonido", mezcla de elementos populares con rock, soul, blues y funk.

El año 73 marca la fecha de la gira a Londres, Estados Unidos y la salida de Bunny (fue sustituido por Joe Higgs, maestro de los Wailers). Graban su segundo disco, Burnin, que contenía los hits Get up stand up y I shot the sheriff, que popularizó Eric Clapton ("fue un gran letrista y un gran líder", dijo el llamado dios). Bob ya trabajaba en el tercer regalo, Natty Dread (febrero del 75), mientras Tosh también dejaba al grupo, que ahora se llamaba Bob Marley and the Wailers. Las armonías corrían a cargo de I-Threes, el trío fémino encabezado por su mujer Rita.

Rastaman vibration mostraba la abierta confesión de esta religión de Bob, convirtiéndolo en una real efigie emancipadora de lo espiritual y de la lucha social del gueto jamaiquino, a través del uso de la ganja. Luego sale Exodus: la partida, la emigración de un país que lo amaba, y que fue lo que concretó la figura de Bob y su banda a nivel mundial. Capitalizaron su éxito con Kaya, el grito abierto de que la ganja era la vía espiritual en Nirvana. Marley se establecía como un gurú de paz y amor; visita África (Kenia y Etiopía, origen de Rastafari) y la ONU le otorga la Medalla de la Paz. Su figura es imprescindible en Europa y América, Australia, Nueva Zelanda y Japón, donde se propaga ese estilo de "igualdad y libertad": el reggae. Editan el álbum en vivo Babylon by bus. Pero Survival es el disco que se dedica íntegramente a la solidaridad negra afroamericana con la visita en el día de la ceremonia del día de la Independencia de Zimbabue. Uprising fue grabado en 1980, y se despreden los sencillos Could you be loved y Redemption song, dos himnos mundiales de reggae. Luego de otra gira por Europa, en la que se rompieron récords de asistencia, regresan a Estados Unidos, en donde Robert Nesta Marley devino leyenda.

Pablo Espinosa
La Jornada. México, 11 de mayo.

Principal | España | País Vasco | Internacional | Pensamiento autónomo | Antimúsica
Alizia Stürtze
| Reconstruyamos la historia |
La prensa al servicio del neoliberalismo
Kolectivo La Haine