Marcos contra Garzón

x Gara - Euskal Herria

Los AUTOS DEL SUPERJUEZ HAN LLEGADOHASTA LA IMPENETRABLE lacandona.Desde alli, en su ultima carta, elsubcomandante marcos no ha tenidoreparo en llamarle «clown» y enacusarle de «terrorismo de estado»contra la «causa legitima» vasca.

Del subcomandante insurgente al juez de la Audiencia Nacional. De Lacandona a la calle Genova. Marcos, el líder guerrillero de Chiapas, ha salido al paso de las decisiones del magistrado estrella del Estado español contra el independentismo vasco, y lo ha hecho como suele, sin medias tintas. «Ese payaso grotesco que es el autodeterminado juez Garzón, de la mano de la clase política española, está llevando a cabo un verdadero terrorismo de Estado que ningún hombre y mujer honestos puede ver sin indignarse», considera.

Decididamente, el de ayer no era un buen día para Garzón. Desde la mañana, en la portada de la edición digital de ''La Jornada'' de México aparecía, a toda plana, el último mensaje del «sub», que, como todos los que escribe con su peculiar estilo entre profundo y sarcástico, tendrá a buen seguro una difusión muy extensa por internet. El diario destacaba en los subtítulos las referencias muy críticas a los aparatos del Estado español... pero, sobre todo, a Garzón. El enmascarado lo desenmascara apenas unas semanas después de que el juez hiciera campaña entre las pobla- ciones indígenas de Latinoa- mérica: «El clow Garzón ha declarado ilegal la lucha política del País Vasco. Después de hacer el ridículo con ese cuento engañabobos de agarrar a Pinochet (que lo único que hizo es darle vacaciones con los gastos pagados), demuestra su verdadera condición fascista al negarle al pueblo vasco el derecho de luchar políticamente por una causa que es legítima».

Por el tamiz de la mirada semioculta de Marcos pasa el superjuez, pasa la monarquía española y pasa el conjunto del Estado. Afirma saber bien que «la cárcel, o el cementerio, es el lugar que la 'democracia' española tiene para los rebeldes ibéricos». Cita a todos, comunidad a comunidad, reclamando un abrazo para ellos, pero se detiene en una pequeña parte de la Península: «¿Qué? ¿Qué he dejado fuera a los del País Vasco? No», apunta el subcomandante antes de introducir «una mención especial para estos hermanos y hermanas».

A continuación, el líder de los zapatistas acusa al aspirante a Nobel de la Paz de hacer terrorismo de Estado contra los vascos, «y no lo digo nada más porque sí, sino porque acá hemos visto a muchos hermanos y hermanas vascos. Estuvieron en los campamentos de paz. No vinieron a decirnos qué hacer, ni nos enseñaron a hacer bombas ni a planear atentados». Marcos habla de los vascos con sentimiento, dice que «han estado acá y se han portado con dignidad, que es como de por sí se portan». Al hilo de ello, narra una anécdota de Fermin Muguruza que se le quedó en la memoria, cuando al músico le preguntaron de dónde era y dijo que vasco, «y que le vuelven a preguntar: '¿Vasco de España o vasco de Francia?' Y el Fermin ni se inmutó cuando respondió: 'Vasco del País Vasco'».

«Busqué cómo se dice 'dignidad' en vasco, y el diccionario zapatista dice que 'Euskal Herria' ­relata Marcos­. En fin, lo que no saben Garzón ni sus patiños es que hay veces que la dignidad se convierte en erizo y ¡ay de aquél que pretenda aplastarla!».

26/11/02

 
         
   
 

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